De Trez en Trez
Uno.- Puedo tolerar que el Presidente López Obrador haya dicho y siga diciendo miles de mentiras en su “conferencia” de prensa mañanera todos los días.
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Entiendo que les hable a los millones de mexicanos poco informados y menos preparados que le siguen ciegamente: a los que piensan sólo en el fin de mes para cobrar su pensión; a los que por conveniencia lo apoyan; hasta a quienes de verdad creen que es el “mejor Presidente del mundo mundial mundialista”.
Aguanto sus traspiés en la política internacional y su cercanía con los gobiernos dictatoriales de centro y Sudamérica, su afinidad con el régimen cubano… bueno, hasta con el Putin de Rusia.
Que se pasme ante la desgracia que trajo Otis a Guerrero, en particular a Acapulco y sus comunidades rurales: que no dé pie con bola en eso de apurar y definir la ayuda a esa región; que se preocupe por cómo empacar los huevos que son enviados para mitigar las necesidades de los damnificados y lo trate en junta con los militares.
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Aguanto vara en que sostenga contra viento y marea a la “Ministra Diesel” y al director del Instituto Nacional de Migración; la primera “copiona” y el segundo que sigue en su puesto “tan campante como Don Sebas”, a pesar de la muerte de decenas de migrantes en la “estación migratoria” de Ciudad Juárez, Chihuahua. Son sus apoyadores, pues.
Doz.- Difícilmente, pero por lo complicado y manoseado del asunto, entiendo que no haya podido o querido esclarecer -como lo prometió- el caso de la “desaparición” de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Hasta me causan gracia sus intentos de pedir formalmente que Felipe VI, rey de España, y el Papa Francisco “pidan perdón por los abusos cometidos a los pueblos originarios de México durante la Conquista”.
Soporto -hasta cierto límite- que el Presidente meta la mano en los procesos electorales; aunque no debería, entiendo que como todos sus antecesores, lo seguirá haciendo.
Impaciente espero a que nuestro sistema de salud sea “como el de Dinamarca”, lo que difícilmente sucederá con los recortes presupuestales al sector salud que “sus legisladores” serviles aprobaron recientemente.
Tolero sus ocurrencias, su falta de transparencia en la información que debería ser pública y no reservada. Sus peleas con quienes no comparten sus acciones de gobierno, que un día sí y otro también viole las leyes impunemente. Que quiera “dejar su huella” al costo que sea en lo del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y su AIFA. Su desaliñada figura. Su falta de empatía con víctimas. Su fingida austeridad. Su seguridad de haber acabado con la corrupción…
Trez.- Pero ¡con los Padres no! ¡Eso sí que no! Que no quiera meter la mano, opinar/recomendar qué hacer al equipo de la región TJ/SD de la Major League Baseball, Padres de San Diego, que buscan manejador para la campaña de 2024.
“Aprovecho para hacerle un llamado a los dueños de los Padres de San Diego que están buscando mánager: ahí está Benjamín Gil; es de primera, él sería muy buen mánager”, dijo AMLO en su “mañanera” del lunes pasado. Como seguidor de los Padres desde 1969, no lo permito.
Bastante tenemos ya con muchas malas temporadas, con sólo haber llegado a 2 WS y perder ambas, con otra desilusión más en este 2023 a pesar de las “estrellitas” del equipo; apenas en el 3er. lugar del Oeste de la LN, con 82 ganados y 80 perdidos a 18 juegos del líder Dodgers de LA y con la fe (Keep the faith!) de un mejor 2024.
Por eso… no, señor Presidente, no nos eche más sal. Quédese con sus “Doller”. ¡Con los Padres no!
P.D.- Benjamín Gil ganó cuatro campeonatos como mánager en la Liga Mexicana del Pacífico. También dirigió a la Selección de México en los Juegos Olímpicos del 2020 y el Clásico Mundial de Béisbol 2023.
Óscar Hernández Espinoza es egresado de la Facultad de Derecho por la UABC y es profesor de Cultura de la Legalidad y de Formación Cívica y Ética en Tijuana.
Correo: profeohe@hotmail.com
