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domingo, octubre 6, 2024
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La Cosa Nostra

“Tengo miedo de perder un segundo viviendo sin sentido”.

-Cardenal Francisco Xavier Van Thuan

Nuestra cosa, significa la popular frase de los mafiosos italianos.

¿Si el “Chapo” Guzmán, y García Luna, están encarcelados y prácticamente incomunicados con el mundo exterior, por el delito -entre otros- de corromper a todos los niveles policiacos e incluso militares, de México, USA, y otros países americanos, europeos, africanos; cómo pues, la maquinaria del crimen organizado sigue funcionando tan bien aceitada?

Como el universo, la humanidad y la historia están siempre en evolución; lo que menos quisiera un mafioso, criminal, o narcotraficante es que sus hijos o familiares anduviesen en las drogas o fuesen ejecutados. Viviendo en el lodazal, quieren vivir pulcros, limpios. Envenenan a la juventud, pero quieren el bien para sus muchachos. Roban, mienten, matan, corrompen, pero la Cosa Nostra tiene sus “mandamientos”; quizás el mandamiento de no hurtar o robar, signifique no ganarle a otro, ni hacer ganes.

La naturaleza humana corrompida por la mentira y el engaño, se atreve a todo. Unos esposos buscan todas las formas de procrear un hijo propio, y hacen gastos y esfuerzos para vivir, por ejemplo, en La Florida, donde hay muchas consideraciones bioéticas, médicas y legales para que mujeres de alguna manera alquilan su vientres a las madres que no tienen capacidad natural de procrear con sus esposos. Y por otra parte, hay mamás que abandonan a sus hijos recién nacidos en los basureros, en la calle, donde sea.

No sé si sea una chifladura personal, pero creo que para evitar el crimen del aborto y el sufrimiento de los padres infértiles; sería bueno que en la mismísima Walmart hubiese cuneros debidamente atendidos y organizados, ofreciendo en venta Bebés legalmente, dados en adopción o de a tiro; ofrecerlos a quienes no tienen la dicha de ser padres. La santa Madre Teresa de Calcuta, eso le dijo al oído y en público al “demócrata” ex presidente Bill Clinton y a su esposa Hillary: “Señor Clinton, si no quiere a los niños, no los mate por aborto; mejor regálemelos y yo les daré alimento y cuidado. Pero ya no los maten a través del crimen del aborto”.

Los imperialismos se confrontan visiblemente con el Reino de Dios, cuando en la oscuridad brilla la personalidad de personas como la Madre Teresa o Karol Wojtyla; si al interior y exterior de la Iglesia actual, hombres de Dios como el Papa Francisco, son como sal de la tierra, luz del mundo.

Entre los personajes que la Iglesia busca colocar en los altares, de Oaxaca, México, está don Juan Navarrete y Guerrero, obispo de Sonora de 1920-1983. Cuando los ricachones sonorenses le sugerían al ser nombrado primer arzobispo de Hermosillo, pues que manos a la obra, que merecía un báculo -bastón curvo- de oro con incrustaciones de piedras preciosas, para festejar, el humilde e inolvidable obispo repetía: “Si el báculo es de oro, el obispo es de cartón”. En Guadalajara, su segundo Cardenal, de Ameca, Jalisco, don José Salazar López, siempre utilizó el báculo de madera; y como Navarrete, su contemporáneo, le distinguía la sencillez y austeridad evangélica. Ambos fueron doctorados en teología dogmática, pero se les recuerda por su humildad y pobreza de vida.

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

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