Alejadas del entretenimiento fácil, las actrices Iazua Larios y la dos veces ganadora del Ariel, Eileen Yáñez, protagonizan experiencias poéticas y humanas, donde la playa y el río se tornan en personajes vivos en las películas “Sundown”, del galardonado Michel Franco, y “Luna Negra”, ópera prima de Tonatiuh García. Ambas, con pulso de filmación arriesgado y miradas profundas que apuestan por la descentralización del cine mexicano
La búsqueda de la autenticidad, la introspección, el rigor al interpretar y la incertidumbre para crear lenguajes propios en la industria cinematográfica, son algunos factores que determinan las carreras histriónicas de las actrices mexicanas Iazua Larios, de 36 años, y la dos veces ganadora del Ariel, Eileen Yáñez, de 39, quienes descubren las artes y el teatro desde la infancia, pero de a poco han escrito su historia en la pantalla grande.
Hace 21 años, Larios fue la joya de Mel Gibson en “Apocalypto”, luego sumó créditos en “Espiral”, “El reino del guardián”, “Carlos, rey emperador”, “Ricochet” y una trilogía alemana de filmes basados en novelas western de Karl May, hasta llegar a “Sundown”, la nueva apuesta del galardonado realizador Michel Franco (“Las hijas de Abril”, “Después de Lucía” y “Nuevo Orden”).
“‘Sundown’ es cine de autor, escrito y dirigido desde las entrañas, con pasión y, en un plano personal, de arriesgar en cada escena, estar al filo de la incertidumbre, como lo es la vida en esencia, una constante incertidumbre, un acercamiento a lo vivo, como el arte que debemos ofrecer al espectador: habitando el entorno y realidad, estar en sintonía para entender el carácter y ritmo del lugar, su gente”, comentó Larios a ZETA.
Para la actriz, quien gusta de proyectos “donde tienes que ser y despojarte de cualquier pretensión”, el filme de Franco tiene muchas lecturas: “Habla de la muerte, de diferencias sociales, de relaciones, la incomprensión y obligaciones familiares, pero sobre todo, la playa local de Acapulco es otro personaje del rodaje, y Michel decidió filmar en medio de la concurrencia de vendedores, familias, y músicos. Observé y me mezclé para vivir sus realidades, respirar el caos, lo exótico y la violencia casi surrealista”.
Del cineasta dijo apreciar la libertad y visión al dirigir una mirada auténtica sobre conflictos existenciales, amor y abrazo cálido hacia la muerte; mientras que a Tim Roth lo considera un parteaguas por su nivel de entrega; al mismo tiempo, la cinta le parece una experiencia poética, carente de diálogos, pero abundante en fotografía, lo que la llevó a un lugar íntimo. “No es entretenimiento fácil, sino una experiencia humana contada desde la poesía, el silencio y romanticismo, convergiendo con escenarios naturales como las playas de México, que amo profundamente, un país de rincones fascinantes, llenos de vida, de Norte a Sur y de Oeste a Este, de pueblos, desiertos, selvas, montañas y ciudades, como para tener que filmar todo desde la colonia Roma”, acotó Iazua, quien al Norte de Italia busca su punto desestabilizador, interpretando a una latinoamericana que vive en un mundo controlado, pero con la sangre burbujeante, aprendiendo del orden y progreso.
Del otro lado, Eileen Yáñez, conocida por sus trabajos en “Desierto adentro” y “Días de gracia”, por los que suma dos Ariel que le representan una caricia al corazón y al ego, actualmente se encuentra en filmaciones de la cinta “Luna Negra”, ópera prima de Tonatiuh García.
“Es una película que estamos filmando junto al Río de los Pescados en Jalcomulco (Veracruz), con un mensaje sobre la defensa de los recursos naturales no sólo de México, sino del mundo (recordando la lucha del pueblo de 5 mil 154 habitantes que defendieron el río en 2010 contra la construcción de una hidroeléctrica). Los humanos tenemos que cuidar nuestros ecosistemas, ser conscientes y poner nuestro granito de arena contra el desperdicio brutal del agua; por otro lado, ‘Luna Negra’ cuenta una historia paralela, de ficción, sobre una familia de tres hermanos que, a partir de una pérdida, detona una serie de conflictos”, reveló a ZETA la actriz que da vida a “Mercedes” y comparte créditos con sus colegas Raúl Briones, Isabel Espíndola, Leidi Gutiérrez, Esteban Soberanes, Leticia Huijara y Odiseo Bichir.
“Mi personaje tiene obligaciones que la hacen dejar de lado su individualidad, por resolver el día a día de sus hijos, pareja, abuelo y hermanos, lo cual es un patrón repetido en las mujeres, mientras a los hombres socialmente se les ha permitido más tiempo libre a cambio de responsabilidad económica, pero a la mujer no se le ha permitido desarrollarse laboralmente, ganar su dinero y hacer lo que quiera en su tiempo libre. Nos envolvemos en dinámicas arcaicas, la cinta no sólo narra la defensa del río, también de las pérdidas, la vejez y el rompimiento del patriarcado”, expuso.
Además, reconoció que le gusta participar en óperas primas para acompañar el descubrimiento de los procesos de hacer cine, “voy por la pasión de crear su propio lenguaje, el esfuerzo creativo, la apuesta por el proyecto con la inseguridad y novatez que representa contar historias con todo y el reto de valores de producción, y no de cuestión económica, sino de aportación; el cine en México debería contar historia más plurales, es interesante estar en Yucatán y conocer Monterrey a partir de la visión artística de un cineasta, creo que nos aporta mucho como público y como creadores, también nos retroalimenta como humanos”, dijo sobre la descentralización del cine en México, preocupada por el violento ambiente social en el que están inmersos sus hijos.
“Los infantes son el presente, y a través de ellos se construye el futuro, pero si permitimos que los niños sean violentados, crecerán siendo violentos, por ello también debemos ser congruentes con lo que decimos y hacemos, y a partir de ahí comenzaremos a ver cambios”, concluyó la actriz de producciones como “El silencio es bienvenido”, “Nudo mixteco”, “Capadocia” y “Club de Cuervos”.
