Estimada Adelita:
Al leer la columna “Bitácora” del director Pascal Beltrán del Río, publicada en el periódico Excélsior, me enteré de una calumnia infundada que te hace el secretario de gobierno de Baja California Amador Rodríguez Lozano, quien se molestó porque en el Semanario ZETA, “Libre como el Viento”, publicaste -con pruebas- actos de corrupción, que se denominan “moches”.
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Ya que se descubrió a colaboradores del actual gobernador del estado de Baja California, Jaime Bonilla Valdez, quien tiene aproximadamente un mes de haber recibido el cargo; sus colaboradores, Jesús Damián Núñez Camacho, Oficial mayor, y Cynthia García Soberanes, secretaria de Bienestar, acaban de renunciar a sus cargos porque les descubriste que pidieron millones de pesos -“moches”- a empresarios, a cambio de otorgarles concesiones. Como a un empresario, que le pidieron 20 millones de pesos y a cambio le darían la concesión para proporcionar desayunos escolares.
Estos ex funcionarios ya son investigados por la Secretaría de Honestidad y la FGE; por cierto, la ex secretaria de Bienestar, Cynthia García, implica al secretario de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, en los “moches” y reparticiones de dinero entre funcionarios del Gobierno del Estado de Baja California.
Además, en la columna de Pascual Beltrán del Río se dice que el secretario de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano, se molestó por haber sido implicado en los “moches” y calumnió al Semanario ZETA, manifestando que estaba enojado porque el gobierno no le compraba publicidad y por eso dice mentiras.
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Encontrándose todavía enojado, se lanzó en tu contra, afectando indebidamente tu vida privada y constituyendo esta acción una vileza y una cobardía; además, está violentando tus derechos humanos, que están contenidos en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
No sabía que Amador Rodríguez Lozano participó en la elaboración de la denominada Ley Bonilla, en la que se establece que, en lugar de dos años, sean cinco los que quiere gobernar Jaime Bonilla Valdez; hasta hoy sé que los funcionarios del Gobierno del Estado quieren tres años más, para tener más tiempo de hacer sus “moches” millonarios.
Yo creí que ya no había corrupción en México y que los “moches” se habían terminado.
Adelita, considero que estás en tu derecho de denunciar estos hechos violatorios a la libertad de expresión y que también afectan tu vida privada, que es sagrada; por lo tanto, debes poner una denuncia ante las autoridades correspondientes.
Ante este ataque que te hace una autoridad estatal, estás en tu derecho de denunciarlo ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, así como a otras instancias; además, espero que cuentes con el apoyo de tus compañeros periodistas y otros medios de comunicación, ya que estando unidos evitarán que en el futuro se presenten otros casos semejantes.
Por mi parte, estimada Adelita, cuenta con mi apoyo moral y no dudes de hacerme un llamado para algo que necesites, ya que yo estoy agradecido contigo porque fuiste la persona que me invitó a escribir en ZETA y nunca me pusiste condiciones para redactar mis escritos sobre temas que yo seleccionaba, los cuales se publicaron en la columna “Palabra de General” que creaste en el Semanario ZETA, “Libre como el Viento”.
Por lo antes mencionado, te reconozco como una periodista muy profesional, honesta, valiente, veraz, inteligente, clara y buena escritora; aparte, junto con otra magnífica periodista, como lo es mi amiga Rosario Mosso, y demás colaboradores han formado un equipo magnífico, que han hecho un gigante del Semanario ZETA, “Libre como el Viento”, siguiendo la línea heredada de don Jesús Blancornelas.
Considero que un medio de comunicación es para educar, guiar, orientar, aconsejar e informar a la sociedad en general; pero también para ejercer la crítica sana, estimulando a cualquier funcionario, profesionista o trabajador que se esmere en su profesión o trabajo. Un medio de comunicación también debe ejercer la crítica severa o rigurosa contra funcionarios corruptos, irresponsables, ineptos o que cometan delitos, a fin de que la sociedad se dé cuenta y puedan ser juzgados por las leyes o autoridades que correspondan.
General Sergio Aponte Polito.
