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jueves, julio 4, 2024
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Aviso oficial: CFE y Gobierno de México informan

Dada la situación por la crisis en el sector eléctrico y los múltiples apagones especialmente en el área rural, con el propósito de contribuir con el ahorro de energía, se anuncian nuevas medidas de ahorro, según se indica a continuación:

* Todas aquellas damas que tengan por nombre Luzmarina, pasarán a llamarse sólo Marina.


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* Las de nombre Maryluz, se llamarán a partir de ahora Mary.

* Si lleva por nombre Iluminada, quedará sólo en Nada.

* Si su único nombre es Luz, habrá que llamarla por el apellido.


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* De llamarse Lucero, bajarle un poco al voltaje y llamarle Lucerito (para contribuir).

* Las mujeres no podrán dar a luz, sólo entrar en labor de parto.

* Se estudia la posibilidad de importar luciérnagas para dotación a cada familia.

* A partir de la presente fecha queda totalmente prohibido el uso de frases como “Eres la luz de mi vida”, “Iluminas mis días”, “Irradias luz”, etcétera.

* Se prohíbe que a cualquier ciudadano “se le prenda el foco”, para no sobrecargar el sistema.

* Se sancionará a quien escuche la canción “Electricidad” de Lucero, porque cuando tú me miras, se exagera el voltaje y hay que ahorrar.

COMUNÍQUESE, PUBLÍQUESE Y HÁGASE CUMPLIR.

Autor: Manuel Bartlett.


Esa preguntita…

Un niño pregunta a su mamá:
– ¿Cómo nacen los bebes?

“Mira, hijito, primero sale la cabeza, después salen los brazos, luego el cuerpecito y al final los pies”.

– ¡Aaaah! ¿Y luego lo arman?

Autor: Un adolescente que todo lo sabe.


Allá en el rancho grande

Papá, ¿las vacas fuman?

“¡No, hijo!”.

– ¡Entonces, se está quemando el establo!

Autor: Un granjero.


Examen

Durante un examen, un profesor propone a un alumno que no ha sabido contestar a ninguna pregunta:

– Le haré una última pregunta, si sabe, lo aprobaré. ¿Cuántos pelos tiene la cola de un caballo?

“30 mil 583”.

– ¿Y cómo lo sabe?

“Perdone, profesor, pero esa ya es otra pregunta”.

Autor: Un maestro frustrado.


Reto infernal

Un americano, un hindú y un mexicano acaban de morir y el diablo los recibe en el infierno:

“Les voy a dar una oportunidad de ir al Cielo. Les voy a dar un latigazo en la espalda, se pueden poner lo que quieran en ella, pero no pueden quejarse; si no se quejan, irán al Cielo”.
Así que el americano dice:
“Yo primero”.
Se pone una losa en la espalda, el diablo le da el latigazo y el hombre no se queja. Así que rápidamente va al Cielo.
Ahora toca el turno al hindú y se arrodilla. El diablo le pregunta:

– ¿No te vas a poner nada en la espalda?

“No, la meditación me ayudará a no sentir dolor”.
El diablo le da el latigazo y el hindú ni se inmuta. El diablo le hace saber:

“Puedes ir al Cielo”.

Es el turno del mexicano, quien se arrodilla para recibir el latigazo, pero no se pone nada en la espalda y el diablo le dice:

– ¿También tú vencerás el dolor con la meditación?
“¿Me puedo poner cualquier cosa en la espalda?”.

El diablo le dice que sí, lo que sea. Y el mexicano exclama:

“¡A ver, tú, hindú ven acá!”.

Autor: Un español.


El consejo

Un joven le quería decir cosas bonitas a su novia y va con su profesor de Literatura, quien le da el siguiente consejo:

“Dile así: Tienes ojos de lucero, tu boca es de cristal y te bajaron del Cielo por una corte celestial”.

Con una sonrisa de oreja a oreja, el chico fue corriendo hasta su novia, repitiendo lo que el profesor le había dicho. Entonces se explaya:

“Tienes ojos de becerro, tu boca es de corral y te bajaron del Cielo por bruta y animal”.

Autor: Un joven sin novia.


Embriagados

– Papá, ¿cómo se sabe si un hombre está borracho?

“¿Ves a esos dos hombres que vienen allá, hijo? Si estuviera borracho, vería cuatro”.
– Pero papá, ¡si sólo viene uno!

 

* * *

Un borrachito caminaba por la calle y  encuentra a su compadre, quien al ver que el borrachito tenía las orejas a carne viva, le pregunta:
– Pero, ¿qué te ha pasado, compadre?

“A mi esposa se le ocurrió dejar la plancha prendida, sonó el teléfono y agarré la plancha por equivocación”.

– ¿Y la otra?

“¡El maldito imbécil volvió a llamar!”.

Autor: Un tercer ebrio.

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Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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