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viernes, febrero 16, 2024
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“Tempestad”, cine de denuncia

Dirigida por Tatiana Huezo, la película que retrata la injusticia e impunidad en nuestro país, a través de la mirada de dos mujeres, se presentó en el marco de actividades de Ambulante. “Esta historia me golpeó profundamente en la cabeza y en mi propia fragilidad, porque me confrontó con mi miedo y me hizo pensar que no podía quedarme callada”, declaró la cineasta

Después de medio año encarcelada bajo la acusación de tráfico de personas, tras haberla sacado de su trabajo en el área de migración del aeropuerto de Cancún, el 31 de agosto de 2010, Miriam Carvajal fue liberada del penal de Matamoros por falta de pruebas. El trayecto que tuvo que hacer para regresar a casa y encontrarse con su hijo y familia, es el inicio de “Tempestad”, documental de Tatiana Huezo en el que también se presenta el caso de Adela, quien por una década ha buscado a su hija desaparecida.


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“Esta historia me golpeó profundamente en la cabeza y en mi propia fragilidad, porque me confrontó con mi miedo y me hizo pensar que no podía quedarme callada. Como documentalista hablo de las cosas que me preocupan y me duelen, pero como documentalista y ser humano estoy muy enojada y preocupada por lo que está pasando en nuestra sociedad y país. Desde ahí hablo, desde lo que a mí me duele y preocupa, y la herramienta que tengo para hablar es el documental”, declaró en entrevista con ZETA la ganadora del Ariel en 2012 por “El Lugar más Pequeño”.

tatiana huezo, directora de "tempestad", ambulante 2016

En su paso por Baja California, que terminó ayer jueves 26 de mayo, Ambulante ofreció tres funciones de “Tempestad” -dos en Tijuana y una en Ensenada-, siendo en la primera donde la cineasta contó que su cercanía con la historia radica en el lazo de amistad que tiene desde hace 20 años con Miriam, la protagonista principal de la película.


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“Me encontré con ella justo un año después de que salió de prisión y fue muy impresionante para mí. Ella estaba muy enferma, como muy deprimida y rota, fue muy fuerte percibir algo muerto dentro de ella en ese encuentro que tuvimos, en el que ni siquiera pudimos hablar de lo que sucedió dentro (de la cárcel)”, complementó en la Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana (CECUT) al encabezar la mesa redonda “Violencia, Crimen Organizado y Sociedad”.

Luego de recibir varios poemas que Miriam escribió en prisión, Huezo le propuso la idea del documental, al notar en los textos palabras cargadas de oscuridad y dolor, pero también de mucha belleza y fuerza, que de alguna forma eran el corazón de una historia. Finalmente, la aceptación de Carvajal llegó ante la necesidad de romper el silencio y fue entonces que la documentalista comenzó la búsqueda de una segunda voz que fuera un contrapunto visual y narrativo, para que el viaje de regreso tomara pausa y viéramos la vida cotidiana de los personajes: “Pensé que debía dar con una mamá que buscara a un hijo desaparecido porque hay cientos de familias en ese perfil que me parece muy importante. Di con Adela trabajando con diferentes organizaciones que tratan a personas con familiares desaparecidos. Fue muy especial conocerla porque es una mujer con una cordura y claridad muy especial, que tiene un oficio (payaso) que es una ironía, pero un tesoro para ella, al poderse agarrar de él y hacer reír a los demás”.

Foto: Agustín Reyes/La directora del documental

Foto: Agustín Reyes/La directora del documental

Toda una radiografía de la impunidad que impera en el país y las injusticias que llegan a arruinar la vida de inocentes, se ve a lo largo de los 105 minutos que dura “Tempestad”, en los que, a través del testimonio de Miriam, el espectador también conoce detalles de cómo el narcotráfico ha permeado cada sector de la sociedad. Pero la base de lo que se muestra es la investigación que Tatiana hizo al emprender el mismo recorrido de Miriam entre Matamoros y la Riviera Maya: “Empecé a bajar en autobuses y en algunos casos en autos que íbamos alquilando. Realmente no iba consciente del número de cuerpos policiales y de Ejército que hay en las carreteras de México y de la cantidad de retenes. Desde que empecé el viaje me impresionó mucho que la guerra se puede ver en las carreteras de México gráficamente”.

Incluir esa línea narrativa en la película, pese a ser complicada, fue de las prioridades para la cineasta, por lo que solicitó permiso a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), en un trámite que duró seis meses: “Nos dijeron que de ninguna manera podíamos  grabar a militares y retenes a lo largo del camino, sin embargo, está lleno de ellos, así que algunas imágenes las hicimos desde el autobús sin pedir permiso”.

Por otro lado, para tener escenas del proceso interrogatorio de un retén militar, Huezo recurrió a simbolizar la dinámica con gente retirada: “Para mí era importante representar la sensación que uno tiene cuando es detenido, que es algo muy agresivo. Al no tener acceso al retén más grande, que prácticamente es una pequeña ciudad militar donde incluso viven los soldados y está lleno de sus casas y de estos costales que enciman, decidimos buscar a militares recientemente retirados que trabajaran en la zona y encontramos a cuatro que accedieron a montar a un retén al lado de uno de migración a la salida de Matamoros y Ciudad Victoria. Hicieron el trabajo que hacían  cotidianamente, lo único que nos pidieron es que no salieran sus rostros”.

Cuestionada por ZETA sobre los espacios híbridos que le dan más libertad al documental, para implementar estrategias del tipo, la directora comentó: “A mí no me preocupan en lo más mínimo todas estas cuestiones rígidas del objetivo y la verdad. Para mí el documental es una película a través de la cual tú vas a poder comunicar, provocar y hacer sentir cosas a alguien más. Lo único que existe en ese sentido es la verdad y compromiso que tienes con los personajes que participan en la película, porque los pactos y códigos que tú estableces con ellos son irrompibles. Ese es mi compromiso, después echo mano de todas las herramientas y elementos que tenga que usar, ya sea de la realidad o ficción, para poder contar una historia”.

Orientada a una trama de rostros, en la que se ve el transitar de la gente viajando del norte al sur de México, el documental contó con solo tres personas de producción para las escenas rodadas en autobuses y tuvo que generar un aproximado de 500 hojas de sesiones de derechos, que respaldan la aparición de los pasajeros en el transporte, ya que inicialmente Huezo se tomó la libertad de hacer tomas sin pedir permiso, a fin de que la actitud de la gente no cambiara ante la cámara.

Tras su participación en Ambulante, “Tempestad” se estrenará en Nueva York como parte del Festival de Derechos Humanos en el Lincoln Center, para después viajar a Washington e Inglaterra.

“Afortunadamente la película está empezando a caminar muy fuerte, es muy importante mostrarla porque ese es el fin con el que uno las hace, poder entregarlas y compartirlas”, puntualizó Tatiana Huezo.

tempestad, ambulante 2016

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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