Ovidio Guzmán López pasó, en tres años, de ser protegido de sus hermanos y del sistema, a resultar incómodo para el Cártel de Sinaloa, las células de Ismael “El Mayo” Zambada García y el Gobierno de Estados Unidos.
De acuerdo a investigadores basados en testimonios de detenidos, el joven de 31 años “estaba incontrolable” tras la liberación ordenada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador el 17 de octubre de 2019, cuando fuerzas federales lo detuvieron en Culiacán, Sinaloa.
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Mantenía una vida pública muy activa que reflejaba el nivel de impunidad del que se creía favorecido. De hecho, su captura tres años después de aquel operativo fallido, se dio en la misma ciudad, Culiacán, de la cual no salió.
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Este descontrol en el actuar de Ovidio atrajo los reflectores hacia las actividades del Cártel de Sinaloa, lo cual empezó a incomodar a los líderes, particularmente a los hijos y lugartenientes de Ismael “El Mayo” Zambada García.
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La captura de Guzmán López favorece en carambola:
1. Al Gobierno de México, al terminar con la presunción de impunidad para el Cártel de Sinaloa, debido a la liberación de 2019. Antes de extraditarlo al vecino país, el hijo de Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera permanecerá preso en el penal de máxima seguridad por un tiempo no indeterminado, lo cual le dará el Gobierno de la República, elementos para presumir el Estado de Derecho.
2. A la Fiscalía de Estados Unidos, institución que había solicitado la extradición desde 2017 y cuya orden de aprehensión con esos fines no fue cumplimentada en octubre de 2019. Además, en el preámbulo del juicio contra Genaro García Luna, la aprehensión abre un proceso de negociación no sólo con el Gobierno de México, también con el detenido.
3. Al Cártel de Sinaloa, es especial al líder de la organización criminal, a “El Mayo” Zambada, a sus hijos y a Néstor Isidro García “El Nini”, mano derecha de los hermanos Guzmán y jefe de operativos criminales, muertes y trasiego.
En la célula criminal de “Los Menores” o “La Chapiza”, liderada por los hijos de “El Chapo”, no habrá reacomodo tras la captura de Ovidio Guzmán López. En la estructura criminal quedan dos de sus hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo.
De hecho, en el fallido operativo de detención de Ovidio Guzmán en 2019, fue precisamente Iván Archivaldo Guzmán Salazar, de 39 años, quien orquestó el violento operativo criminal, con la ayuda de “El Mayo”, para “rescatar” a su hermano.
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Luego de mostrar el poderío criminal con convoyes de hombres armados, bloqueos, ataques y fugas en prisiones, así como amenazas a instalaciones militares, los criminales comandados por Guzmán Salazar lograron lo impensable aquel 17 de octubre: que el Presidente Andrés Manuel López Obrador diera la orden de liberar al detenido.
Los hermanos Guzmán, ahora dos, son señalados por autoridades de Estados Unidos, de ser los principales traficantes de fentanilo de México hacia aquel país. En México no existe información oficial, ni por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), ni de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, sobre órdenes de captura o investigaciones abiertas hacia los hijos de “El Chapo”.
De hecho, después de la aprehensión de Ovidio el 5 de enero de 2023, lo único que se informó en una improvisada conferencia de prensa por parte de Fuerzas Armadas y Seguridad, es que había sido detenido.
Pese a justificar que el trabajo para lograr la aprehensión de Ovidio les había tomado por lo menos seis meses de investigación, refirieron que la aprehensión sucedió después que elementos de la Guardia Nacional, con apoyo “a distancia del Ejército”, identificaron un convoy de unidades con blindaje “artesanal” y que en una de las unidades se trasladaba el hijo del capo sinaloense, aunque no aclaran si sabían de su presencia o fue, como dicen, “un topón”.
El destino del narcojunior será Estados Unidos. En la conferencia de prensa para confirmar la aprehensión, continuaron sin informar si en México existe orden de captura o investigación alguna contra él o alguno de sus hermanos. Mientras desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, el titular Marcelo Ebrard confirmó que, aun cuando no se daría de inmediato, estaba la extradición.
En EU, otros hijos de narcotraficantes como Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo” han logrado acuerdos con la fiscalía norteamericana para obtener la libertad, ya sea en una preliberación o como parte de un programa de testigos protegidos.
Zambada Niebla habría colaborado en el juicio contra Joaquín Guzmán Loera, mientras otros narcojuniors detenidos lo hicieron en diversos casos. Dámaso López Serrano “El Mini Lic” fue puesto en libertad tras colaborar en el juicio contra la esposa de “El Chapo”, Emma Coronel, mientras se espera que Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, quien ya ha sido eliminado de la información pública del sistema de prisiones de Estados Unidos, colabore en el juicio que dentro de unos días iniciará en el vecino país contra Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad federal en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
También resalta la liberación de Ismael Zambada Imperial “Mayito Gordo”, a días de la captura de Rafael Caro Quintero, fundador del extinto Cártel de Guadalajara.
Este hijo del narcotraficante Ismael Zambada García fue liberado hace unos meses, en 2022; lo habían capturado en 2014 en México y extraditado a EU en 2019.
Uno de los investigadores mexicanos explicó que “El Mayito Gordo” también pudo ser parte del entramado para la aprehensión de Ovidio Guzmán, toda vez que ese “debilitamiento” de “Los Menores” favorece a las células criminales de los herederos de “El Mayo”.
La ausencia de una investigación y de una orden de aprehensión sobre Ovidio Guzmán en México, hacen presumir que su traslado a Estados Unidos es inminente, y en el contexto de las investigaciones, que podría también llegar a un acuerdo, sea para la captura de otros narcotraficantes como “El Mayo” Zambada, o la colaboración en juicios pendientes.
EL SOSPECHOSO HERMETISMO
De entrada destaca el hermetismo del Gobierno Federal ante la detención de Ovidio Guzmán López. Particularmente de Andrés Manuel López Obrador, que acostumbra a protagonizar conferencias matutinas diarias de tres horas, y el jueves 5 de enero, poco se le escuchó decir sobre esta importante detención en Sinaloa.
A nivel nacional, apenas una conferencia de prensa de escasos minutos, con el visible nerviosismo de Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Seguridad, y el discurso breve y titubeante de quien encabeza la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval, unas cinco horas después de la aprehensión del capo. Fue todo lo que la autoridad federal compartió con la prensa y con los mexicanos en el transcurso del 5 de enero.
A diferencia de otras capturas de tal magnitud en lo que va del gobierno de AMLO, como fue el caso de Rafael Caro Quintero, por ejemplo, de Ovidio no se compartieron imágenes ni información a detalle del operativo. De hecho, cuando el “Culiacanazo” de 2019 la información, incluyendo fotografías y video del arresto, no tardaron en circular oficialmente.
Ahora el silencio persiste de un gobierno que poco dice y calla más cuando la información sigue siendo escueta, a cuentagotas.
LA CAÍDA DEL HIJO DE “EL CHAPO”
A unos días de la X Cumbre de Líderes de América del Norte, encuentro entre los presidentes de México, Estados Unidos y Canadá, autoridades militares detuvieron a Ovidio Guzmán López “El Ratón”, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, encarcelado líder del Cártel de Sinaloa, convulsionando con ello la ciudad de Culiacán y diversos municipios de Sinaloa, a través de los llamados narcobloqueos que esta vez incluyeron ataques en la terminal aeroportuaria.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del jueves 5 de enero en la sindicatura de Jesús María, zona rural de Culiacán. En cuanto elementos del Ejército Mexicano capturaban a Ovidio, se desató la violencia en calles y avenidas de la Capital sinaloense, cerrando vialidades con la movilización de gente armada, vehículos incendiados y agresiones en el aeropuerto que motivaron la cancelación de todos los vuelos programados, tanto de arribo como de despegue.
Fue hasta las 13:00 horas que, en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en un simulacro de conferencia de prensa que sólo quedó en la lectura de un mensaje, se oficializó la detención de Guzmán López. Luego que la titular, Rosa Icela Rodríguez, reiteró “No venimos a ganar una guerra, venimos a construir la paz”, cedió el micrófono al General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval González, para que informara los detalles del operativo.
El principal mando castrense en el país aseguró que la captura de Ovidio fue producto de la inteligencia operativa desarrollada por Sedena y Guardia Nacional, en coordinación con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Fiscalía General de la República y Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, quienes en reconocimientos terrestres al Noroeste de Culiacán, detectaron al líder de la fracción de “Los Menores”, afín al Cartel del Pacífico.
Sandoval González leyó: “(la) Citada detención fue derivada de seis meses de trabajos de reconocimiento y vigilancia en el área de influencia de este grupo criminal, donde se tenía conocimiento que llevaba a cabo sus actividades ilícitas. Personal de la Guardia Nacional con apoyo a distancia del Ejército Mexicano, lograron identificar personal armado a bordo de varias camionetas tipo pick-up, algunas con blindaje artesanal, característico de las organizaciones criminales”.
Agregó que la Guardia Nacional se comunicó con la IX Zona Militar, que a su vez activó la coordinación con las demás dependencias para realizar un centro perimetral sobre las unidades reportadas para efectuarles una inspección. En respuesta, los presuntos narcotraficantes dispararon armas de fuego contra elementos militares y policías que le acompañaban. Al controlar la situación, los soldados identificaron a Ovidio Guzmán, que se encontraba en poder de armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas y le detuvieron.
Hasta ese momento, el titular de la Sedena no hizo mención de más detenciones o el resultado del enfrentamiento en contra de los criminales, si hubo o no personas lesionadas y la relación de armas, vehículos y objetos asegurados, datos que hasta el cierre de esta edición, se desconocen.
CULIACANAZO 2.0
La violencia registrada en Culiacán obligó a las autoridades locales a suspender las clases, las labores del sector oficial y el transporte público. La ofensiva de los seguidores del Cártel de Sinaloa se reflejó inmediatamente no sólo en la Capital sinaloense, sino en los municipios de Los Mochis, Mazatlán y Navolato, entre otros. Muy temprano se reportaron disparos de armas de fuego en el aeropuerto y el gobierno de la entidad invitó a la población a resguardarse en sus domicilios.
A pesar del llamado gubernamental, no se pudo evitar que personas fueran desapoderadas con violencia de sus automotores o les obligaran a descender de los autobuses en los que se dirigían a sus trabajos o viajaban a otras ciudades, quedando varados en avenidas y carreteras por donde los sicarios transitaban a bordo de vehículos con armamento a toda velocidad y con total impunidad, como se mostraba a través de videos caseros captados por habitantes y que eran subidos a redes sociales. A media mañana las calles ya lucían desiertas.
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Después que se dio a conocer el cierre del aeropuerto internacional, se conocería de un atentado a balazos en contra de un avión de Aeroméxico que se encontraba en plataforma con destino a Ciudad de México y con pasajeros a bordo. La empresa informó a través de un comunicado que el vuelo 165 sufrió un disparo en el fuselaje, lo que obligó a activar el protocolo de emergencia. Al parecer el sistema hidráulico fue afectado, sin que ninguna persona, entre las que había ancianos, mujeres y niños, resultara lesionada. También hubo una agresión en las instalaciones de la Décima Base Aérea Militar Número 10, donde otra aeronave recibió un balazo.
Misma alerta se registró en el Centro Estatal de Consecuencias Jurídicas de Sinaloa, conocido como el penal de Aguaruto, del que el secretario de Seguridad Publica aseguró, internos pretendieron fugarse violentamente y la situación fue controlada. Hay que recordar que durante la primera captura y liberación de Ovidio en octubre de 2019, en el llamado “Culiacanazo” que dejó saldo de al menos 14 personas muertas y 16 lesionadas, ocurrió la liberación forzada de 55 reclusos, por lo que se evitó que en esta ocasión, la acción se repitiera.
Las fuerzas de seguridad se vieron rebasadas y los criminales bloquearon los accesos y salidas de Culiacán y otras ciudades. Producto de las balaceras de militares y policías contra los miembros de la célula de “Los Chapitos”, se tuvo un reporte, la tarde del jueves, de más de 25 personas heridas, principalmente elementos operativos, quienes fueron trasladados para su atención a hospitales de IMSS e ISSSTE. En tanto, en otras regiones del Estado, hombres armados robaron ambulancias, presuntamente para atender a los heridos de su agrupación. La Embajada de Estados Unidos en México activó una alerta para ciudadanos norteamericanos sobre Sinaloa, al establecer la Clasificación 4 de “no viajar”.
OVIDIO PARA EU
Aunque aún no se establece si “El Ratón” cuenta con algún mandamiento judicial expedido por autoridades mexicanas, siquiera por las reacciones criminales del “Culiacanazo” cuando delincuentes de su célula actuaron en su favor causando terror y muerte, lo único cierto hasta ahora es el interés y reclamación de Estados Unidos para llevarle a ese país para que enfrente un proceso penal, pues allá existe una orden de aprehensión por delitos derivados del narcotráfico.
Ovidio Guzmán, de 31 años de edad y su hermano Joaquín, de 37, alias “El Güero Moreno”, prófugo hasta el momento junto con sus medios hermanos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, fueron inculpados por la justicia estadounidense por narcotráfico, información que reveló el Departamento de Justicia en febrero de 2019. Según las investigaciones en ese país, los Guzmán López desempeñan funciones de comando y control de alto nivel en su propia organización de tráfico de drogas, bajo el sello del Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con el informe, los hermanos Guzmán López “comenzaron sus carreras de tráfico de narcóticos a edad temprana al heredar las relaciones de su difunto hermano, Edgar Guzmán López. Después de la muerte de Edgar, Ovidio y Joaquín heredaron una gran parte de las ganancias de los narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia.
“También comenzaron a comprar grandes cantidades de efedrina de Argentina y organizaron el contrabando del producto a México cuando comenzaron a experimentar con la producción de metanfetamina. Los hermanos Guzmán López actualmente supervisan aproximadamente once laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa que producen un estimado de 3,000 a 5,000 libras de metanfetamina por mes. La metanfetamina se vende al por mayor a otros miembros de Sinaloa y a distribuidores con sede en Estados Unidos y Canadá”, destaca la fuente norteamericana.
Otra información indica que Ovidio Guzmán López ordenó el asesinato de informantes, un narcotraficante y un popular cantante mexicano que se había negado a cantar en su boda. El 2 de abril de 2018, los dos hermanos Guzmán López fueron acusados formalmente por un Gran Jurado Federal en el Distrito de Columbia y acusados de un cargo por conspiración para distribuir más de cinco kilogramos de cocaína, 500 gramos de metanfetamina y mil kilogramos de marihuana. En tanto, su padre, Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue encontrado culpable de traficar más de 130 toneladas de drogas y condenado a cadena perpetua.
Cuestionado sobre la solicitud de extraditar a “El Ratón”, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, descartó que el presunto narcotraficante vaya a ser entregado de manera automática a la Unión Americana, pues ambos gobiernos deben apegarse al tratado internacional que rige en la materia y se cumplirá con todos los procesos que la Ley establece. El detenido será puesto primero a disposición del Juez de Distrito que emitió la orden de detención provisional con fines de extradición internacional.
“Tenemos que cumplir con las formalidades que la Ley nos impone, y además tiene un proceso aquí en México abierto, que es lo que da origen a la orden. Yo supondría que lo que vamos a ver es un proceso en México y, conforme a la Ley de Extradición, pues veremos conforme se vaya avanzando qué elementos aportan y cuál es el criterio a seguir la fiscalía, pero, el día de hoy, yo esperaría un proceso aquí en México”, afirmó el canciller, al tiempo de asegurar que autoridades estadounidenses no participaron en la detención del sinaloense y descartó que se trate de una acción para agradar al Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por su inminente arribo a México para participar en la X Cumbre de Líderes de América del Norte.
En diciembre de 2021, Estados Unidos ofreció recompensas de 5 millones de dólares a cambio de información que conduzca a la detención de Ovidio y sus hermanos, considerados miembros de alto rango del Cártel de Sinaloa que encabeza el veterano narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, quien nunca ha sido detenido, del que se desconoce su imagen actual y su paradero, por lo que está convertido en el mayor objetivo del gobierno norteamericano.
