En su momento, en este mismo espacio comentamos que el Gobierno Federal le apostaba al tiempo y al olvido en la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, conocido como el Caso Ayotzinapa.
Un proletariado sin cabeza retrata la tragedia del pueblo mexicano abusado y traicionado por muchos que llegan al poder. Hoy me centro en José Revueltas, quien en 1962 publica el Ensayo sobre un Proletariado sin Cabeza, donde argumenta la necesidad de que el proletariado cuente con un partido que verdaderamente represente sus necesidades de clase. Esa luz ausente. Mina de ideas sociales.
En las últimas cuatro semanas, el régimen autoritario y trasgresor de la Constitución -es decir, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, autor de lo que yo llamaría las mayores deformaciones de la época democrática de México- nos ha recetado una doble dosis de aberraciones jurídicas.
Por lo visto, los mexicanos caímos en el juego del Presidente López Obrador: a crispación, el encono, las diferencias que generalmente los seguidores de quien “gobierna” defienden con majaderías.
Cuando el padre Félix Varela (“el que nos enseñó a pensar”, afirman los cubanos), de profesor de filosofía y teología pasó a ser electo legislador, se convirtió en crítico de las injusticias de los europeos contra los negros.
Imprimir un periódico independiente en México no era una opción viable para garantizar un periodismo libre de injerencia gubernamental. El control férreo del papel en que se imprimían los rotativos -que existió durante cinco décadas- era la mejor amenaza contra quien se atreviera a cuestionar la autoridad
Ya que en las dos anteriores colaboraciones hemos hablado de la inconstitucionalidad de la prisión preventiva oficiosa y cómo México viola los instrumentos internacionales que ha suscrito, en los cuales se ha comprometido a no aplicar la prisión preventiva oficiosa, es menester que conozcamos algunos principios que son importantes.