Parlamento
De locos está esa carta de autocomplacencia de las dirigencias del PAN, en aras de una pretensa unidad. Los que alegan unidad, frecuentemente traducen el petitorio en un “ya no le muevas”, “los adversarios nos quieren dividir” y evasivas por el estilo. La carta de marras dice que se “habrá de corregir lo que se tenga que corregir” (SIC). Vaya eufemismo envuelto en hipocresía, decorada con cinismo. La primera corrección que deberían hacer consistiría en renunciar. Sí, simplemente por el hecho de no haber cubierto las casillas a más de un 50-60%. Punto. Renuncien por fallar en la gestión y porque, en particular, Marco Cortés con su “Coahuila gate” regaló motivos para que mucha gente no saliera a votar, al grito de que “todos son iguales”.
En política, la paz sólo está en los cementerios, decía Carlos Castillo Peraza, al tiempo que nos llamaba a disentir, a debatir, a decantar pareceres distintos, y nunca a esas estúpidas “unanimidades” que sintonizan una presunta calma, aunque estemos en el fondo del pantano. ¿De qué se trata, Marco Cortés, Mario Osuna? ¿De seguirnos hundiendo, agarraditos todos de la mano, eso sí, bien unidos?
Muy lamentable ha sido la conducta permanente y que hoy corona Mario Osuna Jiménez, Presidente del PAN en Baja California, de un “agachonismo” como dirigente estatal frente a la dirigencia nacional, cuyos niveles de inclinación y genuflexión, harán récord en los registros de la ridiculez. Nunca un reclamo contra los métodos tardíos y mesiánicos de Marco. Nunca defendió una razonable descentralización. El remedo de consulta interna, también tardía y confusa. Ni consolidó alianza con otros partidos pero renegó “soto voce”, de la candidatura ciudadana en Tijuana. ¡Pues hubiera exigido elección interna a tiempo!
Volviendo a la carta, en ella señalan los dirigentes que la mayor pérdida de votos ocurrió de 2006 a 2012. ¿En serio ya también le entraron a los otros datos? ¿Ahora resulta que el desastre de resultados en 2024, también es culpa de hace 12 años? ¿Que los votos en 2012 fueron menores? ¡Vaya forma de leer y de evadir!
Aquí van los números en MILLONES de votos. 1. Fox en el año 2000 obtuvo 15.9 millones en alianza con el Verde. 2. Calderón en el año 2006, tuvo 15 millones sin alianza. Se apostó a nosotros mismos y en todo caso, al voto útil sin tener que cargar con priistas como Alito. Quite usted más de un millón de votos del Verde y resulta que el PAN en el 2000, tuvo menos votos propios con Fox que con Calderón en 2006 en términos absolutos. 3. Josefina en 2012, obtuvo 12.7 millones, pero quedó solo a 6.3 millones abajo del ganador (Peña 19.1) y también fuimos sin alianza. 4. En 2018 Ricardo Anaya obtuvo 12.6 millones de votos (100 mil menos que Josefina). 5. En 2024 Xóchitl obtuvo 16.5 millones de votos para la alianza, empero, ¿cuántos de esos votos se pueden asignar al PAN?
No se entiende de dónde sacan que fueron menores los votos en 2006 y 2012 para el PAN, frente al desastroso 2024 y en su momento el 2018. ¿Se apropiarán de los 16.5 millones de votos de Xóchitl como si fueran del PAN? ¿Como si no hubiera alianza? Si cualquiera pondera el factor de crecimiento poblacional (porque no es lo mismo obtener 12.6 o 12.7 millones en 2012 [Josefina], que el mismo número de votos pero con mayor población seis años después [Anaya] o 12 años después en 2024), no es correcto que pretendan dar a entender que nos fue mejor en las últimas elecciones. Creo que hay una forma más justa de evaluar los resultados de 2024 del PAN (no de Xóchitl, del PAN). Creo que ella hizo una gran contribución con los 16.5 millones que obtuvo, a pesar de lo impresentable que ya resultaban Marco y no se diga Alito.
Primero, diputados. Un dato objetivo sería el número de diputados obtenidos para cada elección federal PRESIDENCIAL. En 2024, apenas 80 diputados frente 122 en 2018 (Anaya), 114 diputados en 2012 (y ganamos gobernadora en Veracruz). Con Diego en 1994, obtuvimos 119 curules.
Segundo, distancia respecto al ganador. En las seis elecciones de 1994 a 2024, perdimos en cuatro. Qué tal si revisamos la distancia entre nuestros votos y los del ganador en esas elecciones que perdimos: a. 1994 con Diego quedamos a 8 millones de votos abajo de Zedillo (25% vs 48%, diferencia de 23 puntos). b. 2012 con Josefina quedamos a 6.3 millones abajo de Peña (25% vs 38%, diferencia de 13 puntos). c. 2018 con Anaya, 18 millones de votos abajo de AMLO (22% vs 53%, diferencia de 31 puntos). d. 2024 Alianza con Xóchitl quedamos 19 millones de votos abajo de Claudia (27% vs 59%, diferencia de 32 puntos).
La carta de los dirigentes panistas, es un insulto a la inteligencia. Evaden una lectura racional y nos salen con cuentas alegres y argumentos de poca monta. Y luego, una mascarada para echarle la culpa a otros y a las generalidades, señalando el periodo de Calderón. En verdad, hasta se parecen a López Obrador: mentirosos y cobardes. Mario Osuna: ya se te hizo tarde para renunciar. ¡Ten vergüenza!
El autor es maestro en Derecho y fue diputado federal de la 57 legislatura (1997-2000), ex cónsul de México en Estados Unidos, sub Secretario de Gobernación y ex Magistrado del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa
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