María Luisa, una mujer de la tercera edad e integrante de una banda de secuestradores, realizó diversas acciones durante dos semanas para ganarse la confianza de una joven de 21 años para obtener información crucial y secuestrarla el 22 de febrero de 2024 en Tijuana.
Le pidió ropa por internet, se acercó a ella, hizo lo suficiente para convencerla de bajar la guardia hasta que llegaron a su casa, la hicieron salir, después sus cómplices efectuaron disparos al aire y la obligaron a subirse a una camioneta para trasladarla a una casa de seguridad en el asentamiento Maclovio Rojas, al Este de la ciudad.
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La persona “… de edad avanzada, se presentaba en algunas ocasiones para proporcionar confianza en la víctima, este era un segundo acercamiento para la supuesta adquisición de ropa de la que ella se hacía para vivir”, explicó en conferencia la fiscal general de Baja California, María Elena Andrade.
“Sí fue definitivamente para una exigencia de un rescate, sospechando que los padres pudieran tener ese alcance económico en ese momento”, agregó.
Mediante operativo de la FGE luego de dos días en cautiverio, el 24 de febrero, la joven fue rescatada y tres de sus secuestradores capturados en Maclovio Rojas, cerca de la Carretera Libre a Tecate.
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Los secuestradores José Alfredo N, Miguel Ángel N y María Luisa N tenían poco tiempo residiendo en Tijuana. Provenientes de Guerrero, Michoacán y Sinaloa, se organizaban para encontrar a sus posibles víctimas. No obstante, la investigación y seguimiento se complicó, ya que la víctima no cuenta con familiares directos en Tijuana.
“Se logró establecer la ruta por la que circuló la camioneta donde llevaban a la víctima a través del sistema de cámaras, la zona de la ciudad en la que se dirigieron después de haber cometido el hecho. Mediante sistemas de barrido y tecnología se logra la zona de interés y se detecta un auto con características del usado para trasladar a la víctima con fecha 22 de febrero”, detalló la fiscal Andrade.
Asimismo, se hizo seguimiento de la geolocalización de los teléfonos inteligentes utilizados para la negociación del rescate para demarcar la zona a investigar y lograr el rescate del secuestro denunciado.
A partir de ese hecho, la FGE sugiere a comerciantes en redes sociales tomar precauciones en la compraventa de productos o servicios y hacer transacciones en espacios vigilados, con cámaras de seguridad públicas y en compañía de testigos.
