Siempre las personas tóxicas han existido; las relaciones tóxicas también, solo que ahora está de moda tratarlas: la normalización de conductas negativas que pueden llevar a confundir el cariño con la falta de límites o de respeto, la protección con el control, el perdón con la justificación y el amor con la dependencia evidencian que algo falla.
Siempre se había considerado que las fantasías sexuales eran solo cosas de hombres, pero créanlo, las mujeres también tienen las suyas, aunque no siempre lo expresen verbalmente; bueno, solo en sus círculos de amistades muy cercanas y cerrados, donde sus pláticas son más calientes que las de los propios hombres.
Los mejores métodos anticonceptivos masculinos que existen en la actualidad son la vasectomía y el preservativo, los cuales impiden que el espermatozoide llegue al óvulo y se produzca el embarazo.
Del amor al odio hay una línea muy delgada, de la que no siempre somos conscientes. De hecho, a todos sorprende cuando observamos a esas parejas que se amaban apasionadamente... y de pronto no se pueden ver ni en pintura; ayer se amaban y hoy se odian.
El amor es el sentimiento más importante de nuestra vida. El acto sexual, propiamente dicho, libera en nuestro cuerpo una cascada de hormonas que provocan placer, felicidad y apego, al interactuar con diversas funciones corporales; siendo estos los principales beneficios para la salud de practicar el amor.
Cuando la relación matrimonial cae en crisis y uno u otro piensa que como mejor solución es el divorcio, tomar esa decisión es de pensarse mucho y no hacerlo a la ligera; es por ello recomendable consultar a un profesional, ya sea terapeuta o consultor matrimonial, y en última instancia a un psicólogo.
Según diferentes culturas, es ampliamente conocido que las opiniones de la sociedad sobre la diferencia entre padres y madres han disminuido. Ambos son vistos ahora como iguales en cuanto a la crianza de sus hijos. A pesar de esto, los padres todavía creen que la sociedad los considera menos importantes que a las madres.
El rol del espectador se presenta cuando aparecen dificultades específicas durante el encuentro sexual; se distrae por dedicarse a pensar, asociadas a la adopción de una postura de espectador respecto a uno mismo, de autoobservación, cuando se están manteniendo relaciones sexuales.