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viernes, febrero 23, 2024
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Nuevos alcaldes, nuevos estilos

En la ignominia, ni Pelayo ni Robles acuden a tomas de protesta Luego de las elecciones del 7 de julio, cuando el Partido Acción Nacional recuperó dos de cinco alcaldías, el último día de noviembre de 2013, los ayuntamientos de Mexicali, Tijuana, Ensenada, Tecate y Rosarito se renovaron. Aquí los detalles de las diversas fiestas políticas, populares y formales. Díaz Ochoa: el predicador político En el último párrafo del discurso, Jaime Díaz hizo a un lado el texto. “El apoyo, entrega y dedicación de nuestras familias, son la luz que nos guía, somos triunfadores…”, dijo en sus 15 minutos de lectura. “Hoy les pregunto a todos los que estamos aquí, nacidos y no nacidos en Mexicali: ¿quién quiere a Mexicali?”, soltó el recién protestado, evidenciando su “espontaneidad”. La respuesta, un sonoro “¡Yooo!”. Entonces, ya en tono de predicador, de sesión de motivación, pidió a todos los que habían gritado ponerse de pie y levantar su mano derecha, y arengó “Vamos a romper los formulismos”. Ya en la pose, les pidió gritar la consigna para que los escucharan en Mexicali, San Felipe y todo el Valle a la Ciudad: “¡Amo a Mexicali! ¡Amo a Mexicali!”, hasta en tres ocasiones, seguido por los cientos de presentes, brazo en alto, “y me comprometo a trabajar por limpiar nuestra ciudad, por amar nuestra ciudad, por hacer mejor capital. ¡Vamos por Mexicali, amo a Mexicali!”, cerró el alcalde su catarsis colectiva. Minutos antes había tomado la protesta de Ley -riguroso el cronómetro-frente al gobernador Kiko Vega, la presidenta del Poder Judicial, María Ester Rentería, y el alcalde saliente, Francisco Pérez, Tejada quien se llevó el más ruidoso abucheo. Al inicio de su discurso, Díaz Ochoa había agradecido  “a Dios, la vida y a los mexicalenses, esta segunda oportunidad de poder servir”, después informaría los ejes principales de lo que será su gobierno: desarrollo institucional para el buen gobierno, con “la administración municipal con un enfoque al ciudadano”¸ desarrollo económico sostenible, desarrollo social incluyente, desarrollo ambiental sustentable, seguridad ciudadana, y vivienda e infraestructura. El nuevo alcalde panista -separado unos metros de su antecesor priista- dijo: “Estaremos confiados en los trabajos de los órganos que están establecidos para la revisión y auditoría de los recursos públicos”, lo que pareció una velada advertencia a Pérez Tejada. Fue un evento emotivo, festivo desde las banquetas que rodean el Auditorio del Estado, con mujeres en zancos, música, un rápido acceso. Dentro, la evidente ubicación de dos públicos: abajo, sillas numeradas y edecanes que acompañaban a políticos, funcionarios, familiares de regidores, ex alcaldes, la gran mayoría de corte blanquiazul. Todos de riguroso traje y vestidos modernos, mientras más jóvenes, más altos los tacones. Arriba, en galeras, el pueblo, la gente ordinaria con sencilla vestimenta, cargando banderas que les entregaban en la entrada. Llegaban en grupos, vociferaban desde arriba, gritaban y daban  leve “carrilla”  a los de abajo. Luego del discurso, el presidente municipal saludó y abrazó uno a uno a los integrantes del presídium, regidores, funcionarios de la nueva y vieja administración y al representante del Congreso, Gustavo Sánchez, en medio de aplausos.  Al final del acto, saludos, abrazos, besos. A la salida, al nuevo alcalde lo esperaba una rondalla  y la inmediata toma del micrófono  para sumarse a entonar el poema-canción de Mario Benedetti, casi un himno para la izquierda latinoamericana: “Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo, y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos…”. Gritaba, cantaba el alcalde, cargado de la adrenalina del primero de los mil 095 días de periodo  municipal recién arrancado. Mientras, decenas de cachanillas esperaban el traslado a sus colonias de origen al Valle, a la periferia de la ciudad, después de ser testigos y partícipes del acto oficial de toma de protesta. Astiazarán: gobernar a mayoría escuchando a minoría Los dos compromisos con los que inicia el alcalde de Tijuana, Jorge Astiazarán Orcí, son producto de los males de la anterior administración. Para marcar la diferencia: 1. Participación ciudadana con la creación de un Instituto. 2. Finanzas públicas con eficiencia y austeridad. No la tendrá fácil en Cabildo. Lo que Astiazarán califica de plural, significa por primera ocasión la convergencia de nueve fuerzas políticas representadas en los regidores, aparte, su síndico procurador proveniente del Partido Verde Ecologista de México, Arturo Ledesma Romo, se ha significado por su independencia. De hecho, posterior a la elección y ante la suma de desacuerdos entre alcalde y síndico electos, circuló una imagen con la cara de los dos -emulando un poster de justa boxística- y la leyenda de “será un gobierno complicado”. En el resto de los ediles están representados los partidos PES, PRD, PAN, PEBC, PT, PANAL, PVEM, MC y PRI por el periodo 2013-2016.  En una sencilla y desorganizada ceremonia, el vigésimo primer presidente municipal de Tijuana rindió protesta la noche del sábado 30 de noviembre. Tres horas antes del evento, las inmediaciones de Palacio Municipal, recinto en cuyo patio central tomó posesión, fue acordonado. Muchos policías resguardaron la tranquilidad para la toma, causando incomodidad en peatones y tránsito vehicular normal de la zona. El alarde de la fuerza pública, se complementó con una decena de camiones que acarrearon ciudadanos desde las colonias populares, bajo la guía del regidor saliente, Ruperto Olan Torruco. Los trasladados habrían de permanecer de pie durante cuatro horas, hasta cumplir el fin para que les fue impuesto: ovacionar al regidor petista, José Refugio Cañada. Adentro de Palacio. mientras trabajadores aún adornaban el patio, los invitados especiales de Astiazarán llegaban. Las sillas resultaron insuficientes. El gobernador Francisco Vega de Lamadrid y su esposa, Brenda Ruacho; la magistrada María Esther Rentería, presidenta del Tribunal Superior de Justicia en el Estado; Gabriel García Rincón, Comandante de la Segunda Zona Militar; Gerardo Javier Hernández, representante del PRI nacional; Nancy Sánchez Arredondo, presidenta del PRI en Baja California; y el Obispo Rafael Romo Muñoz. En primera fila, los ex alcaldes Jorge Ramos, Héctor Osuna, Kurt Honold, René Treviño. Jorge Hank, Juan Manuel Gastélum, Jesús González y el saliente Carlos Bustamante, entre otros. A ellos, Astiazarán les dirigió las primeras palabras: “Agradezco a quienes han venido antes que yo y han trabajador por esta ciudad”, después, “a todos los ciudadanos que cada día hacen algo por Tijuana”. En representación del Congreso del Estado, René Mendívil tomó la protesta al nuevo gobierno. Destacaba la silla vacía dispuesta para el síndico social. Antonio Valladolid, el panista que pidió el voto como tal, ni siquiera se molestó en acudir a la ceremonia. Se quedó en la silla de secretario de Finanzas que le acercó el gobernador, y optó por no presentarse para no estar impedido a contender a un cargo de elección en 2015. Como marca la Ley, Astiazarán solicitó al diputado Mendívil tomar protesta al suplente, pero éste, purista de la legislación, aseguró que no era necesario, pues había quórum. El alcalde insistió, y así el panista Bernabé Esquer fui ungido oficialmente. Otros que tomaron protesta: Alejandro Lares, secretario de Seguridad Pública; Bernardo Padilla, Secretaría General de Gobierno; José Guadalupe Mojica, Administración y Finanzas. Ser electos de una terna fue mero trámite, pues ya estaban palomeados. Una vez completado el gabinete del XXI Ayuntamiento, representantes de las nueve fracciones del Cabildo dieron su posicionamiento. Coincidieron: orden a las finanzas heredadas. En su discurso, Felipe Ledezma Gil, de Movimiento Ciudadano, pronunció: “No más gobiernos irresponsables como el que hoy termina, que se acaben los privilegios a funcionarios”, lo cual le aplaudieron. Omar Sarabia, del PRD, prometió un manejo eficiente y transparente de las finanzas, “distinto a lo que fue la administración anterior”, y reducción de 20 por ciento en salario a funcionarios de primer nivel. Del PAN, Luis García: será celoso vigilante de los recursos para evitar despilfarros, “como el caso de las luminarias”. En su turno, Jorge Astiazarán se comprometió a dirigir un gobierno conciliador e incluyente, al crear el Instituto Municipal de Participación Ciudadana. En seguridad, a utilizar las herramientas humanas y tecnológicas posibles, pues, “en seguridad no se gasta, en seguridad se invierte”, y anunció la adquisición de drones (unidades aéreas no tripuladas) para vigilar la ciudad las 24 horas. El médico de profesión prometió austeridad, pero no carencia, invertir en lo urgente y necesario para los tijuanenses, “Gobernaremos para las mayorías, pero escucharemos a las minorías”, concluyó. Moreno: no endeudar más a Tecate De la mano de sus políticos esposos, las mujeres bien vestidas, muy perfumadas y con tacones confundibles con zancos, caminaron varias cuadras, esquivando baches, intentando no tropezar con el pedregoso camino o subiendo la empinada y accidentada rampa que conecta el restaurante donde César Moreno tomaría protesta como alcalde de Tecate. La primera sesión del Cabildo del XXI Ayuntamiento de Tecate paralizó el tránsito, los cordones de la banquetas se ocuparon, el estacionamiento al máximo, predios aledaños de terracería se convirtieron en hechizos parqueaderos. La protesta que marca la Constitución política de Baja California de los nuevos ayuntamientos, convirtió la noche tecatense del 30 de noviembre, en la fiesta de pueblo. Más señales: damas en la puerta, edecanes en los pasillos, música lounge, escaleras iluminadas, arreglos florales, camarógrafos, padrinos, todo en un salón para eventos (propiedad de Jesús Jasso, priista de renombrada memoria); los invitados superaron las vacantes. El gobernador Francisco Vega de Lamadrid y el alcalde César Moreno, juntos al fondo del pasillo formado entre el sillerío, en posición de descanso, esperaron al impuntual, el hoy ex presidente municipal. En las bocinas se justificó el retraso de Javier Urbalejo por la culpa del “tráfico”. Menos mal, llegó de la mano de su esposa Denisse Vargas. Saludaron con abrazo y golpecillo de espalda, y cada quien a lo suyo. Vega de Lamadrid, del lado de las autoridades, junto a los representantes de los poderes del Estado; Moreno, al centro del nuevo Ayuntamiento, y Urbalejo al otro. Un espectador más. La diputada Nereida Fuentes en representación del Congreso estatal; María Esther Ibarra Rentería, presidenta del Poder Judicial; Alfonso Blancafort, representante del Presidente de la República; y al final de la primera hilera, una rezagada Nancy Sánchez, dirigente del Partido Revolucionario Institucional en Baja California. El protocolo pasó sin imprevistos. Lista a los nuevos regidores (primero las damas), por parte del alcalde, la promesa constitucional de “guardar y hacer guardar” la Ley, y en menos de lo pensado, el orden del día se desahogó. Nada más restó el discurso bienintencionado del presidente municipal. Con accidentada lectura, César Moreno se calificó: “No me anima ni la tentación del poder político, ni las pretensiones materiales, sino el servir a la ciudad que me ha dado todo lo que tengo…”. A metros de la figura de solemnidad que pretendía Kiko Vega, Jorge Hank al lado de Mario Madrigal y Xicoténcatl Leyva. Hablando de amistades, Moreno González prometió: en él los ciudadanos tendrán “un amigo accesible”. Todo fue maridajes políticos y amistosos. Según cercanos de César Moreno, él fue víctima de la mala administración de Urbalejo, fue su proveedor en construcción y en la falta de pago se dio el rompimiento. Pero ese día le obsequió palabras: “Aprovecho para felicitar al presidente municipal saliente, por todas sus acciones en beneficio de nuestra comunidad. Javier, durante tu administración, Tecate progresó significativamente”. Moreno empezó a agradecer a quienes le dieron la “oportunidad”, a su padre, ex alcalde de Tecate,  a sus hijos, a su esposa. En esos momentos Claudia, su pequeña hija, hacía un berrinche en el suelo del salón. Antes de romper filas, el presidente municipal prometió un sinfín de obras y gestiones: una “central de autobuses”, la  modernización del transporte, un Teatro de la Ciudad para presentar “obras de primer nivel”. Incluso se colgó de la intención del gobernador y su esposa para considerar a Tecate “hogar de un hospital infantil Teletón”. El alcalde juró no endeudar más al Ayuntamiento. Le recordó a Vega de Lamadrid su compromiso de apoyar a los municipios, “nosotros, señor gobernador, le tomamos la palabra”. Al final, una marabunta alrededor de César Moreno para abrazarlo, besarlo y jalarle los cachetes de felicidad.  Hirata: llegó pidiendo alianza con Kiko La toma de protesta de Gilberto Hirata Chico como presidente municipal de Ensenada fue rápida y sin más problemas que una falla técnica en la transmisión de un video. El sábado 30 de noviembre a las 12:32 horas, frente a la Casa Municipal, “El Profe” Hirata reclamó la estafeta como alcalde del XXI Ayuntamiento. Luego tomó protesta a los regidores, al síndico social y al síndico Municipal, integrando formalmente el nuevo Cabildo. El alcalde saliente, Enrique Pelayo Torres -a diferencia de sus pares en el resto de los municipios- decidió no acudir.  Evitó escuchar los reclamos de un grupo de manifestantes que al otro lado de la Avenida Reforma y mientras Hirata dirigía su discurso, pedían entre gritos, pancartas y tronidos de cohetes, se le investigara en el manejo de sus finanzas y no se olvidaran que fue, a su ver, un pésimo gobernante. Presentes en la asunción política de Hirata, el gobernador del Estado, Francisco Arturo Vega de Lamadrid; ex alcaldes como Jesús del Palacio, Daniel Quintero y el senador Ernesto Ruffo. También regidores salientes, diputados federales y locales, funcionarios del gabinete estatal, empresarios y una larga lista de empleados del Estado y Municipio. Los invitados especiales, acomodados al frente y protegidos por una malla ciclónica y un cerco metálico. La población sin invitación, al fondo de la explanada del Centro de Gobierno, no todos alcanzaron silla. Tras la toma de protesta, Hirata aseguró que se daba “una nueva etapa” para Ensenada. Se comprometió a encabezar un “municipio transparente en sus finanzas”, un gobierno responsable y con rendición de cuentas. Que invertiría en “creatividad, energía y esfuerzo” hacia cosas positivas. Y que evitaría las divisiones. Un gobierno “abierto y más comunicativo, tolerante e incluyente”, aseguró el ex diputado. “Vamos a escuchar a todos, sin importar su ideología partidista”, apuntó durante su discurso. “Un gobierno que hace caso omiso de sus gobernantes, es un gobierno destinado a fracasar”, remarcó. Y amenazó: “Estamos aquí para servir, no para servirnos, eso que quede muy claro. Y quien no entienda eso, no tendrá cabida en esta administración”. A diferencia de su predecesor, Hirata aseguró que trabajará de la mano con el Gobierno del Estado, e invitará “muchas veces” al gobernador Vega de Lamadrid a Ensenada. Vega devolvió una sonrisa en respuesta, y después señalaría a ZETA que seguramente, Hirata planeó muy bien qué decir. “Señor gobernador, el día de hoy quiero que construyamos una agenda colaborativa para el bienestar de Ensenada, que seamos aliados”, le había dicho Hirata durante su primer discurso. A Enrique Pelayo, no emitió ni agradecimiento, ni saludo ni reclamo, solo mencionó que su inasistencia al cambio de poder, fue una decisión personal. Él, sí lo había invitado. El evento en general fue tranquilo y breve, concluyendo a las 12:54 horas. Las manifestaciones no parecieron causar mella en el ánimo de los asistentes, salvo en el ahora ex secretario general del Ayuntamiento, Miguel Ángel Ley, el único personaje que se vio muy atento a los gritos y reclamos del grupo de aproximadamente 30 personas que dirigían consignas al XX Ayuntamiento, y estuvo encabezado por el siempre líder de manifestaciones y ahora integrante de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Ramiro Orea. Abarca: “Rosarito fue vandalizado por administración irresponsable” Al Centro Metropolitano Baja California Center, arriban funcionarios estatales, comandantes navales y militares, empresarios, diputados, ediles en su día de estreno y demás convocados por el panismo del quinto municipio. Algunos se detienen frente al edificio de cristal para fotografiarse con la playa de fondo, antes de ingresar a la toma de protesta de Silvano Abarca, presidente municipal de Playas de Rosarito. Por las entradas laterales, los asistentes no disfrutan del mismo glamour. En dos largas filas -una para mujeres, otra para hombres- se acomodan cientos de rosaritenses para ser revisados por personal de seguridad. Pertenencias colocadas en bandejas pasan por debajo del arco detector de metal antes de entrar al salón donde ya están sentados quienes ingresaron con invitación en mano.  Silvano Abarca -como lo hizo hace quince años- se prepara para asumir la presidencia municipal, mientras un grupo de organizadores forman con sillas una nueva hilera para el gabinete del gobernador Francisco Vega de Lamadrid. La improvisada sección es colocada a un costado, y detrás de Kiko, aunque a un lado, los asientos reservados para los funcionarios salientes del V Ayuntamiento, continúan vacíos. Al fondo, decenas de personas en pie, las sillas tardan en llegar. La sesión solemne de Cabildo inicia cuando el gobernador entra al salón acompañado de sus funcionarios, así como del General Gabriel García Rincón, Comandante de la II Zona Militar y del almirante Víctor Uribe, Comandante de la II Región Naval. Los próximos regidores toman sus asientos y Silvano sube al escenario para sentarse junto a Catalino Zavala, secretario de gobierno municipal, quien protocolizará el acto. Con la ausencia del ex alcalde, Javier Robles Aguirre, de los regidores priistas y demás funcionarios incondicionales, sus sillas -en primera fila, pero al extremo, junto a los baños- son ocupadas por otros para evitar huecos entre los mil 500 asistentes.   Aunque el alcalde Silvano Abarca insistiría, momentos después, en la austeridad de su gobierno -ante la deuda superior a 500 millones de pesos que la ciudad enfrenta-, el recinto de 9 mil metros cuadrados fue lujosamente decorado. Escenario con iluminación en tonos azules, dos enormes pantallas laterales para reproducir el evento, incluso los manteles para las mesas de los presídiums con el slogan del nuevo gobierno: “Entender y Atender a la Gente”. Con los detalles listos, Silvano toma la palabra para rendir protesta y tomarla a su Cabildo. Inicia la lectura de su discurso para agradecer los votos de meses atrás, a sus compañeros ediles del VI Ayuntamiento, al gobernador Francisco Vega y en repetidas ocasiones, al ex gobernador José Guadalupe Osuna Millán. Retoma el slogan kikista: “La Gente Manda”, para explicar la inspiración del suyo. También emula el primer discurso del gobernador, para dar a conocer su proyecto de gobierno a través de cinco ejes rectores. Promete devolver la seguridad pública a Playas de Rosarito, “será nuestra prioridad establecer políticas que garanticen el correcto funcionamiento de la corporación policiaca”. Un Plan de Desarrollo Económico para impulsar la innovación y la competitividad con proyectos turísticos. Desarrollo urbano y desarrollo social. En quinto, la economía: “Debemos recuperar el rumbo del gobierno, porque Rosarito fue vandalizado por una administración irresponsable que le falló a su gente, obstaculizando el desarrollo pleno de Rosarito”. El público aplaude, Silvano se detiene para escuchar. La diputada Mayra Robles Aguirre -hermana del alcalde saliente- mantiene un semblante serio, mientras los asistentes gritan contra “Tito” Robles. Es también la primera en salir cuando termina la sesión y por las puertas laterales. El alcalde panista continúa: “Ya basta de lujos y privilegios inmerecidos, que solo son una falta de respeto a la ciudadanía”. Anuncia para sus primeros días de gobierno, “grandes decisiones determinantes y definitivos para rectificar el camino e iniciar la transformación municipal”. Al término de la sesión, el gobernador Vega de Lamadrid sale del recinto para continuar su trayecto a las dos siguientes tomas de protesta. En Playas de Rosarito se festeja el regreso del PAN después de seis años de gobiernos priistas. Aunque se anuncian recortes presupuestales, de nómina y se solicita paciencia para el pago de aguinaldos a los trabajadores, ese 30 de noviembre los panistas celebraron en grande.  (Con información de Sergio Haro Cordero en Mexicali, Isabel Mercado Juárez en Tijuana, Isaí Tonatiuh Lara Bermúdez en Tecate, Inés García Ramos en Rosarito, y Ricardo Meza Godoy en Ensenada)


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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