Aunque Fernando Sánchez ya tiene una carrera en la procuración de justicia en Baja California y fue secretario de Seguridad en el ignominioso sexenio de Francisco Vega de Lamadrid, como sucede en política, quedó etiquetado. Sin embargo, fue de los pocos que “salvaron” la chamba con el fiscal Guillermo Ruiz Hernández, quien lo nombró director de la Academia de Policía, cargo que Sánchez ostentó hasta hace unos días, cuando salió para convertirse en secretario de Seguridad Pública de Tijuana, con la confianza y el nombramiento de la alcaldesa Montserrat Caballero. La presidente municipal dice que lo eligió porque fue su jefe cuando ella laboró en Periciales de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado. Sin embargo, habrá que preguntarse a quién le guardará lealtad Fernando Sánchez: si al fiscal que lo rescató del sexenio de Vega, o a la alcaldesa que le ha encomendado la seguridad. La duda es genuina, cuando la Fiscalía General del Estado pretende apropiarse de las policías municipales, imponer mandos y estrategias para una mejor “coordinación”, o control, pues. Por cierto, para dejar más claros los apegos políticos, Fernando Sánchez entregó su cargo de director de la Academia de Policía a Pedro Cruz, el depuesto secretario de Seguridad en Tijuana, y a la postre antecesor de Sánchez, en un acto pleno de sonrisas, amiguismo y seguridad de que todos siguen en el mismo barco. ¿A quién será leal? ¿A la alcaldesa, o al fiscal? Se verá en los siguientes días.