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martes, abril 23, 2024
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La eyaculación femenina: mito o realidad

Conzultoría Matrimonial y Familiar

 


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La eyaculación femenina es un tema que sigue generando controversia incluso en la comunidad científica, que poco ha invertido en estudiar cómo eyacula una mujer, independientemente que es uno de los temas más tabú de ellas. Y es que, si la sexualidad femenina es una gran desconocida, ya no digamos la eyaculación en la mujer. Durante el clímax sexual eyaculan un líquido transparente y un poco blanquecino; algunas pueden llenar un vaso con el fluido eyaculado y otras vierten apenas unas gotas que se mezclan con el fluido lubricante.


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A día de hoy la simple pregunta sobre la composición de la eyaculación femenina no ha sido respondida correctamente por la comunidad científica, que sigue divagando entre el sí, el no y el a veces. Cuando una mujer eyacula, prácticamente no hay olor; hay placer.

Conocer dónde está la próstata femenina quizá pueda aportar algo de luz. Distribuido por las paredes de la uretra se encuentra un conjunto de glándulas que se asemejan un poco a una esponja natural. Si meten los dedos en la vagina y tocan su pared anterior podrán apreciar una zona con rugosidades o crestas, esa es la próstata. Esta zona de la pared vaginal es el llamado punto G.

No todas las mujeres lo tienen del mismo tamaño ni en el mismo lugar exacto, pero se localiza fácilmente. La próstata, al estimularla, se llena de líquido hasta que llega un punto en que, si la mujer consigue relajarse, se expulsa a borbotones, salpicaduras o como el chorro de una fuente. Dependerá de la mujer, del momento, la estimulación o de la pareja.

Parece ser que el tramo final de la próstata discurre por dentro de la uretra, factor que podría explicar la presencia de algo de orina en la composición del fluido eyaculado. También se baraja la posibilidad de que el fluido entre primero en la vejiga antes de ser eyaculado; sería eyaculación retrógrada.

No todas las mujeres eyaculan; tiene mucho que ver con la ignorancia individual, colectiva y científica sobre esta función natural. Al estar la próstata tan cerca de la uretra, cuando la primera se engrosa mucho, en la segunda se activan los receptores nerviosos sensitivos que mandan al cerebro la señal de: “Atención, presión en la vejiga”. Como no se sabe por qué ocurre esto de repente en plena excitación, el cerebro traduce el mensaje por: “Vejiga llena, hay que orinar,” por lo cual algunas mujeres piensan que realmente necesitan orinar y van al baño… y nada, porque no era orina, era líquido prostático.

El mejor consejo de conocerse bien -y más las mujeres- es pedirle a su pareja que le acaricie el punto G; al principio algo raro, después ganas de orinar y cuando lo logran, la gloria: mejor que muchos orgasmos juntos. Lo máximo. Inténtelo y al poco tiempo al disfrutar del coito lo podrán lograr con la penetración; relájense y disfruten de un líquido que en otras culturas se considera un néctar precioso e incluso sanador.

De hecho, hoy en día, a los talleres de sexualidad que realizan algunos científicos, llegan mujeres que cuentan que, debido a una capacidad eyaculadora innata e impresionante, ginecólogos ignorantes les han extirpado la próstata bajo el diagnóstico de “incontinencia coital”. Qué estúpidos.

Los expertos consideran que el fluido proviene de las glándulas de Skene, que se encuentran en la pared delantera interior de la vagina, cerca del punto G; el estímulo hace que estas glándulas produzcan el precioso néctar, las cuales se mueven posteriormente a la uretra. La eyaculación femenina es perfectamente normal, aunque las personas no lo discuten con mucha frecuencia.

De acuerdo con la Sociedad Internacional para la Medicina Sexual, diferentes cálculos sugieren que entre el 10% y el 50% de las mujeres eyaculan durante las relaciones sexuales. Cuando eyaculan sin saber lo que es,  las mujeres y/o su pareja al principio creen que es orina y pasan momentos penosos, pero cuando ven que es normal, lo disfrutan como nunca. Después del clímax el cuerpo libera hormonas que promueven un sueño reparador y se sentirán soñadas y felices. Estas hormonas incluyen prolactina y oxitocina.

 

El Lic. Roberto Bautista es terapeuta de parejas y sexual  con maestría en Mediación.

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