Es un thriller al que le falta adrenalina, y no es tan grave como podría suponerse por dos factores: un estupendo elenco y la cinematografía, apoyada en los hermosos paisajes de Grecia, lugar donde comienza la pesadilla de Beckett (John David Washington), un turista americano que estando de vacaciones con su novia April (Alicia Vikander), sufre un accidente automovilístico.
Para quienes tenían la duda de qué le habría pasado a la familia Abbott al salir de casa, el director y guionista John Krasinski ya lo resolvió con esta segunda y poderosa entrega.
Sin duda Steven Soderbergh es un director interesante y esto lo demuestra una vez más con este thriller encabezado por Don Cheadle y un elenco francamente soberbio.
Como estreno de mediados de la semana pasada, esto no solo es la reconstrucción de los hechos en torno al crimen del célebre periodista, sino un recuento de los daños que históricamente la clase política le ha causado al país, desde López Mateos hasta fechas recientes, enfatizando a personajes oscuros -pero clave- como Luis Echeverría y Manuel Bartlett.
Junto con Timothée Chalamet, Lucas Hedges encabeza una generación más joven de actores destacadísimos, y no es exageración. Resulta interesante que ambos han interpretado roles similares de personajes que luchan con adicciones y su identidad sexual.
Aunque este espacio está dedicado al cine, en raras ocasiones hay que hacer una excepción. Y con esta serie de estreno en Netflix, justamente no hay de otra, sobre todo considerando el modo narrativo desde el guion de Monika Revillas y James Shamus (escritor de “El tigre y el dragón”), el último también productor...
Dos grandes talentos, enormes, como son Lin-Manuel Miranda -creador de “Hamilton”- y el director de “Crazy Rich Asians”, Jon M. Chu, se unieron para llevar a la pantalla grande este vibrante musical que tiene un poco de todo: un estupendo elenco, una buena historia, una pegajosa banda sonora y una producción llena de energía para trabajar el género como se debe.
Lo primero que hay que decir aquí, es que esta historia pasada es estremecedoramente vigente. Al menos así se percibe tras el asesinato de George Floyd y las violentas protestas sociales que irrumpieron después del lamentable caso de brutalidad policíaca.
Lo mejor, pero realmente extraordinario de este filme, son dos cosas: la historia verídica de Mohamedou Ould Slahi y la actuación de Tahar Rahim, quien lleva el peso protagónico con un talento que lo ubica como uno de los grandes desde su trabajo en “Un profeta” (2010).