Gran Bretaña necesitaba un pueblo fiel al Imperio y enemigo del mundo árabe. Con la famosa “enmienda Balfour”, ¡daba el permiso! a la diáspora judía de establecerse en Palestina. Cual caballo de Troya Israel galopa hasta la fecha y cumple con la encomienda de fidelidad al imperio.
Hoy, pueblos enteros son cómplices de aquellos que cometieron el crimen y el rapto, porque están obligando al pueblo de Israel a no intentar rescatarlos, a pagar un precio caro haciendo héroes a los ofensores y raptores, y aplaudiendo su cruel e inmoral actuación. Yo he sido testigo de los crímenes de los romanos.
Yo, Josepho Flavio (Josef ben Matityahu), historiador del siglo I, desertor de mi pueblo y arrepentido narré la primer guerra judeo-romana para hablar de la lucha de mi gente, me volví historiador. Hoy dos mil años después retomo la pluma para contar las nuevas guerras del siglo XXI.
El estado de Israel había nacido como un campamento armado hasta los dientes, y hoy ya tiene bombas atómicas. Por un lado, se analiza el odio que sentían nuestros hermanos judíos por la paranoia que arrastraban, y se racionaliza que su sed de venganza los cegó a descargarla contra los indefensos palestinos.
Mientras debaten si deben o no sancionar, si deben o no romper relaciones, si deben o no intervenir, Netanyahu abraza al Presidente de los Estados Unidos y recibe de éste más armas y apoyos económicos para seguir la cacería de los “terroristas” del Hamas.
Imaginemos el momento en que Winston Churchill es electo primer ministro de Inglaterra cuando los ingleses estaban siendo atacados por la bestial fuerza del nacismo, que bombardeaba inclemente la ciudad de Londres pensando que podría doblegar al León Británico. Pero no ocurrió. La fuerza y el espíritu de los ingleses finalmente ayudo a derrotar a Hitler.
300 mil jóvenes soldados reservistas de Israel se aprestan a atacar el norte de Gaza y piden a la población civil de casi un millón y medio de habitantes que se retiren a zonas en el sur que no serán atacadas.
la actividad múltiple que llamamos en un sentido amplio guerra”. (Clausewitz, op.cit)
¿En dónde está el ejército enemigo que combate Israel en Gaza? ¿Son acaso las madres de los mártires las serpientes que hay que eliminar? ¿Son sus hijos y sus hogares que hay que arrasar para que no sean cuna de serpientes?
En México en la obra de Octavio Paz, el Nobel de Literatura 1990, considera el renacimiento de los monoteísmos en el mundo: Islam, Judaísmo y Cristianismo. Expresa que “es algo que siempre hemos reconocido los poetas, pero que se han negado a reconocer los sociólogos”.