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viernes, febrero 16, 2024
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La historia de la danza en Tijuana

La maestra Ivone Morales narra en su libro digital “Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)” el desarrollo de dicha disciplina en esta ciudad fronteriza. El título será presentado el jueves 9 de mayo en la Biblioteca Braulio Maldonado, previo a un reconocimiento por sus 35 años de trayectoria artística

Gran parte de la historia de la danza en Tijuana se encuentra en la bibliografía de Ivone Morales, maestra en Investigación de la Danza por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza (CENIDID) “José Limón”.


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En 35 años de trayectoria, Morales acumula tres títulos en los que documenta el quehacer dancístico en Tijuana y la región binacional. Para empezar, es autora de la tesis “El bailarín profesional: su desarrollo y proyección actual en el público de Tijuana, BC” (1999), con el que obtuvo el grado de Licenciatura en Comunicación por Universidad Iberoamericana Campus Tijuana; y de la investigación “Mirada del público del Festival Internacional de Danza Tijuana Cuerpos en Tránsito 2016 y 2017” (2018), con la que logró el grado de maestría por unanimidad y mención honorífica el 6 de noviembre de 2018 en Ciudad de México.

El tercer título (disponible en CD y Amazon, por el momento), publicado en 2015 pero corregido después de concluida la maestría, es precisamente “Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)”, el cual será presentado el próximo jueves 9 de mayo a las 7:00 pm en la Biblioteca Braulio Maldonado.

Previo a la presentación editorial, Ivone Morales recibirá un reconocimiento por 35 años de trayectoria artística, concedido por la Biblioteca Braulio Maldonado y el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMAC), distinción que incluye la entrega de una estatuilla a cargo de Juan Daniel Sánchez y la inauguración de una exposición fotográfica con obra de Adrián Flores, Jesús Robisco, Joaquín Castellanos, José Luis Venegas, Juan Cedeño, Julio Blanco, Julio Rodríguez, Manuel Rotenberg, Mario Castillo y Scott Belding.


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TODO INICIÓ EN 1999

Cuando Ivone Morales (Tijuana, 15 de septiembre de 1976) estudiaba la carrera de Comunicación (1995-1999) en la Universidad Iberoamericana, también decidió profesionalizar su vocación al cursar la Licenciatura en Danza en la Escuela de Danza Gloria Campobello (1998-2003).

“Me encontraba en una etapa donde bailaba mucho tanto en el Ballet Noroeste de México como en el Grupo de Danza Minerva Tapia, que justo inició en 1995”, rememoró Morales en entrevista con ZETA.

En 1999 publicó en algunos medios locales sus primeros textos y entrevistas a personajes como Margarita Robles (fundadora de la Escuela de Danza Gloria Campobello), Jorge Domínguez (coordinador de la Muestra Internacional de Danza Cuerpos en Tránsito en ese año), Federico Castro (coreógrafo del Ballet del Noroeste de México y ganador del XII Premio “José Limón”) y Orlando de Jesús Scheker (entonces director del Colegio Nacional de Danza Contemporánea).

“Fue un momento crucial en muchos aspectos de mi vida dancística profesional porque estaba en los escenarios, pero a su vez estaba haciendo mis primeros escritos sobre danza. En ese momento se dio también la oportunidad de escribir sobre el festival de Cuerpos en Tránsito porque el CECUT me invitó a colaborar las primeras dos ediciones (1999 y 2000) de dicha muestra, y ahí aproveché. Cuando egresé de Comunicación siempre fue pensando que algún día cruzaría la danza con la escritura, y así fue”.

Cuando escribiste los primeros textos en 1999, como la entrevista que hiciste a la maestra Margarita Robles con la que inicia el libro (Margarita Robles, precursora de la danza en Tijuana), ¿tenías pensado escribir algún día un libro sobre danza?

“No, en ese momento no tenía pensado escribir un libro y menos digital, quizá porque no me sentía preparada. Veía muy lejana la idea. Sabía que quería escribir sobre danza, pero más bien artículos, reportajes, reseñas, hacer entrevistas a personalidades de la danza. Pero fue hasta 2014 que me vino la idea de escribir un libro y pensé en hacer una compilación de todo ese trabajo realizado en todo ese tiempo; no sabía cómo hacerlo, no tenía idea de cómo empezarlo, solo sabía que quería hacerlo, pero bueno, fui trabajando y salió el libro”.

Foto: Archivo

LA DANZA DESDE LOS 90

Reseñas, críticas y entrevistas convergen en “Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)”, que registran una época de la disciplina dancística de la región fronteriza contada en 45 textos que fueron publicados en diversos medios tanto impresos como digitales, otros inéditos.

“Consideré importante reunir estos textos en ‘Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)’ por una necesidad imperante de dar a conocer acontecimientos a la gente de la ciudad. Pensé en mi colectivo de la danza, en que era importante hacer un registro sobre la historia de la danza en Tijuana por medio de esta compilación y que podía complementar lo que las instituciones habían registrado como un documento histórico. También pensé en las nuevas generaciones de estudiantes que se preparan en Técnico de Danza o de la Licenciatura en Danza, que podía servirles como referencia para entender lo que se estaba manifestando en ese período, por qué, en qué circunstancias, qué pensaban de la frontera y qué recursos había. Ahora me doy cuenta que los escritos por aparte tenían un significado, pero al haberlos reunido en 2014 cobraron otro sentido”.

Muchas compañías de la región de las que escribes, cuentas o reseñas en “Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)” surgieron en la década de los 90, como Compañía Jorge Domínguez (1991), Danza Performa de Ricardo Peralta (1994), Grupo de Danza Minerva Tapia (1995), Mujeres en Ritual de Dora Arreola (1999); además de la Muestra Internacional de Danza Cuerpos en Tránsito, que nace en 1999. ¿Cómo describes la década de los 90 con el surgimiento de compañías de danza en Tijuana?

“Con mucha ilusión. Pero, más que nada, creo que fue una década en la que estábamos definiendo y reforzando nuestra identidad dancística contemporánea en la frontera. Queríamos que el resto del país volteara a ver a Tijuana como una ciudad capaz de producir danza de calidad y que podíamos competir con los grupos del resto del país. Fue un gran parteaguas de la danza contemporánea, que fue repercutiendo en la enseñanza de la percepción del nuevo público de danza contemporánea que estábamos creando. Fue muy importante esta etapa porque estábamos picando piedra tanto los creadores como los intérpretes, ya que construíamos una nueva manera de hacer danza.  Defino 1999 como un año lleno de ilusión, donde estaban surgiendo academias, compañías o grupos de danza contemporánea que querían mostrar al público tijuanense lo que se creía o lo que se pensaba.

“Justo ese año se crea el primer festival internacional de danza contemporánea, que fue Cuerpos en Tránsito y marca un antes y después en la danza -sobre todo la contemporánea–. Dicho festival surgió como una gran plataforma para que los grupos locales se vincularan con los grupos nacionales e internacionales que llegaban a presentarse en la frontera, a través de conferencias, de clases magistrales, de intercambios, etcétera”.

Ivone Morales rememoró:

“En ese momento, 1999, también surge la celebración del Día Internacional de la Danza aquí en Tijuana, y eso para las academias de danza fue otra gran plataforma para que en un solo día se presentaran todas esas academias y presentaran lo mejor de su trabajo, con sus mejores estudiantes y que a día de hoy continúa celebrándose. Además, fue interesante porque era la culminación de un milenio y la entrada del 2000. Marcó el fin y la llegada de nuevos vínculos en todos los aspectos”.

 

“UNA IDENTIDAD EN LA DANZA DE LAS COMPAÑÍAS TIJUANENSES”

A manera de una de las conclusiones luego de publicar “Crónicas…” y al cuestionarle si Tijuana tiene una identidad en danza con relación al resto del país, Ivone Morales no dudó a la hora de contestar:

“Yo creo que la creación artística en Tijuana a día de hoy logra una simbiosis, porque el tener a Estados Unidos al lado siempre influyó y permitió la integración e intercambio de ideas, formas culturales, festividades, tradiciones, idiomas, etcétera; por eso se empezaron a generar procesos interculturales que han sellado lo binacional no nada más en Tijuana, sino en todo el Estado de Baja California”.

Asimismo, consideró que “los artistas en Tijuana perciben una vibración constante de creación. Sí que es cierto que de pronto llegaron grupos emergentes que también enriquecieron y siguen enriqueciendo la danza en Tijuana. Lo que tiene Tijuana es la posibilidad de crecer, que puedes ser interdisciplinario, por eso a la gente le gusta Tijuana, porque la mezcla de lo que traen artistas de fuera que vienen y se instalan aquí, con lo que hay en la ciudad, resulta ser una bomba molotov; porque Tijuana es noble y te da muchas alternativas, pero es porque la misma ciudad te lo permite, es abierta. Entonces, la ciudad, que es una frontera que está lejos del centro del país, en realidad es una frontera llena de esperanza, y eso inspira a los creadores o crea una identidad en la danza de las compañías tijuanenses, por eso se distinguen de otros lados del país”.

Entonces, la maestra en Danza concluyó: “Veo que antes -digo artistas que visitaban la ciudad-  decían que ‘Tijuana era ni de aquí ni de allá’, pero ahora Tijuana tiene un sello que identifica lo binacional claramente. Y es algo que no lo tiene ninguna ciudad del interior del país”.

 

“EL PÚBLICO DE DANZA EN TIJUANA SIGUE SIENDO JOVEN”

En “Crónicas de danza en Tijuana (1999-2014)”, Ivone Morales no solo da cuenta de una época de surgimiento de compañías y festivales, también aborda una arista crucial en el acontecimiento escénico: el público para la danza.

“… el mismo público se encuentra en un proceso formativo de un criterio dancístico…”, mencionas en alguna parte de “Crónicas…”.  ¿Cómo ha evolucionado el público de la danza de 1999 a la fecha, en su apreciación del acontecimiento artístico?

“Precisamente realicé en la Maestría en Investigación de la Danza en el Centro Nacional de Investigación de la Danza (CENIDI Danza ‘José Limón’) un estudio de público de danza en Tijuana, y quiero decir que el público de la danza ha evolucionado de un modo importante desde 1999 a la actualidad. Porque en primera, el público a día de hoy percibe lo que ve y siente, y no lo que dice el programa de mano; sin embargo, cuando el espectador responde a preguntas toma como referencia el programa de mano; no significa que antes no lo hacía, solo que el público de hoy tiene otras referencias o distingue lo que ve.

“Ha evolucionado a tal grado que el espectador vive una dualidad constante racional y emocional, antes, durante y después de una función. Ahora el espectador es más emancipador, pues pregunta, se cuestiona lo que sucede dentro y fuera de un suceso dancístico. Han pasado ya muchos años -aunque el público de danza en Tijuana sigue siendo joven en relación a otros estados de la República mexicana-, pero la misma oferta de la danza ha crecido aquí en la ciudad, con lo cual, el público se ha ido adaptando a esa evolución.

“A pesar de ello, y según estudios de investigación que he realizado, al público hay que seguirlo estudiando. ¿Por qué? Pues porque la danza en general, aparte de ser un hecho cultural, no deja de ser un hecho social. Y el público percibe, se relaciona, genera discursos constantemente o formas de pensar que pueden ir cambiando con el tiempo. Entonces, como dice Ana Rosas Mantecón: los públicos no nacen, se hacen. Y eso tiene que ver con políticas culturales, formas simbólicas, tendencias del artista, de festivales y estándares sociales del espectador que definen una determinada cultura del gusto, en la sociedad tijuanense”.

Para concluir la entrevista, la profesora e investigadora del Conservatorio de Danza México de Tijuana resumió a ZETA:

“Se propone pensar en públicos potenciales y revisar cómo el artista potencia cada espacio escénico, o analizar cómo es la relación artista-espectador, pues al espectador tijuanense le gusta sentirse parte de una obra porque se siente cómodo. En el momento que se rompe esa línea, se pierde la conexión. Y si le pides su opinión, más le interesa, porque le das un derecho, el derecho de opinar, porque lo tomas en cuenta y lo pones a reflexionar algo que quizá no estaba acostumbrado a hacer; entonces, en ese aspecto ha evolucionado, es más exigente”.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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