Platón, el gran filósofo, hace dos mil 500 años expresó: “No hay hombre que, revestido de un poder absoluto para disponer de todos los asuntos humanos, no sea decaído en la soberbia y la injusticia”, y el escritor inglés Lord (John ED) Acton lo reafirmó en su dictum: “El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
El señor López igual ha seguido solapando corruptos políticos, policías y militares ligados a cárteles y nos deja al país en desorden -o desastre-, tristemente lleno de caos y brutalmente militarizado, endeudado y rumbo a otra quiebra. Mañaneras necias, atizadas de rencor y odio contra los que seamos aspiracionistas de vivir en clase media digna.
Durante su sexenio de falsa “transformación” nos deja la corrupción no sólo en permanencia, sino peor. Acabó con el Seguro Popular, dejando sin protección médica a más de 50 millones de personas; un sistema educativo empeorado y sin escuelas de tempo completo; habiendo recortado todo, menos los acarreos y derroches en sus gastos opacos de excedidas e improductivas obras faraónicas -aeropuerto, tren y refinería- aún sin terminar.
En nuestro México los políticos ya están tan dementemente cegados por el poder que sólo elucubran cómo robar y saquearnos. Los que ya vivimos las devaluaciones y crisis de 1976, 1982 y 1994-95 sabemos que esto sin duda llevará al encarecimiento de los alimentos y bienes básicos, afectando perversamente el poder adquisitivo y hundir a inflación, arrastrando a peor empobrecimiento. La frase “Año de Hidalgo…” se acaba de repetir con este señor López, cuyas consecuencias están a la vista en cuanto pasó la elección y ganó su “corcholata”.
¿Cuál sorpresa que deja cayendo al peso? Y ahora analicemos a la electa robot-fría señora Sheinbaum, quien con su férrea ambición y dureza se impondrá sobre el Senado, Congreso y los gobernadores, e irá empeorando el centralismo y concentración del poder del país al D.F. Se sabe perfectamente que proviene de una familia de comunistas y, aunque con estilo diferente a Castro, Ortega o Chávez-Moreno, sin piedad irá cuba-nicaragüizando y venezualizando a la clase media de México.
López le deja al país militarizado con las bayonetas, sin dar resultados en bajar el crimen y la violencia, pero que sí se pueden abusar para imponer un régimen político a la fuerza. El ya evidente engaño de López se le hunde, y a lo máximo tras unos dos años de usarlo lo hará de lado, como Cárdenas lo hizo de 1934 a 1935 a Plutarco Elías Calles. No se les idolatre ni crea, sino a auditar y vigilarlos. Ánimo.
Continuará…
Atentamente,
José Luis Haupt Gómez
Tijuana, B.C.