El tiempo vuela como el viento. El aire va pa’llá y pa’cá, libre. Se acumula el tiempo. Y este mes de abril, ZETA acumuló 44 velitas. Ha costado mucho arribar a ese harto y cúmulo de años, desde aquel 11 de abril de 1980.
Nada ha recibido de regalo, todo le ha costado. Quienes lo conocemos, ya sabemos el monto acumulado, su historia, luchas, desenlaces, premios, su arduo trabajo, desde el redactor en una máquina de escribir Olivetti hasta hoy en la era de la comunicación, con un simple botón y correo electrónico.
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ZETA tiene ya cuatro décadas y casi un lustro de edad, y se mantiene al margen en noticias, comunicación para darla por publicada, en espera del viernes con la última palabra escrita impresa, con sustento, pruebas, claro, cuidando su integridad; con el título de quien redacta: Investigaciones ZETA.
El Semanario acumuló ya 44 años; son bastantes, claro. Ha cambiado mucho,para halago y regocijo del lector: sus formas, tamaños, formatos, color, impresión, fotógrafos, estudiantes, titulados; una metamorfosis para la sociedad lectora, asidua a leer escritos redactados con palabra real, pruebas, sustento, credibilidad y, sobre todo, la verdad, nada más que la verdad.
Felicidades a todos los que hacen realidad el Semanario ZETA cada fin de semana. Es válida y reconocida su labor, su entrega. Muchos ya no están, pero permanecen en nuestro pensamiento y recuerdo de cuando la vida les sonreía; siguen vigentes. ZETA celebra trabajando, cumpliendo y haciendo las cosas con profesionalismo.
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Felicidades a ZETA, sus colaboradores, profesionales empíricos y constantes. Feliz 11 de abril a todos, en especial al sediento lector, buscador de verdad, la cual hace posible este Semanariocada semana.
Felicidades, enhorabuena en este hermoso número 44. Pares. Juntos hasta donde el lector siga exigiendo ver ZETA por las calles de Tijuana y Baja California.
ZETA nació en abril, y abril es sinónimo de edad en el vocablo mexicano español.
Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez.
Tijuana, B.C.
