En Baja California hay gran movimiento de los sacrificados. De estirpe trapecistas, los chicharrones se les queman para empezar la campaña de las promesas y presumidas de que como ellos no hay otros. La enorme mayoría deja tirado el changarro, se les hace poco lo que ahora tienen. Desean más.
En unos días (el próximo 8) habrá mucho movimiento en las calles de las principales ciudades de la república. Seguramente en la que gobierna doña Claudia Sheinbaum Pardo, la destrucción y personas heridas será superior a las últimas manifestaciones de las autollamadas feministas. Con justa razón, andan encanijadas por la forma en que las está tratando AMLO, empeñado a apoyar para la gubernatura a un individuo de baja ralea, acusado de violación y agresiones sexuales.
El señor Jaime Bonilla, que afortunadamente en 8 meses terminará con su corto periodo de gobernador, resultó digno alumno de su maestro, el señor López Obrador: actúa por “latidas”, “puntadas” “antojos”. El Presidente no atiende consejos, el gobernador parece no necesitarlos. ¿Alguien puede apostar a que cuenta con asesores? Todo parece indicar que no. Y si paga por ese servicio, debería despedirlos, pues los últimos antojos, la SCJN se los ha echado abajo y exhibido a nuestros legisladores como verdaderos lelos.
Regresó a Palacio Municipal de Tijuana Karla Ruiz MacFarland, como alcaldesa suplente. Ojalá que ahora sí le sea posible estar el tiempo suficiente para trabajar un programa mínimo de acción. Llega con la ventaja de que no se distraerá en pleitos. El gobernador, con su irreflexiva decisión de regalar a la UABC un edificio que no le pertenecía ni a él ni al gobierno estatal, tendrá en que entretenerse.
Baja California tiene muchas cosas de las que nos enorgullecemos. Nada que ver con la política o la pandemia, y la forma tan inepta como el Gobierno Federal la ha enfrentado, causando enormes pérdidas humanas que nos ha hecho sufrir.
Tiempos difíciles para México, que está inmerso en una pre campaña electoral en la que el Ejecutivo de la nación está en primera línea de una zona de guerra. Si les parece exagerada la forma como Washington, D. C. se preparó para la toma de protesta presidencial de Joe Biden, algo así se necesitará en nuestro país cuando en abril próximo se inicien las verdaderas hostilidades en las elecciones del 2021.
Bueno sería que las charlas se basaran en cosas alentadoras, asuntos positivos y que nos llenara de optimismo. En este tiempo de tanto sufrimiento, de dolor, difícilmente vamos a encontrar una familia que no lo haya padecido. Lo ideal sería que para afrontar todo esto (la salud y la economía) que nos abruma, hubiera por ahí un resquicio para ver qué hay en el futuro de los mexicanos, señales de optimismo. Quizá de aliento y esperanza y que “no hay mal que dure cien años”.
¿Por qué es tan especial el Fraccionamiento Playas de Tijuana?
La respuesta es la misma que surge cuando quienes llegaban hace muchos años a nuestra...