Que la Guardia Nacional (GN) hoy sea parte de la Sedena, para nada cambia su naturaleza represiva. La GN continuará siendo un sanguinario mastín creado ex profeso para defender a la clase capitalista que detenta el poder. Sobre todo a los inversionistas-imperialistas extranjeros.
La “trata de personas” constituye una de las peores agresiones, violenta la dignidad de las personas y las utiliza con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y la explotación sexual.
Tanto la panista Xóchitl Gálvez como la AMLO-morenista Claudia Sheinbaum, predican independencia, libertad y soberanía, pero los hechos -los irrefutables hechos, como decía el gran Lenin- nos muestran que esa retórica es pura verborrea patriotera para cautivar a inocentes. Tanto una como la otra son unas despreciables vendepatrias. A ultranza.
La clase obrera pronunciará su dictamen de manera contundente: ¡Abajo con el reaccionario circo electorero! Y lo hará a través del abstencionismo. Boicot espontáneo que será mayúsculo. Como lo ha sido en la mayoría de las ocasiones en que la burguesía ha levantado su carpa circense.
Es correcto apuntar la mirada al adeudo tributario de Ricardo Salinas Pliego de 67 mil millones de pesos después de un ajuste del SAT, quien ha de ser uno de los principales personajes a los que envanece violar la ley y priva a millones de mexicanos de sus derechos humanos y sociales (agua, educación y salud).
Ni ayer el generalote priista Lázaro Cárdenas, ni hoy el reaccionario parlanchín morenista López Obrador, se mordieron la lengua. Los reaccionarios vendepatrias en el poder no sólo han entregado el petróleo. Sátrapas priistas y panistas y otros del mismo pelambre han sido rastreros lacayos de los imperialistas. Principalmente norteamericanos.
No existe la menor duda de que tanto los que rechazan, sin tapujos, la reducción de la jornada laboral (como Carlos Slim, la COPARMEX, el CCE, y otros del mismo pelaje), así como los que se muestran “simpatizantes”, son todos ellos enemigos a ultranza de la clase obrera. Unos disfrazados y otros sin disfraz.
El Viaducto no es una obra para la ciudadanía, sino para favorecer la producción y el comercio de mercancías, la oferta de servicios, así como la producción y captación de plusvalía.
Solamente el hombre honrado y juicioso, y sobre todo el obrero consciente, no se vende ni sigue tras la cola de reconocidos criminales. Al contrario, los pone en la picota y los combate con fuego ardiente. Las migajas no erradican la esclavitud ni la pobreza.
Cuando los súper ricos no pagan impuestos, pagamos nosotros, trabajadores y clase media asalariada. Es decir, la inmensa mayoría; porque absurdamente, la clase media para INEGI es ganar al menos $14,000 mensuales. Menos de $500 pesos diarios.