El inicio del ciclo lectivo 2022-2023, en el que regresarán alrededor de 900 mil alumnos de educación básica, media superior y superior a las aulas en Baja California, significa un golpe a la economía de las familias, de por sí ya afectadas por la alta inflación registrada en la entidad.
Poco más de la matrícula total de alumnos regresó a clases presenciales el 28 de febrero, pero sin autorización para ser vacunados y ante una crisis de agua en la ciudad, poco oportuna en un escenario donde la COVID-19 sigue presente
El regreso a clases presencial, considerado actividad esencial, podría suceder a partir del 21 de febrero, si es que Baja California cambia su semáforo epidemiológico a Amarillo, con lo que también se abrirían los aforos al 75% y habría mayor movilidad, y, por ende, mayor riesgo de que vuelvan a incrementar los contagios. Ahora con la subvariante Ómicron BA.2, considerada aún más infecciosa
Aunque ya hay descenso en los contagios, aún no hay un panorama favorable para que los menores regresen a clases presenciales en escuelas de educación pública
Ante el cambio del semáforo epidemiológico a “naranja”, el Gobierno del Estado optó por modificar su acuerdo previo de regreso a clases presenciales, y mantendrá el esquema de trabajo virtual de manera indefinida.