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lunes, septiembre 30, 2024
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Chenalhó, 30 años después

Un 1 de enero de 1994, Chiapas (Las margaritas, Ocosingo, Chenalhó, etc.) era despertado por la hilera de guerrilleros zapatistas indígenas. Luchando por su vivir, se levantaron en armas contra el sistema priista gubernamental, viviente desde 1929. Tal estado fronterizo sureño se hartó de la pobreza; quiso ser mejor, vivir sin hambruna, analfabetismo; libertad, superación. Salinas de Gortari, presidente fraudulento tipo Maduro (“Maburro”), aplastó a plomo y espada desenvainada, brillante, filosa; hizo matazón de indígenas que, carabina en mano, obsoletas, oxidadas y trabantes, no pudieron contra un sistema fuerte, voraz, cruel, sañoso, tipo Díaz Ordaz-Echeverría Álvarez.

Ganó la ley del poder ese inolvidable 1994, que cimbró al país y a todos nosotros. Hoy, 30 años después, niños, señoras, piel mestiza, huyen de las lacras armadas y asesinas de los cárteles; a pesar de tener “gobierno democrático” con AMLO, leyes, Guardia Nacional, los azota la delincuencia, que gana terreno y poder, obligando a sus habitantes a desplazarse a Guatemala.

De poco ha servido la llegada de un gobierno distinto al PRI. Muchas cosas siguen igual en el país. A las fuerzas de los chiapanecos les siguen azotando y vulnerando desde hace décadas. ¡A todo el estado! Idioma, dialecto, más las causas y necesidades más comunes. En 2024 los siguen vulnerando.

Un gobierno parcial, sólo modernista, capitalino, foráneo a las causas de los extranjeros, tiene al estado chiapaneco; igual el gobierno de los billetes, no soluciona. La posesión y ser autosuficientes aún tiene origen: un gobierno con poder no puede erradicar a los grupos mafiosos, desde Tapachula a Tijuana. Esta patria está más a merced del poder oculto y súper fuerte que el gobierno en turno. No hay ley, por ello huyen los chiapanecos, sin garantías para conciliar el sueño en la vasta sierra chiapaneca.

Esto se pone de manifiesta una vez más, después de 30 años. ¿Hasta cuándo seguirá eso?

Un Presidente de seis años de entrevistas muy temprano, y el delito está al anochecer del amanecer. Nada detiene la violencia. Hay mal nacional, son millones de viciosos y tantos más quienes les surten, cortan una cabeza y aparecen tres-cinco. Por ello este flagelo y mortífero atentado nacional no se detiene; el dinero fácil es el talón de Aquiles (sin trabajar ocho horas). Drogas, armas, pistolas y abuso son el común denominador de frontera a frontera, de costa a costa.

Chenalhó huye y pide auxilio a Guatemala. Eso es un tema exclusivo de resolver del tabasqueño: prometió erradicar la violencia y crímenes, y no se ve para qué día sea la solución. En consecuencia, más connacionales huyen de este enorme país, dejando todo, y se van como nacieron: una manta y agua, llorando amargamente. La causa: un gobierno fallido que se va ya en pocos días.

 

Atentamente,

Leopoldo Durán Ramírez.

Tijuana, B.C.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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