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martes, marzo 26, 2024
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Los gastos superfluos de un gobierno austero

Marina del Pilar Ávila Olmeda, gobernadora de Baja California, no conoce la austeridad. Ella, que se limita hace o dejar de hacer lo que ordena, instruye o solicita su Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien evita los viajes fuera del país, esta vez decidió que no le era conveniente seguir el ejemplo de AMLO.

Los días 20 y 21 de septiembre, ZETA solicitó nuevamente la información que reporteros de Mexicali habían requerido en la conferencia desde 15 de septiembre, en el viaje que el gobierno bajacaliforniano bautizó “Misión Francia-Alemania”, fechado del 18 al 28 del mes en curso y aseguraron algo prácticamente imposible: que costaría 80 mil pesos, el equivalente a 4 mil dólares.


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Cuando los precios de las agencias de viajes, con paquetes -vuelo y hotel- en clase Turista, van de 3 mil a 5 mil dólares. Y las páginas de hoteles “promedio” en Alemania cobran hasta 3 mil dólares por cinco noches.

Se les preguntó: ¿Quiénes fueron del Gobierno del Estado? ¿Cuáles académicos de BC se agregaron? ¿Cuáles empresarios?, así como los nombres de 40 empresas que van a visitar, toda información que debió estar incluida en el plan de trabajo o cronograma del viaje desde antes que salieran, y resulta que siguen sin querer hacerla pública.

El jueves 22, el secretario general de Gobierno, Catalino Zavala, se limitó a responder a través de Comunicación Social que los funcionarios que acompañaron a la gobernadora fueron el secretario particular de Marina; el secretario de Economía, Kurt Honold; además del secretario del Agua, Armando Samaniego. “Ambos secretarios se encargaron de sus gastos”, aseguró. Lo que sería un abuso si de verdad se trata de un viaje de trabajo.


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De los académicos, empresarios, y empresas, Zavala reveló “se irán dando a conocer”, por lo que seguiremos sin saber si su participación en el paseo estaba justificada en el marco institucional de supuesta austeridad republicana.

Capaz que esas 40 empresas alemanas y francesas, de las que hablan, son las mismas que desde 2013 y 2017 se anunciaron y decidieron instalarse en Baja California, lo que tiene al Estado en una buena posición. De acuerdo a viejos comunicados, tales empresas son del ramo automotriz, generación de dispositivos médicos, farmacéutica, aeronáutica, automotriz, energías renovables, electrónicos y de semiconductores.  Los mismos que mencionó la semana pasada Rodolfo Andrade, subsecretario de Economía.

Peor, si después anuncian como súper logro las inversiones de empresas que llevan una década metiéndole periódicamente, decenas de millones de dólares a su expansión, como Infineon Technologies, fábrica semiconductores que en BC se llama Rectificadores Internacionales.

Para ofrecer a los empresarios lo que necesitan, planes estratégicos de negocios, mejores condiciones fiscales, factibilidad de servicios, terrenos, espacio de ubicación, es necesario que vengan para mostrarles. Las cámaras empresariales de esos países hacen giras anuales a los estados mexicanos, pero en BC decidieron que era buena idea, en lo oscuro, ir a gastar lo que no se tiene, sin ofrecer o presentar justificación sólida.

Además, lo hizo después de gastarse 7.4 millones de pesos en su primera ceremonia del Grito de Independencia, aunque los periodistas le solicitaron un desglose de gastos que tampoco hicieron público aún. El secretario de Finanzas, Marco Moreno Mexía, se atrevió a decir que “jalonearon” para no hacer gastos superfluos, pero pagaron por cerrar con la presentación de los cantantes Emmanuel y Mijares, cuyo costo promedio más bajo es de 3 millones de pesos, de acuerdo a lo informado a ZETA por algunos promotores.

También contrataron un espectáculo de drones que, de acuerdo a los empresarios del ramo, tiene un costo de 7 mil pesos por dron por once minutos, lo que significa que si fueron 100 drones -el mínimo que ofrecen-, el costo fue alrededor de 700 mil pesos más viáticos de los operadores.

Sólo esos dos conceptos, suman alrededor de 4 millones de pesos, “creo que lo merecemos”, consideró Moreno Mexía, pero por ese dinero, también merecemos más medicinas para el Hospital General, pagar sueldos pendientes de maestros, reparar las escuelas que continúa sin funcionar.

¿Qué tal gastarlo en vigilancia para los puentes que están sobre la canalización en Tijuana, para que no mueran otros adolescentes como Kevin Yael?

Tratándose de inseguridad, no basta con grabar un video desde Francia, a más de 9 mil kilómetros de distancia, para lamentar los asesinatos en San Felipe del subdirector Erik Aguilera Barajas y el Comandante Norberto Ornelas Nava, cuando también asesinaron a otro policía municipal, un abogado, un empleado del Ayuntamiento de Tijuana, y balearon a un funcionario de la Fiscalía General de la República y otro de los Juzgados federales.

Pero, como se empieza hacer una mala costumbre, de nuevo con la señora Marina del Pilar Ávila, el problema es la falta de transparencia, los aparentes y evidentes gastos innecesarios que resultan en abuso de poder.

Autor(a)

Rosario Mosso Castro
Rosario Mosso Castro
Editora de Semanario ZETA.
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