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viernes, febrero 16, 2024
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Jaime Bonilla: despreciable camaleón

“La clase burguesa capitalista es la enemiga histórica de la clase obrera. Tienen razón los obreros conscientes y reflexivos de no esperar nada bueno de los explotadores capitalistas en el Poder. Los intereses de los trabajadores y de la gente paupérrima son diametralmente opuestos a los intereses de la burguesía. Aunque hipócritamente la clase rica burguesa afirme, sin cesar, que siente por la desgracia del pobre profunda compasión”.

-Federico Engels. La Situación de la Clase obrera en Inglaterra. (1845). P. 3


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El multimillonario, anticomunista y ciudadano gringo, Jaime Bonilla, es el actual dirigente (mejor decir dueño), en Baja California, del Partido del Trabajo (PT). Un partido reaccionario, electorero y policiaco. Nada diferente, en lo medular, al Partido morena del sátrapa López Obrador. “Partido del Trabajo”, que de socialismo proletario (esto es, de marxismo-leninismo) no tiene ni briznas.

Bonilla es un auténtico y repugnante charlatán. Un camaleón empalidecería frente a este mil máscaras y adelantado alumno del mafioso PRIista (hoy en el fondo del infierno), Xicoténcatl Leyva Mortera. Mafioso al cual el diabólico monstruo CTMista, Fidel Velásquez, en 1987, lo premió con una medalla de oro que lo reconocía como “Gobernador Obrerista de Baja California”. ¿Qué tal?

Hoy, el pueblo de Baja California es testigo de cómo el magnate nazi-goebbeliano de la radio y de la televisión se ha transformado en un auténtico paladín de los pobres, que, con alabarda en ristre, arremete contra los opresores del pueblo.


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Las lecciones de hipocresía, de manipulación, de montaje y de demagogia, dictadas cada mañana por su guía espiritual, el sátrapa ex PRIista y ex PRDista, López Obrador, las ha aprendido. Al dedillo.

Solamente la desvariada pequeña burguesía tránsfuga y acróbata puede creer en las mentiras y promesas vacuas de este asqueroso anticomunista.

Los pobres que siguen a la banda del precitado idólatra del hitleriano, Joseph Goebbels, son gente ilusa. Corrompida con dádivas (“apoyos”), que un día defienden a un candidato burgués y mañana a otro del mismo jaez. Gente que se vende al que ofrezca más, a saber, al mejor postor.

Solamente el hombre honrado y juicioso, y sobre todo el obrero consciente, no se vende ni sigue tras la cola de reconocidos criminales. Al contrario, los pone en la picota y los combate con fuego ardiente. Las migajas no erradican la esclavitud ni la pobreza.

Preguntamos: ¿lograra el “firme empeño” del reciente “líder popular” del PT, Jaime Bonilla, tumbar de la gubernatura a la retrograda y extravagante gobernadora morenista de Baja California? Entonces, ¿por qué la “exaltada” campaña para la revocación del mandato de la susodicha, déspota, Marina del Pilar, de manera manifiesta la ha aplacado? ¿De verdad espera el exPRIista y su banda que el reaccionario Congreso afín a la susodicha autócrata la derribe del Poder? Una de dos: Bonilla es un imbécil o finge serlo.

Somos de la opinión que el estrenado “líder del pueblo” ya no va hablar de “desafuero”, ni contra Marina del Pilar ni contra Monserrat Caballero, la presidenta municipal de Tijuana. Armisticio tácito entre tiranuelos.

Los vocingleros amagos no son más que amenazas de papel que en ningún momento han angustiado a las antedichas damas AMLO-morenistas. Todo ese show “revocatorio” terminará en aguas de borrajas. La palabra “desafuero”, en las múltiples bocinas (PSN) del reconocido goebbeliano, ya no se escuchará.

Además, y esto evidencia la ruin charlatanería de Bonilla, lejos muy lejos, ha estado dispuesto a organizar marchas, mítines y huelgas masivas. Combativas e impetuosas. Las únicas con la posibilidad real de destronar autócratas. No inservibles “consultas” y peticiones de “revocación” de mandato. Súplicas y peticiones con las cuales los diputados se limpian el trasero.

Pero el pupilo de Leyva Mortera tiene miedo de despertar al tigre proletario; presagia que después, la clase obrera ya alzada, lo prenda a él, y a su pandilla de facinerosos, del pescuezo. Por eso prefiere la “lucha” pacifista, insulsa y baladí que enfríe los ánimos populares.

¿Podrá alguien confiar en que el susodicho y actual “defensor del pueblo” cumplirá con sus ofrecimientos una vez que se entronice de nuevo en el Poder? ¿Les dará la solución debida y completa a las demandas de los habitantes del poblado Maclovio Rojas, y de otros colonos que habitan en los barrios paupérrimos de Tijuana? ¿Sacará la gasera del crucero de la “5 y 10”? ¿Evitará el desalojo de los taxistas de la ruta “rojo y negro” de Tijuana? ¿Repavimentará las calles de las colonias pobres de la ciudad?, ¿Sacará de circulación a las decrepitas y destartaladas calafias? ¿Cerrará los centenares de “tienditas” y “picaderos” que abundan en Tijuana”? ¿Frenará las criminales alzas a los alimentos, a la luz, al agua? ¿Frenará los abusos, que impunemente, los patronos extranjeros dueños de las maquiladoras perpetran contra los obreros todos los días?

Nosotros, como revolucionarios marxista-leninistas–stalinistas, sostenemos que todas las promesas del multimillonario son para encandilar incautos. Pura bazofia. Son en realidad compromisos hueros, de candidato burgués. Promesas, promesas y más promesas. ¿No es la misma escoria que, por décadas, le han hecho tragar, a puños, a las masas crédulas y atrasadas, todos los candidatos de todos los partidos de la dictadura?

Somos de la opinión de que el abanderado PTista ni uno solo de sus ofrecimientos los cumplirá. La naturaleza de todo politicastro burgués es prometer y prometer, y no cumplir nada. Revisemos la historia. Miles de “coartadas” han de tener ya en su alforja, el “paladín” de los pobres, preparadas de antemano. Pero libre es aquel de creerle y seguir a esta clase de rufianes.

Asegurar que con la pandilla bonillista en el Poder el pueblo mandará y la satrapía obedecerá las órdenes del pueblo no es más que hedionda demagogia. ¿Acaso no es el mismo bodrio que el sátrapa PANista “Kiko” Vega pregonó durante su campaña electorera?

En un Estado burgués -es decir, bajo el capitalismo- no es posible que ni el proletariado ni las masas pobres manden. Al contrario, son mandadas. Decir que los esclavos asalariados “mandan” es una absurdidad. Quienes en realidad ordenan son los explotadores que detentan el Poder.

Los gobernantes (de cualquier Partido burgués) sólo son administradores de los negocios comunes de los todopoderosos gerifaltes capitalistas. De los inversionistas-imperialistas extranjeros. Nada más.

Tengamos en cuenta lo siguiente: ¿Acaso, López Obrador, ha hecho efectiva su palabra de campaña de poner tras las rejas a Germán Larrea, asesino de los obreros mineros de Pasta de Conchos y de los mineros de los pocitos del Pinabete? ¿Dónde están las órdenes de aprehensión para los criminales de la guardería ABC de Hermosillo? ¿Por qué no se ha encarcelado a los altos y principales autores de la masacre de Ayotzinapa? Además, ni uno solo de los matones de la Guardia Nazional que perpetraron la matanza, a mansalva, de los jóvenes de Nuevo Laredo, ha sido tocado ni con plumeros. ¿Dónde quedó el ofrecimiento de castigar a los desalmados asesinos del INAMI de Ciudad Juárez, que provocaron intencionalmente el incendio, donde murieron carbonizados decenas de migrantes?

Podríamos enumerar muchas otras promesas incumplidas, pero creemos que con estas son suficientes para demostrar que las palabras de los perros de la burguesía son un completo papel mojado. Las palabras se la lleva el viento, pero no a los hechos tangibles. Y, ahí están como testigos inamovibles.

Si la deidad del goebbeliano dueño del monopolio radial-televisivo Pacific Spanish Network (PSN) de Baja California -es decir, López Obrador- no ha cumplido con los compromisos arriba enumerados, mucho menos lo va hacer uno de sus peones de provincia.

Saliva le va a faltar al millonario republicano para “justificar” su incumplimiento. Más bien decir, su treta. Pero, como indicamos arriba, el granuja ya ha de tener en su zurrón preparada su “estrategia” para capotear las reclamaciones.

No hay que olvidar cómo tiempo atrás, el magnate, partidario de Donald Trump, prometió firme y solemnemente meter a la cárcel a los odiados sátrapas PANistas bajacalifornianos, Francisco “Kiko” Vega y a Juan Manuel “El Patas” Gastélum. Hoy esa promesa ya -desde tiempo atrás- la echó al bote de la basura. Como tantas otras.

El pueblo debe tener claro que dentro de los marcos del capitalismo las votaciones son un mero carpa de bufones. Algo que no quiere entender la pequeña burguesía equilibrista. Que come muy bien, que tiene buena casa y viste elegantemente. Y que de tiempo en tiempo se va de vacaciones a Europa. Mientras el proletariado es cada día más pobre. Y explotado 12 horas continuas.

Clase media desvariada que en el 2000 se volvió loca de contento con la ascensión al Poder del orangután PANista, Vicente Fox. No olvidemos que la fracción PRDista a la que pertenecía López Obrador, votó por Fox. “Voto útil” le llamaron a su maldito enjuague.

Para los revolucionarios de la clase obrera está claro como la luz del medio día, que la poderosa fuerza que decide quién será el reaccionario payaso “ganador” no es el pueblo iluso que fue a votar, sino la omnipotente oligarquía financiera (los monopolios banqueros, industriales y comerciales) en general, y el imperialismo norteamericano en particular. Ellos, los ricos capitalistas, y nadie más, son los que deciden inapelablemente quien perdió y quien “ganó”.

1988, 2006 y 2012 son pruebas testimoniales recientes que dejan ver que no es el pueblo el que decide, sino que son los omnipotentes capitalistas-imperialistas que detentan el Poder los que seleccionan al “ganador”. Nadie más.

Ellos son los que “quitan y ponen”. No los pobres. La opinión de las embaucadas masas que acuden a votar vale menos que un comino. Esa es la democracia burguesa, o sea, la dictadura del Capital. Puro teatro de polichinelas. Y garrotazos, cárcel y asesinato para los que protesten.

El INE y los IEEs, así como las “encuestas”, no son más que instrumentos de diversión política del Estado burgués. Sus “conteos” son una farsa. Las decisiones de quienes serán los perderos y ganadores en ese grotesco tongo ya están tomadas con antelación. Como indicamos renglones arriba.

INE e IEEs son meros títeres de sus reaccionarios amos burgueses. Quien le llame “democracia” al circo electorero es un rastrero lacayo de la autocracia y enemigo del pueblo, o bien es un completo ingenuo.

Prosigamos. Somos del parecer de que el nazi-goebbeliano, y actual candidato, y dueño de facto, del policíaco PT de Baja California, y su recua de compinches, serán, próximamente, los elegidos por el dedo capitalista oligárquico para que sean ellos lo celosos y diligentes administradores de los negocios comunes de toda la clase burguesa. Sobre todo, de los intereses comunes de los extranjeros, o sea, de los inversionistas-imperialistas.

¿Acaso no se lo merecen? ¿No han sido Bonilla y sus cofrades los “más trabajadores” e “incansables y laboriosos funcionarios?”. (“Muy trabajadores” así le llama la oligarquía financiera a sus lacayos más fieles, embaucadores y demagogos). Además, muy populares, buena gente que regala despensas y “apoyos” monetarios. Agregan innumerables arrastrados.

También su ex compinche, el mafioso PRIista Hank Rhon, en el show de 2007 era el “más popular”, el que más borregos arreaba, y sólo bastó la voz de trueno de los gerifaltes de Washington para que su acariciado “triunfo” -que ya tenía en la bolsa- se desmoronara.

Lo mismo le paso a López Obrador en 2006. Y también en 2012. De ser el “candidato puntero” hasta pocos días antes de circo electorero, su candidatura rodó por los suelos. ¿No es muestra patente que las votaciones, dentro de los marcos del capitalismo, son un fraude? La gavilla que encabeza el multimillonario, del monopolio PSN, ya se frota las manos. Pensando en “su triunfo”. ¿Acaso no es “aclamado” por los pobres?

Dice un refrán que: “del plato a la boca a veces se cae la sopa”. Pero la cofradía exPRIista, hoy PTista, saben también que “perdiendo también se gana”. Todos ellos se ven reflejados en el espejo de Hank Rhon, y por supuesto en el espejo de su inmaculada deidad, López Obrador.

El imperialismo siempre tendrá suculenta pitanza para sus feroces y leales mastines. Sin importar que tan viejos y achacosos estén. La lealtad de esos perros para con el amo imperialista es eterna. Verbigracia, Xicoténcatl Leyva Mortera.

Asimismo, consideramos que próximamente, durante el circo electorero presidencial de 2024, la aparentemente detestada gobernadora morenista de Baja California, Marina del Pilar, y el hoy “líder popular” PTista, Jaime Bonilla, se abrazarán y se besarán. Olvidarán sus mutuos agravios. Y la caricaturesca riña concluirá. Acatando los dictados de la divinidad de ambos, López Obrador.

Sana paz para llevar al trono al próximo autócrata, del partido Morena. Títere colonial que será elegido, como lo indicamos antes, por la todopoderosa oligarquía financiera. Y en particular por Wall Street. Como lo fue, López Obrador. Tal es la esencia de clase de esos politicastros. Repugnantes cerdos que se baten en el chiquero y que trompean en la misma batea.

¿Acaso AMLO no ha hecho lo mismo? ¿Reñir con sus presuntos adversarios a los cuales tildaba de conservadores, de neoliberales, etcétera, para poco después terminar reconciliándose con esa gentuza criminal?

Testimonios inocultables son los innumerables bandoleros PRIistas y PANistas contra los cuales el autócrata morenista, antes, vociferaba “detestar” y que actualmente son parte de su régimen. ¿Dejaron de ser de la “mafia del Poder”? ¿Ya no pertenecen a la “minoría rapaz”?

Para los revolucionarios de la clase obrera, Jaime Bonilla es un charlatán. Un multimillonario que nunca ha dejado de pertenecer a la “Mafia del Poder” ni a la “minoría rapaz”. Un criminal que, aunque se vista de “rojo socialista” no dejará de ser un reaccionario enemigo del proletariado. Hasta que se muera.

De una cosa si estamos seguros: tarde o temprano, muchos de estos sátrapas disfrazados con atuendo popular, serán juzgados por el pueblo. Y pagarán todos sus crímenes, uno por uno.

Porque el pueblo no perdona ni a hipócritas ni a demagogos. Mucho menos a traidores y vendepatrias. Y como sentenciaba el gran, Carlos Marx, todos ellos irán a parar al basurero de la historia. Que no quepa la menor duda.

Atentamente,

Javier Antuna

Correo: triunfocomunista@gmail.com

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