Generalmente el propio Presidente responde con aquello de “Abrazos, no balazos”, o repite la simplada de acusarlos con sus papás, sus mamás o sus abuelos. La realidad es que el crimen organizado y los cárteles de la droga están incontenibles en materia de inseguridad y violencia en todo el país
Un mando de seguridad en Baja California se quejaba, entre el sarcasmo y la frustración, de cómo en la Mesa de Seguridad en el Estado no hay liderazgo. Comentó que, literal, cada quien anda por su lado.
La salida del Mencho y El Mayo de la lista de los más buscados de la DEA, no significa que les hayan dejado de perseguir, pero sí que en estos momentos y en el gobierno de Joe Biden, quien irá por la reelección en 2024, la prioridad es combatir el tráfico de fentanilo, droga que ha permeado entre la sociedad consumidora del vecino país, con cifras de cientos de miles de muertos anualmente.
Ante la oposición de la Sedena, Carpio trabajó solo. Primero por desavenencias con el primer secretario de Seguridad, el General Gilberto Landeros; y después por la falta de destreza del segundo secretario de Seguridad, el General Leopoldo Aguilar, a quien sus agentes le juegan las contras a favor del crimen.
Las referencias del Presidente no han sido tampoco hacia la aspirante a la candidatura opositora, Beatriz Paredes, y ni hablar de su protegida, Claudia Sheinbaum.
Ninguna cabeza de autoridad, federal, estatal o local, sea de elección popular, por designación legislativa o parte del gabinete, ha salido públicamente a enfrentar y combatir a los criminales para dar certeza a los ciudadanos.
En el reporte del jueves 13 de julio no aparecían los 15 muertos encontrados en la fosa clandestina de Mexicali, que, ahora se sabe, fue el campo de exterminio de Los Rusos, violenta célula criminal del Cártel de Sinaloa, del ala liderada por Ismael “El Mayo” Zambada García.
El Presidente López Obrador erró una vez más. Su enojo, su encabritamiento lo altera públicamente y se desboca. Reacciona visceralmente con una actitud que cae en lo vergonzoso por su investidura
En México se transita de una noticia de violencia e inseguridad de alto impacto a otra. Unos días antes del terrible asesinato de Hipólito Mora, 16 trabajadores de la Secretaría de Seguridad Pública de la administración estatal de Chiapas, también en un gobierno morenista con Rutilio Escandón, fueron secuestrados por criminales
El coche explotó dejando muchos daños y sólo dos muertos, precisamente los sicarios orquestados por Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana, para trasladar el coche bomba.