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sábado, febrero 17, 2024
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Reconocimiento al poeta Víctor Soto Ferrel

Columna invitada

 


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Alfonso René Gutiérrez – El poeta Víctor Soto Ferrel ha sido objeto de un reconocimiento por parte del Instituto Municipal de Arte y Cultura y de la Casa de la Poesía de la Frontera Norte: “Víctor Soto Ferrel: Testigo de la orilla”, evento realizado durante la inauguración del encuentro Poesía en Tijuana, en el marco del 130 aniversario de la Ciudad.

Cierta vez que se le preguntó qué le había llevado a la poesía, Soto Ferrel mencionó los recuerdos infantiles: “Creo que la memorización de canciones impregnadas con el sentimiento que las cantaban en mi pueblo de mineros. El canto cardenche, llegando o de regreso por los caminos de la sierra, con los arrieros. […] Auroras, tormentas, crepúsculos, montañas, constelaciones. Fuegos fatuos, socavones, dolor, pobreza y aislamiento. […] Una profunda y súbita veta de agua y tierra, de aire y luz que brotaba estremeciéndome” en la intensidad de los atardeceres; “las noches tachonadas de estrellas o de lunas al alcance de mi mano. Después, el aprendizaje de poemas sugeridos por mis maestros de primaria para que los recitara en las límpidas, coloridas y melancólicas asambleas de los lunes.” “Quizás mi matria es la infancia”, declaró. “Traigo mi casa, mi cárcel conmigo. De inmediato la instalo donde vaya.” El adiós al terruño ahondaría la melancólica sensibilidad, ya en la adolescencia, con el punzante sentimiento de la canción cardenche: “Esa estrella marinera…/ Solo en pensar/ que ando lejos de mi tierra/ me dan ganas de llorar.

Sumándose a este reconocimiento ZETA publica el presente poema, procedente del último libro de Soto Ferrel, Arena oscura (ICBC, Premio estatal de Literatura 2014).

 

Solo tus pasos

Solo ebrio cantas con libertad de agua

Solo ebrio escuchas reír al viento entre los árboles

Sólo así oyes relinchar los caballos caer las hojas arder los leños

 

Debes volver antes que el agua se congele antes que la nieve borre los caminos

Debes volver antes que los troncos que sostienen tu casa se pudran

Debes regresar porque aún detenidos en tu boca están un adiós y sus lágrimas

Bajo los nogales te espera el quiosco para que veas el río y aspires

entre rosales blancos todo el perfume del jardín

 

Te harán volver las piedras del acantilado la sombra del pino

nacido de la roca más alta y el vuelo

de las palomas silvestres

 

Recuerda cómo la noche brota del estanque

Cómo manan del jardín todas las estrellas humedeciendo tu cara

Cómo vuelves al vuelo suspendido del gavilán

en el rojo horizonte

 

Oyes la música de las nubes

saboreas la miel de los panales

ves la casa que dejaste

rodeada de duraznos y manzanos.

 

Tienes que volver por las hojas de laurel por el cascabel de la serpiente

por el polvo de estrellas que divide la noche desde tu patio

por las flores del saúco y el agua entre raíces de alisos

El eco de tu oración no se ha perdido

aún huelen a incienso tus ropas.

 

Sobre lajas corre el agua te esperan sus cascadas rojas

y la cara del muchacho asomando de su tumba entre alhelíes

Huelen a naranjo los caminos

Vuelven las mulas cargadas de mangos

Entre piedras de plomo entre estrellas quemadas cortas zarzamoras

 

De la boca de las minas fluyen agua fresca y aleteo de murciélagos

Desde la higuera los búhos reflejando la luna alumbran el camino

Canto para que no olvides los cascos del caballo marcados en la arcilla

las huellas de los pájaros

Sólo tus pasos se secaron

Sólo tus huellas las borró la lluvia

 

Alfonso René Gutiérrez es poteta radicado en Tijuana, B.C.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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