Los cuerpos están apilados al interior de una camioneta Chevrolet tipo van. Uno sobre otro, todos desnudos, todos sin cabeza. La extremidad superior de cada uno, colocada cuidadosamente frente a los restos corpóreos en fila, con la cara hacia al frente. Cinco cabezas, una después de otra.
Con un picahielo insertado sobre uno de los cuerpos, los asesinos dejaron un mensaje en una cartulina color naranja: “Sigan mandando más pendejos de estos Jesús Alfonso Trapero Ibarra, Alias el Trapero. Att. CDS. Ni todos juntos pueden maricones”.
El siniestro y fatal montaje dentro de la camioneta, fue dispuesto a unos 200 metros de la casa donde reside el padre del alcalde de Tecate, Darío Benítez. El Pueblo Mágico, una vez más, se manchó de sangre y horror.
El hallazgo de la terrible escena fue el sábado 5 de agosto.
Un día después, el domingo 6 al amanecer, en Tijuana se reportó un herido por arma de fuego en la colonia Camino Verde. Pero cuando los oficiales llegaron hasta la hechiza vivienda en la calle Sonora, encontraron otra sangrienta escena del crimen: los cuerpos de dos hombres torturados, asesinados, decapitados. Sangre por todos lados.
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A las dos de la mañana de ese domingo, por lo menos seis criminales llegaron al hogar de dos hermanos que se encontraban con sus respectivas esposas. A ellas las arrinconaron en una habitación y a los dos hombres los sometieron en un cuarto, preguntándoles dónde estaba la droga. Ante la negativa iniciaron los golpes. Las mujeres escucharon gritos. Tres horas duró la carnicería que dejaría a los dos consanguíneos sin cabeza.
Al salir, según testigos, los homicidas estaban bañados en sangre. Huyeron impunemente, pero antes se habían identificado como enviados de El Azul, criminal identificado por el grupo para la Construcción de la Paz, como parte de una célula de Jesús Rafael Yocupicio el Cabezón, del Cártel de Sinaloa (CDS), dejando la autoría en la misma organización criminal, tal como la cartulina en los decapitados de Tecate.
A la media noche del lunes 7 de agosto, otro decapitado. Esta vez en el bastión del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Tijuana, la colonia Sánchez Taboada. Los restos de un hombre fueron arrojados desde un auto en la calle Jade.
A los ocho decapitados, cinco en Tecate y tres en Tijuana, se sumó el hallazgo, el miércoles 9, de por lo menos cuatro cadáveres y los restos óseos de siete más, en una narcofosa a la salida de la ciudad, en la Zona Este.
Cerca de las cinco de la tarde, colectivos de búsqueda localizaron cerca de las cinco de la tarde, en un cerro a tres kilómetros de la carretera de cuota entre Tijuana y Tecate, una fosa clandestina. De acuerdo al reporte oficial, los investigadores hallaron lo siguiente:
* Cadáver I en estado de putrefacción
* Cadáver II en estado de putrefacción
* Cadáver III, consistente en caja torácica y región pélvica; hueso largo
* Cadáver IV en avanzado estado de putrefacción
* Cadáver V en avanzado estado de putrefacción
* Restos óseos I, consistentes en región cefálica
* Restos óseos II, hueso largo
* Restos óseos III, tres huesos largos
* Restos óseos IV, mandíbula lado derecho
* Restos óseos V, mandíbula
* Restos óseos VI, fragmento de cráneo
* Restos óseos VII, fragmento de cráneo.
Aun cuando los análisis sobre los restos apenas inician, miembros de los colectivos de búsqueda declararon haber localizado, también en el área, identificaciones de ciudadanos con nacionalidades africanas, versión que no ha sido validada por investigadores de la Fiscalía General del Estado (FGE).
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TECATE: LA SAÑA DEL CDS
En lo que va de 2023, en el identificado como Pueblo Mágico de Baja California, las ejecuciones suman 55 víctimas. Los desaparecidos se cuentan por cientos, en lo que investigadores han definido como una guerra criminal entre Sinaloa contra los otra vez aliados CJNG y Cártel Arellano Félix (CAF).
En los primeros ocho días de agosto se registraron diez homicidios, entre éstos el asesinato de un menor de 4 años de edad, quien recibió cuatro impactos de arma de fuego -dos en el pecho- cuando sicarios a bordo de una camioneta Tahoe color negro interceptaron la camioneta Dodge Durango color gris en la que viajaba en compañía de sus familiares sobre Calle Lázaro Cárdenas y Séptima, delegación rural Luis Echeverría, mejor conocida como El Hongo.
En el ataque también lesionaron a otro menor de 12 años, hermano de Lían; a Diana Romero, de 29 años y madre de los menores; y a Carlos Martínez, de 24, quien presentaba dos impactos de arma de fuego en espalda. En el ataque, Silvia Romero Bernal, de 48 años, abuela del menor fallecido y quien iba manejando, fue privada de la libertad por los atacantes, pese a que intentó darse a la fuga, perdiendo el control del vehículo metro más adelante.
En el lugar de los hechos fueron localizados diez casquillos 9 milímetros y uno más de arma larga AK-47, conocida como cuerno de chivo.
El miércoles 9 de agosto, el fiscal bajacaliforniano Ricardo Iván Carpio Sánchez declaró que el ataque estaría relacionado con la venta ilegal de combustible y tráfico de personas en la zona. Residentes de El Hongo identifican a la fémina como propietaria del negocio Romero’s Café.
A la misma hora, en el Parque Miguel Hidalgo de Tecate, a 25 minutos de distancia del ataque que cobró la vida de Lían, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y el alcalde tecatense Edgar Darío Benítez Ruiz, celebraban la actualización del nombramiento del municipio como Pueblo Mágico, con una vasta presencia de elementos de seguridad que superaba los 30 elementos.
Al finalizar el presidente municipal justificó los hechos violentos, “… resultado de un cártel delincuencial atentando contra otro, así lo mencionaba la narcomanta que se encontró dentro del vehículo, Cártel de Sinaloa amenazando al Cártel de los Arellano Félix; aquí no hay un tema de civiles como está ocurriendo en Ensenada, donde dos menores de edad fueron asesinados a sangre fría”.
Con la narcomanta, Benítez se refería al macabro hallazgo registrado 48 horas antes, cuando en una camioneta abandonada a 200 metros de la casa de su padre, localizaron en el interior los restos de cinco hombres, todos decapitados.
Vecinos de la calle Jalisco en la colonia Braulio Maldonado, localizaron el vehículo con los cuerpos y expresaron a ZETA haberse acercado a la camioneta Chevrolet Astro color rojo con placas del Estado de California por el fétido olor que de ésta emanaba.
Los cinco cuerpos del sexo masculino se encontraban desnudos, boca arriba, con visibles huellas de violencia y decapitados. Las cabezas fueron colocadas de manera horizontal frente a las puertas traseras, uno de los cuerpos sostenido con un picahielos, un mensaje al que hizo referencia el alcalde Benítez: “Sigan mandando más pendejo de estos Jesus Alfonso Trapero Ibarra alias el Trapero ATTE. CDS NI TODOS JUNTOS PUEDEN MARICONES”.
Ex policía municipal de Tijuana, el también conocido como Trapero, El Trapos y/o El Profe, es identificado por las autoridades como actual cabeza del grupo criminal CJNG, a cargo de la Zona Este de Tijuana y del municipio de Tecate, dedicado principalmente al tráfico de drogas hacia Estados Unidos y distribución en Zona Costa. Fue capturado el 2 de marzo de 2009 por autoridades que lo identificaron como principal operador al servicio de Los Teos, a la orden del CAF.
Investigadores asumen que se unió al CDS dentro de la columna operativa y que asesinó a los cabecillas para apoderarse de la plaza de Tecate como parte del CJNG, teniendo como principales operadores a los hermanos Ortiz. José Giovanni el Puma, jefe de sicarios del CJNG, fue asesinado en febrero de 2019 y señalado por autoridades como responsable de la ejecución de tres personas al interior de un rancho ubicado en la carretera Tecate-Ensenada por órdenes de Trapero. Las víctimas, un menor de 7 años (hijo), la esposa y el cuñado de Jorge Humberto Acosta Gallegos el Güero Leches, lugarteniente del CAF, preso desde el 31 de diciembre de 2015.
De los cuerpos al interior de la vagoneta, identificaron a cuatro:
* Adrián Espinoza Espinoza, detenido en tres ocasiones por posesión de arma de fuego.
* Cuauhtémoc Sandoval Yocupicio, aprehendido en 2023 al manejar un vehículo con reporte de robo en Tijuana.
* Alejandro Arroyo Pío, capturado por violencia doméstica y otros delitos no especificados entre 2005 y 2010.
* Jose Gumaro Zendejas Peralta, previamente preso en penitenciarías de Baja California.
Los cinco hombres habrían sido privados de la libertad en la colonia Villas del Campo en Tijuana, según familiares e integrantes de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas.
EN TIJUANA, CAF Y CDS ENFRENTADOS POR BASTIÓN DEL CJNG
“¡Abre la puerta, güey!”, exclamó la voz de un hombre a eso de las dos de la mañana del domingo 6 de agosto.
Estaba frente a un terreno sobre Avenida Sonora en la colonia Camino Verde, que pertenece a la delegación Sánchez Taboada, territorio catalogado como refugio y principal zona de operación del CJNG en Tijuana.
El que gritó y otros cinco hombres, acecharon un predio sobre el que están construidos varios cuartos de madera, donde viven diversos integrantes de una misma familia.
Los visitantes inoportunos fueron directo a su objetivo, se plantaron frente a la casita que habitaban los hermanos tijuanenses Valenzuela Ramírez: Jesús Ramón, de 25 años, y Enrique Alexander, de 20 años, quienes no esperaban el ataque. Se encontraban relajados, acostados. Ramón vestía bóxer color negro y Alexander un pantalón deportivo color gris con calcetines blancos.
Ante los gritos, los jóvenes se resguardaron mientras sus esposas se asomaron, y alcanzaron a ver a varios hombres. El comando no esperó a que les abrieran, entraron a la fuerza, a golpes, preguntando específicamente por uno de los hermanos: “¿Dónde está El Junior?”
Los atacantes eran seis, pero a la casa entraron tres.
Buscaron y no tardaron en encontrarlos en la precaria propiedad, llevaban lámparas en las manos que les pusieron en la cara a los Valenzuela mientras les preguntaban repetidamente: “¿Dónde está la droga?”.
Los hincaron para interrogarlos. Como respondieron no saber nada, los arrastraron hacia una de las recámaras y dejaron a sus mujeres en otra habitación.
Los criminales estuvieron en la casa durante al menos tres horas, tiempo en que torturaron a los hermanos, “se escucharon golpes y forcejeos”, pero ni familiares ni vecinos que viven en los alrededores se dieron cuenta.
Cerca de las cinco de la mañana, uno de los asesinos salió del cuarto “empapado de sangre”, con grandes manchas en el pantalón. A las 05:38 horas, el C4 recibió la llamada de auxilio, la instrucción fue: “Persona lesionada por arma de fuego”. Al llegar los policías, encontraron a los dos hombres decapitados en el interior del domicilio.
Testigos informaron: “Hace tres horas ingresaron al domicilio seis personas armadas con los rostros cubiertos, metiendo al cuarto a dos personas del sexo masculino, saliendo hace 30, 40 minutos”.
Explicaron que los criminales habían abandonado la escena del crimen con tranquilidad, a bordo de un auto Honda y una camioneta negros, rumbo al Libramiento.
QUE ERAN GENTE DEL AZUL
Mientras los atacaban, los homicidas dijeron a sus víctimas que eran “gente del Azul”, y en el área de Inteligencia de las corporaciones de la Mesa de Seguridad sí tienen identificado a un delincuente con ese apodo, pero no en homicidios, sino en temas de narcomenudeo.
“Puede ser un mensaje real, una amenaza directa o integrantes del cártel contario tratando de inculparse entre sí. Estamos buscando las relaciones criminales de las víctimas para tratar de definir de dónde viene la agresión, aunque de primera instancia parece que los mataron delincuentes de su mismo grupo”, refirió un elemento de la FGE.
Del Azul, una de las corporaciones locales informó que, en la calle, los detenidos señalan que “es allegado a un tal 27, alias El Cabezón -Jesús Rafael Yocupicio-, y efectivamente son de una célula de narcomenudistas del área de Sánchez Taboada, Reforma y alrededores”.
Otra de las agencias de seguridad lo tiene reportado como un sujeto de nombre Edy Nevárez, pero sólo existe una mención, un testigo que lo identifica con ese nombre.
Hasta el cierre de edición, la identidad del hombre continúa en investigación.
AJUSTES DEL APACHE DEL CAF
“Los decapitados y los asesinatos en general en Sánchez Taboada y en toda Zona Costa, son parte de dos tipos de enfrentamientos territoriales”, comentó un investigador.
“Las pugnas internas, de criminales matando a sus propios vendedores y compañeros para que el resto no se cambie de cártel o por robos de droga, y el enfrentamiento principal, que es el del Cártel de Sinaloa contra la dupla CJNG-Cártel Arellano Félix”, refiere el investigador, en la calle está encabezado por el lado de Sinaloa:
* Franklin Ernesto Huezo Hernández el Ranchero.
* Edwin Antonio Rubio López el Max.
* Jesús Rafael Yocupicio el Cabezón.
“De esta mafia, Yocupicio es el más operativo, el de calle, quien está detrás de los más recientes asesinatos y decapitaciones, porque los otros dos están fuera del Estado”, confió.
Mientras que del lado del CJNG, tras la deserción de los principales cabecillas, el preso David López, el propio Yocupicio, Israel Alejandro Vázquez y Edgar Pérez Villa, las autoridades no han identificado un jefe destacado en la célula operativa de Los Cabos, pero siguen en la pugna con apoyo de Los Erres, grupo de sicarios encabezado por Javier Adrián Beltrán Cabrera, quien han pasado por todos los cárteles.
Y por el CAF, Brian y/o Brayan James Corona el Apache.
Es el que anda más movido, se sabe que desde la cárcel, David López Jiménez ex Cabo 20 ordenó a su gente que se uniera a Corona en la lucha por el territorio. Luego hay versiones nuevas, aún no corroboradas, de posibles acuerdos con el CJNG para dejar de pelearse por un tiempo y enfrentar a Sinaloa”, refirió un agente de la Mesa de Seguridad.
“La hipótesis principal del rebrote de violencia en Sánchez Taboada y otras zonas como Playas, Zona Centro, Centenario, Los Pinos, es que El Apache está ordenando matar a los vendedores de droga que antes controlaba Cabo 20 -David López, preso- y que ahora se han cambiado, o que él cree, se han pasado con Sinaloa”, agregó la fuente.
SÁNCHEZ TABOADA, BASTIÓN DEL CJNG
Desde 2015, integrantes de la Mesa de Coordinación por la Paz y Seguridad de Baja California catalogaron a la delegación Sánchez Taboada como bastión del entonces recién llegado CJNG, en el que desde 2019 se desató una pugna interna.
Sánchez Taboada es una de las nueve delegaciones en Tijuana y, en el transcurso de 2023, acumula 100 asesinatos y contando.
Sólo en agosto, el día 2, a las cuatro de la mañana, mataron a un hombre de 40 años y lesionaron a otro dentro de una casa en la calle Plutón; el jueves 3 fueron dos víctimas, a las cuatro de la mañana asesinaron a masculino en un cuarto de la calle Ley Federal del Trabajo y por la tarde acribillaron a una mujer y lesionaron a un adolescente en la calle Juan Escutia.
Continuaron el 4 de agosto a las ocho de la mañana, con el homicidio de un sujeto de 50 años en una casa en la calle Piña; el 6, la decapitación de los hermanos Valenzuela, y a la media noche del día 7, en la calle Jade aventaron un cuerpo desde un auto.
Era otro decapitado, el tercero en menos de una semana en Sánchez Taboada. Estaba envuelto en una sábana rosa, tenía entre 40 y 45 años de edad; no ha sido identificado.
Meses antes hubo otros desmembrados: el 9 de julio, en las faldas de un cerro en Privada Monterrey, localizaron dos cuerpos, uno decapitado y otro incinerado; a las 03:30 horas del 23 de marzo tiraron otro decapitado entre las calles Marco Antonio Bolaños Cacho y Roberto de la Madrid, aventaron cuerpo y metros adelante la cabeza en una calle inclinada sobre la cual rodaron los restos. A un costado de la región cefálica dejaron una navaja.
El desmembramiento de cuerpos es una práctica común de los criminales en la zona. En los últimos cinco años hubo días en que se localizaron dos o tres cabezas o cadáveres decapitados en diferentes puntos del mismo distrito.
“ÍBAMOS POR UN MIGRANTE, PERO ENCONTRAMOS SIETE CUERPOS”: COLECTIVO DE BÚSQUEDA DE BAJA CALIFORNIA
La calma y tranquilidad que hay en el área del Cimarrón, unos tres kilómetros antes de la caseta Tecate-Tijuana, contrasta con el hallazgo de siete cuerpos localizados al lado del arroyo de aguas tratadas del Río Alamar.
Todo comenzó con una familia que pidió apoyo del Colectivo de Búsqueda de Baja California, encabezado por Olivia Márquez, ya que su familiar tenía días desaparecido y lo último que habían sabido de él, era que estaba intentando cruzar la frontera hacia Estados Unidos, a la altura del área del Cimarrón.
La familia ya había acudido a las autoridades a interponer la denuncia de su desaparición, pero al no encontrar apoyo, recurrieron al colectivo, pues cuando se comunicaron con él, les comentó que se había sentido mal. Así, el 9 de agosto comenzó la búsqueda por toda el área, el punto de partida fue a un costado del último espectacular antes de llegar a la caseta de cobro. En la imagen hay una leyenda que dice “Curvas peligrosas” al lado de una mujer en ropa interior y una cinta métrica.
En efecto, hay una curva en la carretera, de lado izquierdo un cerro, y del lado derecho una estrecha área para estacionar los autos; después, una ladera de tierra resbalosa, piedras filosas y pastizal quemado que llevan hasta el arroyo del Río Alamar.
Desde el punto de partida, el arroyo no se nota, pues está cubierto por hierba y matorrales, pero una vez que se logra descender, la flora alcanza más de dos metros de altura.
ZETA recorrió diversos senderos en la zona donde se observó ropa quemada, sandalias, zapato deportivo, empaques de cepillos de dientes y pasta dental, incluso un celular incinerado; se alcanza a distinguir que es iPhone, sólo por un pequeño logo de manzana en uno de sus componentes.
Se entiende que la zona es cruce habitual de migrantes que intentan conseguir el sueño americano, en teoría, la valla perimetral de Estados Unidos está cerca.
La búsqueda comenzó alrededor de las 10:00 horas del miércoles 9 de agosto, el colectivo iba acompañado de la Guardia Nacional para su protección, pues se sabe que la zona es peligrosa.
Peinaron la zona del arroyo por ambos lados, equipados con sus varillas T, botas, hidratación, algunos refrigerios, ropa para protegerse del clima o animales, y radios de comunicación de baja frecuencia para mantenerse comunicados, pues al interior del cañón, no hay señal para celulares y mucho menos internet.
Alrededor de las 15:00 horas sucedió el hallazgo: el cuerpo de un joven con las características señaladas por la familia en cuanto a su vestimenta y señas particulares; faltaba la prueba de ADN, pero de eso ya se encargaría la Fiscalía General del Estado (FGE) sólo para confirmar que sí era a quien buscaban.
Poco antes de partir, uno de los buscadores avisó que tenía que hacer sus necesidades, por lo que se metió entre los matorrales cerca del arroyo en busca de privacidad, y al extender la vista, pudo observar otro cadáver.
Enseguida llamó la atención del resto del colectivo, quienes no sólo se dieron cuenta que había un cuerpo más, sino que a simple vista contabilizaron hasta siete.
“Contamos hasta siete cuerpos, algunos ya eran osamentas, otros estaban en estado de putrefacción, yo calculo de unos 20 días; también encontramos algunas credenciales y pasaportes, la mayoría eran haitianos y ghaneses, venían de Ghana”, comentó Olivia Márquez.
Entre los restos también localizaron el cuerpo de una mujer, en su credencial se alcanza a distinguir que era musulmana, mientras que otros cuerpos tenían el tiro de gracia en la cabeza.
“Veníamos por un migrante y encontramos siete cuerpos, podrían ser ocho porque vimos
más restos…”, refirieron desde el colectivo.
SIN PRESENCIA DE FGE
Uno de los problemas a los que se enfrentó el colectivo, es que personal de la Fiscalía General del Estado no quiso acudir al llamado. Eran las 16:55 horas cuando se realizó el reporte y no contarían con la seguridad necesaria, pues el colectivo estaba a punto de retirarse junto con la Guardia Nacional, afirmó Márquez.
Al día siguiente los colectivos volvieron, ya que, pese a haber localizado esos siete cuerpos, había posibilidad de hallar más, por lo que realizarían un segundo operativo, sin embargo, tampoco hubo presencia de la FGE.
En recorrido realizado por ZETA, se encontró la zona donde había dos fémures marcados con un par de banderas rojas, mientras el resto de los brigadistas recorría el arroyo del otro lado.
“¡Huelo algo!”, dijo una de las buscadoras, “pónganse todas en línea para ver si huelen lo mismo que yo”, sugirió. Acto seguido, tres mujeres y un hombre se colocaron al lado del arroyo, donde divisaron una lona, pero sin restos humanos.
“Sé que muchos dicen que huele como a perro muerto, a muerte, pero no; a mí me da un olor como a frituras, de esas que se hacen en aceite y suelta el olor a manteca, ese es el olor que nos guía, es lo que buscamos”, dijo una de las brigadistas.
Hasta el cierre de edición, no se habían localizado más cuerpos, tampoco había presencia de más autoridades, pero el Colectivo de Búsqueda de Baja California seguía buscando, pues es el primer hallazgo en 2023 en Tijuana de tantos cuerpos, y, sobre todo, extranjeros.
