Conzultoría Matrimonial y Familiar
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En toda pareja que se divorcia quedan recuerdos de los mejores momentos en que pasaron juntos, entre ellos el amor y el sexo, y el caso de volverse a encontrar y solo para tener sexo es una práctica algo común. Este tipo de Reincidencia Sexual funciona para muchas personas, pero también genera consecuencias negativas en otras. La diferencia, según los especialistas, está en establecer reglas claras, ya que es una situación frecuente y muchas veces se vive con mucha angustia por una de las partes por entrar en este campo en juego el duelo y las emociones vigentes dentro de esas personas, que en otro momento mantuvieron un vínculo que excedió lo estrictamente sexual.
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Cuando una pareja rompe su relación matrimonial, se vive un duelo que estos encuentros ocasionales pueden extenderse en el tiempo. En esos casos, lejos de resolver la situación o aprovechar y divertirse, el duelo se puede prolongar y puede que alguna de las partes salga herida; para que una relación termine y poder comenzar una nueva con la misma persona tiene que pasar mucho tiempo, porque si no hubo duelo y procesamiento, se vuelve a la misma relación de la que se salió.
Algo que no pueden decir las personas que tienen sexo con una expareja es que no saben dónde se están metiendo. Para que este hábito no perjudique a ninguno de los involucrados se requiere de una buena comunicación: palabras claras, donde la sinceridad sea protagonista para que todos ganen, son esenciales una comunicación asertiva, un diálogo muy fluido y un alto grado de conocimiento. En ese sentido, es vital el autoconocimiento, ya que al tratarse de un vínculo que se rompió, es necesario indagar sobre el lugar en que quedó parado cada uno y, principalmente, sobre qué es lo que se quiere. Y sobre todo si uno de los dos tiene nueva pareja o se volvió a casar, porque algunas veces eso no les importa, sino el deseo de estar juntos recordando bellos momentos.
En sexualidad, donde históricamente muchas cosas no se hablan abiertamente (ver ZETA dic/14/2021), como que el otro las debería suponer, se presta a confusiones. Entonces, para que esto funcione y ninguna parte salga herida, tiene que haber pautas para que todos sepan qué va a pasar de aquí en adelante.
Si bien no hay reglas que indiquen qué situaciones de reincidencia sexual con exparejas tendrán mejores resultados que otros, sí hay forma de basarse para suponerlo; es muy diferente el caso de una relación que terminó de manera pacífica de otra que era conflictiva (divorcio voluntario o necesario). En el segundo caso es donde el riesgo es el de volver a entrar en el círculo de violencia/conflictos, con todo lo que ello implica, lo que no es recomendable.
Entre estas personas también pueden existir propósitos diferentes u opuestos: uno puede querer solamente el encuentro sexual porque lo pasan muy bien y el otro puede estar interesado en otra cosa (en poder restaurar el vínculo). En ese contexto, con objetivos tan diferentes, es lógico que alguien resulte afectado.
¿El buen sexo dilata la decisión de separarse? No, por el contrario. ¿Es el mal sexo razón de divorcio? Aunque seguramente no sea el único motivo a la hora de tomar este tipo de decisiones, el sexo es una cuestión importantísima dentro de una relación; que las parejas se sostengan o se terminen solo por problemas sexuales o por buena química, sí es un factor importante, pero nunca el único, Al respecto, en general suele ser más importante y determinante la actitud de la persona frente al problema que el problema en sí.
Cuando la sexualidad es buena, siempre es un plus, algo que aporta a llevarla un poquito mejor. Pero tampoco tener buenas relaciones sexuales soluciona algo que ya se rompió o que no funciona desde lo vincular. Querer solucionar a través de lo sexual lo que está roto -es decir, el vínculo- generalmente nunca funciona. Si tienen interés en vender, comprar o rentar algún inmueble no dejen de llamarme, en BienesBaja.Com los atenderé apropiadamente al WhatsApp (664) 204-61-80 o al correo bautista46@hotmail.com.
El Licenciado Roberto Bautista es terapeuta de parejas con maestría en Educación.
