Si de algo disfrutan y se quejan en los gobiernos, es de las liquidaciones que se dan a los funcionarios de confianza cuando han terminado una encomienda. A veces son altísimas para favorecer al amigo o al compadre, y en otras son cantidades raquíticas, ponderando la falsa austeridad que caracteriza a las administraciones públicas. Pues ahora que el gobernador Francisco Vega, como insiste sucedió, corrió a Daniel de la Rosa de la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, es de esperar que -con dinero ajeno- le compensarán con una liquidación por sus diez años de trabajo al frente de la dependencia. Con un sueldo mensual de 85 mil 499 pesos, mínimo le tocan tres meses de sueldo, la prima vacacional al 60 por ciento del sueldo base, el proporcional de aguinaldo y quién sabe qué más. Al ex secretario le darán, bajita la mano, más de 535 mil pesos ante el despido que fue objeto, supuestamente por el gobernador. Bueno, pues lo mismo sucederá con Marco Montoya, a quien el nuevo secretario de Seguridad estatal, Gerardo Sosa Olachea, corrió de la Dirección de la Policía Estatal Preventiva. Y también con Eleazar López Quihuis, despedido de la secretaría particular, y con Adrián García, a quien despidieron del área de Comunicación. En total, serán cuatro liquidaciones a cargo del erario, por los corridos del gobernador y del secretario Sosa. No en balde dicen que quien anda buscando desesperadamente a Gerardo Sosa Olachea es la oficial mayor, Loreto Quintero, para pedirle que ya le pare con los corridos, porque será harto en liquidaciones, y el presupuesto ya se acabó.
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