El estado de Israel había nacido como un campamento armado hasta los dientes, y hoy ya tiene bombas atómicas. Por un lado, se analiza el odio que sentían nuestros hermanos judíos por la paranoia que arrastraban, y se racionaliza que su sed de venganza los cegó a descargarla contra los indefensos palestinos.
Este recién episodio perverso de secuestrar los donativos de grupos ciudadanos, religiosos, caritativos y civiles tras el huracán Otis, para que se los apropiaran sólo su partido Morena, el ejército, Marina y Guardia, y luego hacer “raja” de propaganda por adornarse con sombrero ajeno de ser los bondadosos, lo exhibió de tan grotesco.
Trágicamente la experiencia en México nos ha enseñado hasta el cansancio, al cerrar cada sexenio, que los politicastros en su inmensa mayoría no aspiran ni procuran ser sanos servidores públicos; al contrario, como mandamases sólo ambicionan “el año de Hidalgo” con ciega demencia, y saquear sin escrúpulos las arcas públicas cada vez peor, dejando tras de sí una sensación de fracaso, amargura y desilusión.
Cuando Felipe Calderón absurdamente -sin primero haber instituido una fuerza de inteligencia civil con policías detectivescos, tipo Sûrete, Scotland Yard o FBI- inició la guerra contra el narcotráfico, basándose en los ya infiltrados en la marina y el ejército, obvió que fracasó.
En México, los guerreros aztecas eran odiosos por su crueldad y sadismo, y al estar en sus orgías por fortuna las demás tribus prefirieron aliarse a Hernán Cortés para acabar con su tiranía.
Acá en México sobra decir lo evidente al Sr. López, pues eliminó el presupuesto para entrenar policías detectives; los pasos 2, 4, 5, 8 y 9 son un hueco gigante, que hunde o desecha casos, soltando hampones por expedientes mal integrados.
Hoy al señorLópez sus detractores le achacan que la Unidad de Inteligencia Fiscal solo la abusa en perseguir a sus opositores políticos, únicamente favoreciendo al crimen.
Se consideran estados fallidos o en deterioro aquellos donde funciones básicas, como la seguridad, justicia, comercio, servicios u otros, el estado en menor o mayor grado ya no los abarca o ha abandonado y dejado a grupos criminales.
Insistiendo, con ánimo y prudencia frente al bicho COVID-19 y sus mutaciones, que seguirán por meses. Esta carta es por un comentario en un programa de televisión de triste risa, sobre avances en seguridad.
Reiterándoles más aún, amables lectores: el bicho chino COVID-19 sigue; razonándolo serena y fríamente, los rebrotes seguirán por años. Sigamos cubriéndonos correctamente boca y nariz, guardando distancias.