Ante la falta de acciones concretas, pareciera que la administración encabezada por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, no tiene interés suficiente en responsabilizar a los funcionarios del bienio del ex mandatario y compañero morenista, Jaime Bonilla Valdez, de las irregularidades perpetradas, las cuales dejaron el erario mermado.
Para empezar a resolver un problema, lo primero es reconocer que existe y que no tenemos el control, como en los programas de alcohólicos anónimos, y el problema con el tema migratorio en México, es que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha mentido durante tres años, y con sus falsos conceptos, evade la obligatoria decisión de hacer frente a la realidad.
El 26 de noviembre de 1997, a balazos, despojaron de la tranquilidad y la salud al codirector fundador de ZETA, Jesús Blancornelas. A su escolta, Luis Valero, le arrebataron la vida. Fueron asesinos al servicio de los hermanos Benjamín, Ramón y Javier Arellano Félix, cabezas del cártel que se identifica con sus apellidos. Como evidencia, uno de los jefes de sicarios del CAF murió en la escena.
Al escuchar y ver en días recientes al Presidente Andrés Manuel López Obrador repartir culpas, resultó imposible no pensar en Desconexión Moral y remitirnos a la teoría del psicólogo Albert Bandura (1925-2021).
Al verla con su enorme y jovial sonrisa de oreja a oreja, sociable al punto de la imprudencia, embarazada en la tercera ola de pandemia de COVID-19 repartiendo besos y abrazos a diestra y siniestra “con el corazón por delante”, pareciera que nada preocupa ni perturba la paz de la primera mujer gobernadora electa de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda.
En esta edición impresa, el nombre de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda se integra a la página negra que semana a semana se publica en ZETA para preguntarle, como a sus nueve antecesores, si ella, la primera mujer en el cargo, tendrá la voluntad, y su administración será capaz de detener, a quien o quienes ordenaron el asesinato de nuestro codiretor fundador, Héctor Félix Miranda.
En materia de combate a la corrupción, el Estado bajacaliforniano tiene una deuda con los ciudadanos por más de 30 años, y ahora será responsabilidad de la gobernadora electa, Marina del Pilar Ávila Olmeda, solventarla.
Jaime Bonilla Valdez, el todavía gobernador de Baja California por los siguientes nueve días, quien se vanagloria de ser el padre y la madre del partido Morena en la entidad, decidió que era buena idea realizar movimiento de última hora que afectara la gestión de su sucesora, la gobernadora electa Marina del Pilar Ávila Olmeda.
El ingeniero y gobernador por Baja California, Jaime Bonilla Valdez, así como su secretario y doctor honoris causa, Amador Rodríguez Lozano, tienen -por 16 días más- el poder y las herramientas para generar cambios, pero hasta el último momento, siguen intentando torcer la Ley en lugar de aplicarla.
La carencia de medicamentos e insumos, negligencia que ha provocado que “muchos enfermos sumamente graves recaigan”, es una historia que sigue repitiéndose en Baja California a largo de la pandemia del virus SARS-CoV-2. Tuvo una crisis a finales de julio de 2020, y se repite en 2021.