Como consecuencia de la vertiginosa velocidad de la vida actual, transitamos por nuestra existencia en forma automática, sin prestarnos la debida atención, hasta que desafortunadamente la falta de salud física o mental, e incluso la pérdida de la vida, frenan temporal o definitiva, en forma dolorosa, nuestro paso por este mundo.
Ya no hay filas ni horarios especiales para asistir a los comercios, ni aforo máximo permitido; tampoco la toma de temperatura o el gel antibacterial disponible a la entrada de sitios públicos...
Este verano he analizado y visto las pruebas de que las altas temperaturas dominan al hombre. Con el mercurio alto y los Celsius a más de 33° acá en Tijuana, ese calor ambiental nos somete y da como resultado inactividad en la noche, sepulcral silencio; ni los canes ladran.
El 19 de marzo del 2020 llegué al edificio del INAI en Ciudad de México, para llevar a cabo una importante misión: Por primera vez en la historia, inscribir a Baja California para participar en el Plan DAI.
Baja California y el país tienen el orgullo de reconocimientos de destacadas artistas en pintura, poesía, literatura, escultura, periodismo y deportes. Pero en la organización social, ante seguridad, movilidad, ausencia de cobertura de salud y educación de calidad, ahí fallamos.