En el marco del 40 aniversario de la Ibero Tijuana, el rector destaca su preocupación por el espiral de violencia que azota al Estado y la estrategia militar para la seguridad pública
Acá en México sobra decir lo evidente al Sr. López, pues eliminó el presupuesto para entrenar policías detectives; los pasos 2, 4, 5, 8 y 9 son un hueco gigante, que hunde o desecha casos, soltando hampones por expedientes mal integrados.
En las últimas cuatro semanas, el régimen autoritario y trasgresor de la Constitución -es decir, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, autor de lo que yo llamaría las mayores deformaciones de la época democrática de México- nos ha recetado una doble dosis de aberraciones jurídicas.
La apuesta de Alejandro Moreno Cárdenas por apoyar la participación del Ejército en tareas de seguridad pública, en afinidad con Morena y fuerzas aliadas al oficialismo, sometió al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en una crisis política con la que corre riesgo de quedar fuera de la alianza “Va por México” para las elecciones de 2023.
En una semana, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pasó de gran operador político al destruir la alianza opositora “Va por México”, a actuar como Cantinflas en el tema de la presencia del Ejército en las calles.
Hoy al señorLópez sus detractores le achacan que la Unidad de Inteligencia Fiscal solo la abusa en perseguir a sus opositores políticos, únicamente favoreciendo al crimen.
Hubiera preferido referirme a las películas del cine mexicano, o al gran comediante que fue Cantinflas, pero no es así; el título de este texto hace alusión al camino abreviado que ha escogido el Presidente López Obrador para llevar a cabo -sí o sí- sus obras y planes porque siente que el tiempo se le acaba.
Se consideran estados fallidos o en deterioro aquellos donde funciones básicas, como la seguridad, justicia, comercio, servicios u otros, el estado en menor o mayor grado ya no los abarca o ha abandonado y dejado a grupos criminales.