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viernes, febrero 16, 2024
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Fray Francisco Garcés 1738-1781

* Franciscano martirizado en Yuma, Arizona.

*  Exploró hasta el Cañón del Colorado.

 

“Es el P. Garcés tan a propósito para entenderse con los indios, y andar entre ellos, que no parece sino indio”.


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-Diario del P. Pedro Font, S. XVIII.

 

Aunque el Río Colorado sigue calmando la sed de millones de extranjeros y mexicanos de ambos lados de la frontera -Baja California, Arizona, California y Sonora-, sus aguas corren no por el cauce original hacia el mar de Cortés, sino a través del llamado “Todo Americano” (All American Chanel).


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Sin el agua del Colorado que nace en las rocallosas norteamericanas, los riquísimos valles de ambas naciones serían utopía, sueños guajiros.

El dato histórico más antiguo sobre la presencia europea en la Zona de Algodones-Andrade, fue la exploración en 1540 a través del Río Grande (Colorado) del navegante español Hernando de Alarcón. Fue un encuentro con los cucapá y los yumas, a quienes les enseñó a persignarse y les habló de Dios.

Al asumir los Borbón la corona española, fue suprimida la congregación religiosa de la Compañía de Jesús, y fueron expulsados -ingrata y humillantemente en muchos casos, como en Sonora- los misioneros jesuitas en 1767. A Sonora habían llegado ya a principios de 1600; y a Baja California en 1683, y 1697.

 

Garcés, franciscano, sigue las rutas de Kino, jesuita

No es extraño que uno de los mejores biógrafos europeos del padre Kino, sea el padre franciscano Bolognani.

Francisco Tomás Hermenegildo Garcés nació en Morata del Conde, Aragón, España, el 12 de abril de 1738. Fue ordenado sacerdote franciscano en 1763; y el 30 de junio de 1768 le encargaron la Misión de San Javier del Bac (Tucson). Ya en las fronteras de la Apachería, en agosto, con unos cuantos indios, emprendió su primer reconocimiento del Río Gila.

Se conjetura que no fue únicamente la expulsión de los padres jesuitas en 1767, la causa de la ruina de las misiones del Río Colorado; la muerte de Eusebio Francisco Kino, en 1711, afectó relativamente la evangelización. Pero ésta no se interrumpió, porque los padres franciscanos asumieron la evangelización desde 1768: con fray Junípero Serra desde Loreto, BCS., y el padre Garcés desde Tucson, San Xavier del Bac.

Kino explora el Colorado hasta el Golfo y parte de los hoy valles de San Luis y Mexicali en noviembre de 1701. Lo mismo hará en 1771 el padre Garcés.

El ingeniero Óscar Sánchez Ramírez en su obra sobre “El Mártir del Río Colorado”, explica que, ante la posibilidad de establecer nuevas misiones en la provincia de Sonora, sobre todo en la zona de los ríos Gila y Colorado, que era la elegida por el padre Garcés para cristianizar; este misionero decidió efectuar un viaje a aquella apartada región con el fin de persuadir a los aborígenes que estarían involucrados en el proyecto y escoger los lugares más adecuados para dicho fin.

El mismo Fray Francisco Garcés consideraba que “…no se pueden tomar otras providencias para mi entrada, pues no hay que hablar de pedir escoltas y de hacer gastos a las misiones, y era menester superar muchas dificultades y ruidos, para hacer concurrir a los soldados bastimentados, y sacar hijos, bestias y bastimentos de las otras misiones (por no haber otro modo de suministrar estos necesarios). Y yendo yo solo, me ahorro muchos cuidados y ansias, para dar de comer a tantos familiares, y sin otros impedimentos para lo que se ofrezca…”.

 

Las Misiones de Kino, Las Misiones de Garcés

En sus viajes al Bajo Delta del Colorado, el padre Kino fundó en la comunidad Yuma la misión de san Dionisio (después llamada por el padre Garcés la Purísima Concepción); desde 1923, la Misión India de Santo Tomás en la junta de los Ríos Gila y Colorado, y la frontera de Arizona y California.

Fray Francisco Garcés fundó el 7 de enero de 1781 el segundo pueblo misión con el nombre de San Pedro y San Pablo de Bicuñer, a 16 millas al Norte de Winterhaven, California. Misión tristemente desaparecida y destruida por los buscadores de oro, además de que fue escenario del martirio de los frailes franciscanos en la llamada “Masacre de Yuma” el 18 de julio en 1781, cuando murieron los misioneros Juan Berreneche, José Matías Moreno, Juan Díaz y Francisco Hermenegildo Garcés.

Lejos de Baja California y lejos de Sonora, ni los españoles, ni los europeos, ni los americanos imaginaban la riqueza que significaba un río insólito e infinitamente fértil como el Río Colorado. Cuál si no es el agua de este enorme río, la fuente de vida de enormes ciudades como Las Vegas, Phoenix, Tucson, Ensenada, Tijuana, Mexicali y San Luis; una verdadera región fértil gracias a los valles de ambas fronteras. Si hay río Colorado, que no vaya por su cauce original, no debe hacernos olvidar a cuantos millones de personas calma la sed y genera energía a través de presas, canales, arroyos, pozos y más.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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