Retratando la realidad social de desesperanza en los campos mexicanos y el terror del narcotráfico en los campesinos e indígenas que son obligados a sembrar marihuana y amapola, el cineasta mexicano Joshua Gil creó “Sanctorum”, una especie de documental y ficción de fantasía avalada por Tribeca Film, Impulso Morelia y Rotterdam Lab, el cual resume lo que aquellos sometidos a la violencia o que sufren la pérdida de un ser querido, experimentan emocionalmente.
A través de la historia de la pureza de un niño y un santuario natural que son violentados, “Sanctorum” aborda la situación apocalíptica del campo mexicano en la actualidad, misma que “debe llegar a la agenda nacional, los grupos originarios, los indígenas, mujeres y niños, son forzados a trabajar en los campos de marihuana y amapola para poder subsistir, sin que esto los convierta en narcotraficantes. Es un grave problema que vive México, porque son perseguidos por el narco y el gobierno, por ello inicié esta investigación fílmica que me acercó a los cultivos y lo que viven día a día en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz, y Chiapas”, relató Joshua Gil en entrevista telefónica con ZETA.
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Indígenas obligados a sembrar marihuana y amapola
“Existe competencia desleal, las importaciones y exportaciones son controladas por mafias, lo cual repercute en sembradíos ilegales que les pagan más del doble por mano de obra que otros productos por jornada. La situación de los campesinos necesita análisis profundo, priorización y resultados claros, justamente la película trata de introducir el tema a la agenda nacional, concientizar a los espectadores que tenemos un gran tema por resolver hacia el interior del país y sociedad; por ello ‘Sanctorum’ propone el fin del mundo como lo conocemos”, señaló el autor del híbrido cinematográfico, quien afirma, el campo mexicano está en agonía.
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“Es una realidad cruel, con personajes reales, narcotraficantes y drogas, contexto en el que se genera una carta en la que los campesinos se pronuncian frente al acoso y persecución: ‘No nos vamos a ir, estas son nuestras tierras, así enfrentemos al narco y al gobierno’”, agregó el ganador a Mejor Director en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Un híbrido cinematográfico
La aspiración del cineasta es que el tema entre a la conversación nacional en tiempos encaminados hacia la legalización de la marihuana, sobre todo por las afectaciones hacia los campesinos, quienes no piden se legalice, sino que mejoren sus condiciones de vida.
“El gobierno no es capaz de defender los derechos de los campesinos, ni de implementar mejores prácticas comerciales, por lo que ellos deciden sembrar lo que tengan que sembrar con tal de mejorar su condición de vida. No están gozosos de sembrar marihuana, sino buscar mejores condiciones de vida. Son víctimas inocentes en todo el territorio mexicano, que provocan un gran santuario”, dijo Gil, quien busca mostrar su documental en el Senado de la República para cambiar la indiferencia de las ciudades y generar el diálogo hacia nuevas legislaciones.
“Sanctorum” será distribuido por productores alemanes que pretenden la internacionalización del filme, garantizando a futuro giras por distintos encuentros globales de cinematografía, seguidos por la proyección en salas de cine.
