Lo sucedido el pasado fin de semana con el Grupo de Regeneración Nacional, que todos aclaman como Morena, ya ha merecido la atención y comentarios de los mexicanos.
Camiones, taxis provenientes de Rosarito y Tijuana, fueron vistos en los centros de votación de Mexicali, mismos que subían y bajaban acarreados en las oficinas del Sindicato de Burócratas.
Pareciera que Claudia Sheinbaum, alias “La Corcholata”, no hallaba cómo llamar la atención ante el reciente descenso de su popularidad entre el electorado nacional; el mejor escenario que encontró fue el ajuste de su gabinete, así que decidió echar mano de uno de los funcionarios más reciclados del noroeste de nuestro país: Amador Rodríguez Lozano.
Entre otros ofrecimientos del candidato AMLO figuraron también el instaurar una verdadera democracia, acabar con los fraudes electorales y aseguró que en adelante las elecciones serían limpias y libres. Pero del “dicho al hecho...”.
El espectacular de una revista que no tiene circulación en Tijuana, bardas pintadas y un mensaje en el Cerro Colorado han sido los instrumentos para dos aspirantes a la presidencia de México para promoverse sin que nadie los sancione.
Los tiempos políticos se adelantaron por razones justificables, para garantizar la continuidad de la política social tabasqueña. En el momento actual que la “Alianza por México” está derrotada, sin propuestas y raquítico apoyo social.
Las primeras acciones de concretarse el gobierno de Gustavo Petro -que no es comunista, sino socialdemócrata la tierra de Gabriel García Márquez, nación hermosa, musical y de naturaleza pródiga, será combatir el hambre, subsidiar alimentos, no aplicarles IVA, producir fertilizantes para revertir importaciones agrícolas.
“Los padrinos mágicos” es una serie animada de televisión que conocí durante la infancia de mi hermano menor. Se trata de dos personajes cuyo propósito es conceder deseos a los niños que no son felices.