La directora Rose Glass ha hecho un filme interesante, bien logrado, con todas las características de una B-movie, pero como suele suceder con este género, no a todo mundo le va a gustar.
La historia gira en torno a Lou (Kristen Stewart), una taciturna gerente de un gimnasio, enamorada de Jackie (Katy O’Brien), una fisicoculturista que quiere probar suerte en Las Vegas, pero primero había estado enredada con varios de los familiares de Lou, vaya clan.
Aquí es cuando las actividades criminales entran en juego y todo se va a extremos, muchas veces chuscos, con el involucramiento de personajes como el cuñado de Lou (Dave Franco), la hermana (Jean Malone) y hasta unos agentes del FBI que investigan lo que termina siendo un homicidio.
Al final, todo se resume a la necesidad de buscar caminos, más allá del romance atípico, los esteroides, los personajes delincuenciales y tantas subtramas extrañas que de tanto ocurrir aquí, terminan normalizándose en una película que se enreda y se reinventa hasta el final. En pocas palabras, esta cinta puede cansar, pero en ningún momento aburre. ***
Punto final.- Viene otro verano de superhéroes.
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