Alrededor de las 12: 40 horas del jueves 18 de noviembre, ingresó al área de Urgencias de la Clínica 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social, una mujer de 31 años, quien presentaba vómito y nausea. Al percatarse el personal que la recibió de un olor intenso, la interrogaron, momento en que manifestó que ingirió una tableta de insecticida para atentar contra su vida, siendo la sustancia sulfuro de aluminio.
Tras esto se inició en el hospital el programa interno de contingencia, separándose al resto de los pacientes en dicha área de la clínica del contacto con cualquier sustancia riesgosa para su salud, redirigiéndolas a otras áreas del recinto. Después se dio aviso a Protección Civil y a la Dirección de Bomberos, informó el director de la clínica, doctor Arturo Álvarez.
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“Una vez que la Dirección de Bomberos recibe el reporte, arriba al lugar el jefe de turno junto con la División de Materiales Peligrosos y la Estación No. 8, inmediatamente empiezan a cruzar información con personal de la Clínica 1, informando que ya habían iniciado algunos procedimientos de evacuación de las personas que estaban relativamente cerca al lugar, se toma la decisión de meter a un equipo para realizar un monitoreo, se establece un perímetro de seguridad de alrededor de 25 metros a la redonda, se toman decisiones como evacuar en sitio, algunas personas que no requieren ser evacuadas y ser expuestas se quedan en el lugar por las condiciones médicas que pudieran guardar”, declaró Carlos Gopar, Director de Bomberos.
La paciente falleció a las 13:15 de la tarde por un fallo cardiorrespiratorio. Los 2 médicos que intubaron a la paciente fueron evacuados a un cuarto aislado por haber entrado en contacto con fluidos de la paciente, mientras que otros 8 médicos y enfermeros del área de urgencias fueron hospitalizados para realizarles pruebas en sus funciones orgánicas y mantenerlos en vigilancia por 1 o 2 días para descartar una intoxicación. 57 pacientes ingresados en el servicio de urgencia fueron dirigidos a otra área del hospital, comentó el Doctor Alan Hernández, Jefe de Urgencias.
“El proceso de nosotros fue primero establecer si había posibilidades de que esta persona, después de haber ingerido esto tuviera capacidad de poder generar algo de fosfina, que es el problema principal que nosotros queríamos evitar”, detalló el Jefe de la División de Materiales Peligrosos, Julio Martínez.
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La fosfina puede generarse como una reacción del contacto entre el sulfuro de aluminio y el ácido clorhídrico que toda persona tiene en su organismo. Dicho gas es tan tóxico que puede provocar la muerte con la ingesta de un volumen de 1.2 miligramos por kilogramo, por lo que una persona de 100 kilogramos de peso moriría con una ingesta de 120 miligramos, lo que es menor a una dosis de aspirina, explicó Martínez a ZETA.
Si bien no se encontró rastro de gas fosfina, se emplearon extractores e intercambiadores de aire para limpiar la atmósfera en el área, dejándola completamente segura en un lapso de 20 minutos.
La clínica no recibirá pacientes en el área de urgencias por un lapso de entre 24 y 48 horas, es decir, hasta el sábado 19 de noviembre, por lo que los derechohabientes del IMSS deberán recurrir a otros de sus hospitales, informó Álvarez.
