El Presidente se sabe necio y, con la soberbia de la mayoría legislativa, apuesta a hacer estos cambios a modo, que podrían perjudicar el sistema electoral, regresarlo a la esfera del poder
“Tenemos ya dos años de casadas, batallamos un poquito, primero fue la boda simbólica porque aún no estaba aprobado el matrimonio igualitario y anduvimos buscando en Ensenada hasta ser aceptados”, comentó Cassandra, esposa de Yamileth.
En Tijuana y Mexicali, las asistentes gritaron consignas como “Ni una más, ni una asesinada más” y “Nos cuidamos entre nosotras”. Feministas dañaron recintos oficiales, públicos y monumentos