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viernes, febrero 16, 2024
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Palestina-Israel: La ley del talión

Por la mentalidad cruda de hace más de tres mil años, en el Antiguo Testamento de la Biblia en el Libro de Éxodo 21:24 se cita “ojo por ojo, diente por diente…”. Pero eso era antes. ¿No hemos avanzado en civilizarnos?

El ataque que realizó el grupo Hamas sin lugar a dudas es repudiable, ¿pero y la venganza de Netanyahu?


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El autor judío Max I. Dimont narra en su obra God, Jews and History [Dios, judíos e historia] (Edit. Signet Books, E.U., D.R. 1962), que los judíos vivieron casi dos mil años de diáspora -o sea un exilio- y acota que en 1862 Moisés Hess sugirió el sionismo, y en 1896 Theodor Herzl lo formuló, con Chaim Weizmann llevándolo a cabo, como lo reseña Martin Gilbert en su libro Churchill and the Jews (Edit. Holt Paperbacks, Ed. 2008), apoyado en Churchill. 

En 1948, tres años después de la Segunda Guerra Mundial, el igual autor judío ILan Pappé narra en su libro The Ethnic Cleansing of Palestine [El limpiamiento étnico de Palestina] (Edit. Oneworld Publications Limited Inglaterra, Ed. 2008) cómo nuestros hermanos judíos en migración masiva a la tierra de Palestina -muchos siendo ex partisanos y combatientes conocedores de tácticas de guerra- se lanzaron de marzo hasta octubre sobre las aldeas y pueblos de campesinos, pastores y granjeros palestinos, cometiendo más de 70 masacres; matando a miles de hombres, violentando a las mujeres, matándoles a sus ganados, quemando sus cosechas y aterrorizándolos para expulsarlos de sus tierras.

Los palestinos le llaman “nakba” o catástrofe a ese horror, quedando un millón refugiados en miseria. 


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El estado de Israel había nacido como un campamento armado hasta los dientes, y hoy ya tiene bombas atómicas. Por un lado, se analiza el odio que sentían nuestros hermanos judíos por la paranoia que arrastraban, y se racionaliza que su sed de venganza los cegó a descargarla contra los indefensos palestinos. En 1956 y 1967 Israel volvió a atacar a los árabes y conquisto a los territorios palestinos restantes, causándoles aún más refugiados y miseria. En 1973 los árabes contratacaron y E.U. estableció el puente aéreo más masivo en la historia, para llevarle armas a Israel y aplastar a los árabes. Por eso el trágico círculo vicioso, y el resentimiento de ese grupo Hamas.

Desde entonces, apoyado por E.U. e Inglaterra, Israel le ha arrebatado el 80 por ciento de su territorio y mantiene sitiada a Palestina, por lo que estos exigen que en lo poco que sobreviven les den independencia. Pero el necio extremista primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, dio rienda suelta a sus partidarios políticos y militares, que este año, para seguir despojándoles sus tierras, llevaban asesinados más de 200 palestinos, un obvio factor del recién inútil ataque. Y hoy todos somos testigos que Netanyahu, ciego de furia, está bombardeando desenfrenado los caseríos en que sobreviven los palestinos y hasta hospitales civiles, matando sobre todo a inocentes, incluso sin haberles permitido recibir no sólo electricidad sino cuando menos agua, alimentos o medicamentos.

Tantas noticias muestran que grupos paramilitares israelíes extremistas este mes están arreciando peor en despojar las tierras restantes de los palestinos. Y dada su tan despiadada mentalidad del talión y venganza, Netanyahu da motivos a quienes le equiparan ser peor a Stalin y Hitler o hasta critican que siguen siendo una raza fanática… No, para su mérito, a los ojos de Dios varios rabinos judíos en Nueva York lo han amonestado; igual el notable intelectual judío Noam Chomsky. 

Que los de Hamas ya liberen a los rehenes que tienen. Y que nuestros hermanos judíos israelíes no empeoren el círculo vicioso, y se superen de eso. Porque el asco que causan, tanto el bestial e inútil ataque de Hamas, como esta forma tan vil monstruosa de aplicar la ley del talión, Netanyahu desprestigia al pueblo judío al verse peor de sanguinarios, y voltear en su contra la conmiseración sentida por las víctimas del asalto. Se dice que todo reto es una oportunidad, entonces que esta sea la oportunidad de hacer paz y superar rencores y peores bajas pasiones. Que ese grupo Hamas ya pacte la paz con Israel y a los palestinos se les reconozca su propio estado.

Los cristianos no debemos estar indiferentes. Recemos, oremos y promovamos con devoción y firmeza que se acabe la guerra y dolor, y haya reconciliación para todos, nuestros hermanos, judíos y palestinos, y Rusia y Ucrania.

Atentamente,

José Luis Haupt Gómez.

Tijuana, B.C.

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