En menos de un minuto lo mataron.
Los asesinos de quien fuera director de la Policía Municipal de San Quintín -también lo había sido de Tijuana-, Mario Martínez, llegaron, lo mataron y huyeron en cuestión de segundos. Ya habían sido alertados de la presencia del mando en la casa de la colonia Presidentes, donde visitaba a sus hijos. Por eso fueron precisos para cometer el crimen.
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Los investigadores estatales indagan un presunto involucramiento de la Policía local del naciente municipio de San Quintín, con la célula criminal del Cártel de Sinaloa identificada por las autoridades como Los Oaxacos. Esa es la principal línea de investigación en el asesinato de Mario Martínez: policías coludidos con narcotraficantes.
Alrededor de las 20:32 horas del viernes 13 de octubre, segundos después que el funcionario saliera de la casa de sus hijos, a quienes había acudido a visitar para tomar una llamada telefónica en su auto estacionado, dos hombres a bordo de un automóvil sedán blanco, presumiblemente Nissan Altima, llegaron a la calle Miguel Alemán de la colonia Infonavit Presidentes, Delegación Cerro Colorado, y mataron al funcionario. Sólo segundos tomó el arribo y huida de la escena a los criminales.
De acuerdo a las indagaciones, la corporación de San Quintín está dividida, unos apoyaban al fallecido director, y otros se inclinaban por el ex comandante Adán Maldonado Chaparro, quien a partir del 14 de octubre fue nombrado encargado de despacho. Los dos bandos de agentes municipales, se responsabilizan unos a otros de presuntos acuerdos con delincuentes, lo cual habría sido el móvil del atentado.
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“El comandante no era gente de las confianzas de Martínez, el presidente del Concejo Fundacional, Jorge Alberto López Peralta, impuso a Maldonado en el cargo”, refirieron oficiales del poblado.
Considerando que los aseguramientos de droga y de personas en aquel municipio han sido del Cártel de Sinaloa, los matones de esta mafia, junto con los policías, son los principales sospechosos. “Incluso pudieron traerlos de fuera sólo para cometer ese homicidio, porque no dejaron rastros”, señaló un investigador.
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LOS OAXACOS
Autoridades integradas a la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz y Seguridad de Baja California, refieren que este grupo criminal tiene el control de la venta al menudeo, así como el trasiego de la droga y el tráfico de productos marinos en San Quintín y zonas serranas desde Camalú, Punta Colonet, Vicente Guerrero hasta El Rosario. Todo el sur de Ensenada en la zona costa bajacaliforniana.
Tras el homicidio de Martínez, las áreas de Inteligencia de la Mesa de Seguridad refirieron que una de las labores de este grupo es “bajar avionetas y cometer asesinatos al servicio de la célula de José Luis Mendoza Uriarte, El Güero Chompas”.
Efectivamente, El Güero Chompas es uno de los principales operadores del Cártel de Sinaloa con sede en Tijuana, sirve al grupo de Ismael “El Mayo” Zambada y desde febrero de 2010 quedó como uno de los cabecillas tras la captura de su primo Raydel Rosalío López Uriarte el Muletas. Sin embargo, los Uriarte han traficado de manera independiente, alejados de los hermanos René y Alfonso Arzate, quienes presuntamente coordinan las labores criminales de Los Oaxacos.
“Andan enredados algunos municipales en el homicidio de Martínez”, destacaron funcionarios en la Mesa de Seguridad.
“Mencionaron que el director -Mario Martínez- estaba cargado nada más para un solo lado, protegía a Los Oaxacos, que son gente del Güero Chompas, pero con tanto cambio de criminales entre un grupo y otro, la presencia del Chompas en esa zona de Ensenada es posible. Sin embargo, tampoco descartamos que sea un distractor” indicó un investigador.
Recordaron que los criminales pudieran estar usando la información pública que existe contra el director asesinado, quien siendo jefe policiaco en la delegación La Presa, fue señalado de presuntos nexos con Los Uriarte, grupo preponderante en esa zona.
Esa acusación provino de supuestos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación, señalamiento que repitieron el 22 de julio de 2019, cuando Martínez ya era director de la Policía de Tijuana, a través de una manta colgada en un puente a la altura de Plaza Carrousel, en la que aseguraban que protegía a Mendoza Uriarte porque “…cada mes le mandas la mochila…”.
EL HOMICIDIO
Todos los vecinos conocían que la casa a un lado de la cual le quitaron la vida al jefe policiaco era de su familia, pero pocas personas sabían que la tarde del viernes estaría en el domicilio en una reunión organizada para despedir a su hija, quien tenía programado salir de la ciudad. “En la familia nadie estaba seguro de si llegaría o no, y menos conocían la hora”.
El director ya no vivía en ese domicilio, su ex esposa había fallecido recientemente, pero él tenía otra pareja desde tiempo atrás.
Martínez no tenía asignado auto blindado, como sí lo tienen varios integrantes del Concejo Fundacional. Al medio día de ese 13 de octubre, en San Quintín, se despidió de su escolta, quien reside en el lugar.
Ignoran a qué hora salió del poblado, suponen que se trasladó solo. Saben que llegó a la casa del fraccionamiento Presidentes en Tijuana alrededor de las seis de la tarde y estuvo conviviendo con la familia poco más de dos horas antes que lo mataran.
Iban a partir un pastel cuando recibió una llamada al celular de su actual pareja, dijo que lo esperaran, que saldría a contestar y regresaría. Salió a la calle, subió a la vagoneta color gris Nissan Pathfinder -registrada a nombre de su actual pareja- y conversaba con la mujer cuando le dispararon. Ella escuchó las detonaciones.
Al llegar la Policía de Tijuana lo reconoció e informaron que lo encontraron en el asiento del piloto de la camioneta con las puertas delanteras abiertas, la ventana fragmentada y se encontró un orificio en puerta delantera derecha. Catorce casquillos .9 milímetros fueron recogidos de la escena. El directivo recibió los impactos en cabeza, tórax y lado derecho del dorso.
Los homicidas llegaron en el sedán blanco desde Avenida López Portillo, ingresaron a la calle Miguel Alemán y transitaron por un lado del director Martínez. Dos pequeñas cuadras adelante, ingresaron a la Privada Adolfo López Mateos Norte para dar vuelta y se detuvieron en la esquina con el auto encendido. El sicario bajó, caminó unos metros, se colocó a un lado de la víctima y disparó. El conductor del Nissan arrancó, recogió al matón y huyeron por Avenida López Portillo, las cámaras de vigilancia los perdieron en el entronque con Avenida Águila Pescadora.
EL ASEGURAMIENTO
Una comitiva de investigadores del grupo de Homicidios de la Fiscalía General del Estado (FGE) estuvo en San Quintín el sábado 14 y domingo 15 de octubre, regresaron por la tarde a Tijuana y volvieron el lunes 16 para entrevistar a elementos de Seguridad Pública porque hay indicios de que allá inició el conflicto.
Información de la carpeta de investigación señala como un posible móvil del crimen un millonario decomiso ocurrido el 1 de septiembre. El cargamento era de la gente de Díaz Ordaz, el área más comprometida de Punta Colonet para el trasiego de droga.
Los mismos policías municipales que ese día interceptaron un vehículo tipo vagoneta que terminó impactado contra un cerco perimetral; al revisar el interior, estaba cargada con cristal y fentanilo.
Fue frente a la colonia Santa Fe, en la delegación Vicente Guerrero, donde se encontraron con un vehículo Chevrolet Suburban modelo 1998 color blanco, placas 8RQM979 del Estado de California.
Transitaba a alta velocidad y rebasando la circulación en sentido contrario, le marcaron alto pero el conductor ignoró a los oficiales, quienes iniciaron la persecución en dirección al norte; en el trayecto se sumaron dos unidades de civiles, quienes custodiaban el cargamento.
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Era un Honda color blanco y un pick-up del mismo color con doble cabina, al parecer Toyota Tundra, con varias antenas y bidones en la caja. Ambas unidades, junto a los ocupantes, se fugaron.
La persecución terminó sobre una calle de terracería que conduce a la colonia Elpidio Berlanga, donde el conductor de la Suburban se incorpora a esta calle y a cinco metros después, con la calle José González, el conductor pierde el control de la dirección del vehículo a su izquierda y choca contra el cerco perimetral de un rancho agrícola.
Encontraron en la camioneta 54 paquetes que sumaban mil 300 kilogramos de cristal, 25 paquetes con 17 kilogramos de fentanilo y nueve envases más de plástico transparente con cristal. La droga pertenecía a una célula del Cártel de Sinaloa, indicaron fuentes de la FGE, además de informar que “estas bajadas de droga” ocurren a diario en lo más alto de las comunidades sanquintinenses.
LA INVESTIGACIÓN
ZETA habló de los avances en la investigación con la fiscal general del Estado, María Elena Andrade:
— Además del caso Camalú ¿hubo algún otro aseguramiento destacado de personas o droga por la Policía de San Quintín?
“Estos es parte de las investigaciones, tenemos el aseguramiento reciente, sin embargo, se está trabajando hacia atrás, tenemos otro aseguramiento de personas con armas, pero eso fue semanas atrás, y obviamente todo lo que resulte en cuanto al trabajo que llevó a cabo el director. Son las principales líneas de investigación, su trabajo y sus actividades”.
—¿El arma resultó positiva en otros eventos?
“No aparece positiva con ningún otro evento”.
— ¿Localizaron el auto de los homicidas?
“El vehículo no ha sido localizado”.
— ¿Es cierto que lo amenazaron por un decomiso realizado el 1 de septiembre en la colonia Militar de Camalú, donde aseguraron mil 300 kilos de metanfetamina y 15 kilos de fentanilo?
“En cuanto a ese aseguramiento, efectivamente sí se llevó a cabo, se llevaron a cabo aseguramientos cuantiosos recientes, sin embargo, no tenemos ninguna información oficial de que haya recibido amenazas”.
— ¿Hay evidencia de que la Policía de San Quintín tenga acuerdos para facilitar la operación criminal de la célula del Cártel de Sinaloa identificada como Los Oaxacos?
“No tenemos evidencia formal u oficial, porque este tipo de actividad es difícil que hubiera evidencia, si es que se dan, sin embargo, no se está descartando ninguna línea de investigación, por eso el equipo fue directamente a San Quintín a llevar a cabo las investigaciones. Se entrevistó al mismo presidente del Concejo y se están llevando a cabo cateos”.
— ¿Están investigando las actividades de la policía de San Quintín como parte de esta carpeta?
“Por supuesto que sí, es la principal línea de investigación, porque es el trabajo que desempeñaba de alto riesgo el director de la Policía Municipal”.
— ¿Están investigando las actividades del Concejo fundacional de San Quintín como parte de esta carpeta?
“No, se entrevistó amigablemente al presidente del Concejo Fundacional para recabar cualquier dato del que él tuviera conocimiento, cualquier persona cercana o allegada al fallecido director va a ser parte de la investigación”.
— ¿El director tenía asignado carro blindado?
“Nos informaron que no contaba con vehículo blindado”.
— ¿Tenía radio Matra? No lo encontraron el día de los hechos…
“Sí tenía como parte de su equipo de trabajo y ya lo encontraron en su entorno”.
CONDENAN CRIMEN DE DIRECTOR
Aunque aseguró que no han recibido amenazas del crimen organizado, el presidente del Concejo Municipal Fundacional de San Quintín, Jorge Alberto López Peralta, no dudó que él y el resto de los concejales regidores reciban escolta por parte de la Dirección de Seguridad Pública tras el asesinato de Martínez.
Hasta el momento, Arnulfo Silva Martínez, es el único integrante del concejo que desde antes de asumir el cargo mantiene seguridad personal.
“Lo estaremos definiendo en los siguientes días, lo que se genere en consenso con las autoridades tanto en la Mesa de Seguridad como en la estatal, determinando el grado de riesgo que se tenga en función de lo que se tenga a vista de las autoridades”, indicó el presidente concejal.
Sobre el homicidio, mencionó que la hipótesis del atentado es información que determinará la fiscalía, sin embargo, “les puedo decir que el trabajo del director lo mantuvo por mucho tiempo con índices bajos a nivel estatal en delincuencia”.
A su vez, la Mesa de Seguridad y Paz de San Quintín condenó el homicidio del director de Seguridad Pública.
“Con enérgica indignación y repudio”, leyeron en un comunicado el concejal López, acompañado del Teniente Coronel de Infantería, Roberto Delgado Chapol; Arturo Vega Martínez, secretario técnico regional de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Baja California; y el segundo subinspector, Capitán Enrique Galindo Ávila, coordinador de la Unidad de Compañía de la Guardia Nacional en San Quintín.
Martínez contaba con una trayectoria de más de 30 años de servicio; era licenciado en Derecho y fue director de Policía y Tránsito de Tijuana, cargo que concluyó en septiembre de 2019. El 21 de julio de 2021 se sumó al cargo de director de Seguridad Pública Municipal en San Quintín, el cual ocupó hasta el día de su deceso.
“Sin lugar a dudas, fue un funcionario público ejemplar, al que reconocemos una contribución inmensurable a la seguridad de cientos de familias de nuestros municipios, así como una excelente persona”, afirmó el también presidente de la Mesa de Seguridad y Paz de San Quintín.
López Peralta aseguró que lo ocurrido obliga a reforzar las acciones y estrategias de seguridad en el municipio, de la mano de todas las corporaciones encargadas o que tienen la responsabilidad de mejorar la seguridad ciudadana.
