Una ciudad sin cabezas. Lejos de un escenario de credibilidad en líderes, la sociedad cuestiona cada vez más los liderazgos formales por sólo ver títeres insensibles, improvisados, ignorantes de su rol y las torpezas de su incapacidad técnica y administrativa. Personajes ausentes de cultura social, política e histórica.
Baja California y el país tienen el orgullo de reconocimientos de destacadas artistas en pintura, poesía, literatura, escultura, periodismo y deportes. Pero en la organización social, ante seguridad, movilidad, ausencia de cobertura de salud y educación de calidad, ahí fallamos. En esos campos hay parálisis; estructuralmente, el sistema político ha aplicado profunda anestesia ideológica, informativa, social, sindical, cívica y política.
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Es incongruente que los partidos sólo recurran a pueblo por el voto. Y se enojan las masas si pierde la selección nacional… ¿pero sí destrozan los presupuestos y el gobierno no pasa nada?
La entidad carece de cosas fundamentales, y el sistema en sus élites tiene pocos valores humanistas que rescatar; pero una de las cuestiones más graves es que carece es de liderazgos sociales. No existen aún personalidades con convocatoria y organización para enfrentar a fondo la rapacidad dentro y fuera del gobierno.
Predica en el desierto, quien convoque a rebelarse por el abandono de escuelas públicas y privadas, el derecho de pago de sueldos de maestros por meses o años, retraso de becas a estudiantes y la participación de los padres de familia de comedores en escuelas y crisis crónica de la salud pública y los abusos de la impune salud privada.
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Las universidades como conciencia crítica desaparecieron; son invisibles los liderazgos de estudiantes y maestros-, a pesar de abusos económicos, académicos, administrativos, acoso sexual. ¿Miedo hay en la educación superior e instituciones públicas? Sí. Es trágico para una sociedad no tener en quien confiar, en quien creer, en quien depositar credibilidad para gestionar soluciones con representatividad autentica. Los sindicatos están huecos y chuecos.
Queremos a nuestra comunidad… pero no llena de baches, a oscuras, sin áreas verdes, con transporte caro, indigno y donde se viaja cual sardinas.
Un poco de historia local de liderazgo popular. Don José Lepe, un luchador social, activo en los 60 y 70, cuando esta ciudad, la más alejada de la CDMX, como hoy, no había agua. Don José Lepe, hombre recio y al que ninguna agrupación cívica, club social, universidad, o entidad de gobierno ha reconocido por ser pionero, frente a un gobierno priista represivo. Los líderes de verdad no quieren medallas, lo que destaco que el stablismenth borra a luchadores sociales. Don José Lepe y cientos de vecinos protestaban por ese abandono del gobierno de un servicio esencial. Y fue encarcelado cada semana por encabezar las marchas.
Un contraste de Dos Tijuanas: la súper-rica y la “invisible”. Se construyen centros comerciales, rascacielos y hospitales privados de lujo. Enormes inversiones en modernas clínicas para la ola extranjera de salud. Las fronteras son atracción para miles que vienen a atender su salud. Pero el Estado, gobernadora ni alcalde -menos el Congreso-, gestionan hospitales para desamparados. Creció en desmesura la medicina privada que lucra en exceso, pero se enterró la salud pública. Basta ver las carencias del Hospital General, Issste, Issstecali y clínicas de SSA.
En el Hospital Excel, durante el Covid-19, los pacientes están obligados a pagar 20 mil dólares para ingresar. Nadie garantiza que lo salven; podría salir sin vida (como sucede) y sin ninguna responsabilidad o consideración. Pero no es el único hospital ni firma; así operan los hospitales privados donde la maximización de ganancias está por encima de la responsabilidad y la vida. Quizás las clínicas y hospitales de veterinarias tengan más piedad con los animales que llegan por accidentes, dolores o padecimientos. Mientras, las bases de los sindicatos y líderes siguen calladas, porque por la falta de infraestructura, recursos, medicamentos, equipos, etcétera, fallecen cientos.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com
