Ni ayer el generalote priista Lázaro Cárdenas, ni hoy el reaccionario parlanchín morenista López Obrador, se mordieron la lengua. Los reaccionarios vendepatrias en el poder no sólo han entregado el petróleo. Sátrapas priistas y panistas y otros del mismo pelambre han sido rastreros lacayos de los imperialistas. Principalmente norteamericanos.
Echarle mendrugos (“apoyos”) a las masas proletarias paupérrimas no quiere decir que el régimen colonial burgués se haya transformado, que la bestia se haya corregido. El construir modernas y colosales obras como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas, el Tren Transísmico, el Aeropuerto Felipe Ángeles, etcétera, no significa que la clase obrera será la beneficiada con tales edificaciones.
Somos de la opinión de que la “desaparición” en el mar de los siete quintos, con todo y uniforme (incluso con las botas puestas), tiene toda la impronta de haber sido la consecuencia mortal de un adiestramiento kaibil. De un “ejercicio de resistencia” a la que son sometidos los referidos militares novicios.
En las últimas semanas se ha conocido la noticia de la reaparición, en la ciudad de Mexicali, Baja California, de la rickettsia, una vieja y mortal enfermedad que ataca a las masas pobres. Fundamentalmente.
Al no existir un genuino partido comunista que eduque, organice, anime y haga consciente de su tarea histórica al proletariado, éste será empujado por la masiva propaganda burguesa goebbeliana a votar “por el menos malo”.
Las recientes “Iniciativas de Reformas a la Constitución”, presentadas por el déspota de “rostro humano”, López Obrador, el pasado 5 de febrero, no son más que una lista de “buenas intenciones”.
Lourdes Maldonado, después de haber sido empleada por alrededor de tres años en el consorcio radio-televisivo Primer Sistema de Noticias (PSN) propiedad del citado déspota, fue “despedida (mejor decir, fue corrida). Nueve años duró la demanda contra Bonilla por despido injustificado y además por el pago incompleto de su sueldo.
No existe la menor duda de que tanto los que rechazan, sin tapujos, la reducción de la jornada laboral (como Carlos Slim, la COPARMEX, el CCE, y otros del mismo pelaje), así como los que se muestran “simpatizantes”, son todos ellos enemigos a ultranza de la clase obrera. Unos disfrazados y otros sin disfraz.
El magnate alardea de ser “muy mexicano” y oriundo de la colonia proletaria, Libertad, de Tijuana. ¿Entonces por qué nadie lo conoce en dicha colonia? ¿Dónde está su casa?, ¿su familia? Además, preguntamos: ¿a qué escuelas acudió?
El sátrapa del Partido Morena, López Obrador, con gran alarde calificó de “histórico” el reciente aumento al salario mínimo que la clase patronal burguesa, a través de la CONASAMI (Comisión Nacional de los Salarios Mínimos), le aventó a la clase obrera.