Entre otros ofrecimientos del candidato AMLO figuraron también el instaurar una verdadera democracia, acabar con los fraudes electorales y aseguró que en adelante las elecciones serían limpias y libres. Pero del “dicho al hecho...”.
Cada junio es un mes de contrastes en mis emociones; por una parte, recuerdo con alegría a todas las generaciones de egresados de la escuela donde laboré por más de treinta años, pero al mismo tiempo, rememoro con tristeza y rabia el junio de 2004: no asistí a la celebración de la fiesta escolar tradicional.
Que el ahora Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, con enojo y molestia, mande al diablo o al carajo a las instituciones, a sus críticos o a sus adversarios, calificándolos de neoliberales y conservadores, no es nada nuevo.
En plena pandemia, a los médicos, enfermeras y personal de salud, se les reconoció como héroes por enfrentar al COVID-19 aún a riesgo de sus propias vidas y las de sus familiares; el Seguro Popular estaba desmantelado, el Insabi no daba pie con bola y el gobierno federal seguía minimizando al mortal virus.
Como si no tuviera varios “frentes abiertos” que le han acarreado desde disgustos personales, enfrentamientos con sus cercanos, críticas, tropezones políticos y otras situaciones adversas, el mandatario agregó otro asunto de suma importancia, pero en mal momento: Otra Reforma Educativa, después de la pandemia y en el cuarto año de su gobierno.
De Trez en Trez
Uno.- Así la dejaba “Enriquepeñanieto” con cierta frecuencia, cuando se le presentaban algunos problemas peliagudos de enfrentar, recurría a irse de...
La página Un Poco de Algo con que inicia la sección de “Opinionez” de este Semanario está por quedarse sin espacio para más nombres, preguntas y exigencias de captura de quienes ordenaron la muerte de Héctor Félix Miranda, “El Gato”, co-director fundador de ZETA.
El resultado fue el mismo que si no hubiese habido consulta: Andrés Manuel López Obrador se queda a concluir su periodo de seis años en 2024 para el que fue electo en 2018, solo que ahora puede presumir y manejar un discurso en torno a que el 90 por ciento de los votantes decidieron que siga en la presidencia; resultado que desde siempre se daba por descontado, pues la famosa consulta no fue a iniciativa ciudadana, y sí en cambio -diríase- fue oficial.