Las encuestas hacen que se deforme la búsqueda de políticos, pues en ellas aparecen los más conocidos y los más reconocidos con menoscabo de los más preparados e inteligentes.
Como si las alcaldías tuvieran suficiente capital para realizar vialidades, puentes, obras que facilitaran los traslados; por lo pronto el gobierno estatal está construyendo algunas obras que en la Zona Este ayudarán bastante, en especial desde la tercera sección del Río Tijuana.
De los delincuentes de cuello blanco, es necesario conocer características psicológicas de este cáncer social. El concepto de crimen de cuello blanco, es de Edwin Sutherland (1939). Lo define como delitos económicos de profesionales contra organizaciones oficiales y corporativos particulares.
En cambio, del éxito de su gobierno no podemos hablar, pues la estrategia de seguridad definitivamente no ha funcionado. Cada víctima del crimen, organizado o no, debería ser motivo suficiente para dar un giro de 180 grados al timón. Pero no. Eso no es popular.
Le pregunto, señor presidente Lic. Armando Ayala Robles, ¿estos servidores públicos servirán para proteger y servir a la ciudadanía o para perjudicarla como es en este asunto?
Pueblo de Tijuana, la ciudad crece a ojos vista. Hoy somos dos millones. Nos acosan los males de crecimiento, de transportación, de falta de agua, de crimen organizado y desorganizado, de salud, etc.
El trampolín político en la flamante 4T es señal inequívoca de tales políticos chapulines, que dejan un cargo y buscan otro, pues se creen seguros de que todos los mayores de 65 años votarán por ellos.
Son tantas y tantas las fallas que estas personas comenten en su forma de actuar, que considero una apremiante necesidad que a la mayor brevedad posible se les recuerde cuáles son sus obligaciones.
Basta leer a los expertos de este y otros países que se sorprenden por la forma de despilfarrar cientos de miles de millones de pesos, de este gobierno. México tiene un presidente que levanta falsos e inventa para acusar y llevar a la cárcel, o por lo menos desprestigiar a quien lo contradice.
Trágicamente la experiencia en México nos ha enseñado hasta el cansancio, al cerrar cada sexenio, que los politicastros en su inmensa mayoría no aspiran ni procuran ser sanos servidores públicos; al contrario, como mandamases sólo ambicionan “el año de Hidalgo” con ciega demencia, y saquear sin escrúpulos las arcas públicas cada vez peor, dejando tras de sí una sensación de fracaso, amargura y desilusión.