A través de 39 crónicas que integran “A la orilla de la carretera” (UANL, 2021), Vicente Alfonso propone un viaje a la vida cotidiana, apasionante y violenta, de los alrededores de Chilpancingo, Guerrero, y a la vez un viraje a los pasos de Carlos Montemayor, autor de “Guerra en el paraíso” (Seix Barral, 1997), que también anduvo entre las comunidades guerrerenses en los tiempos de la guerrilla de Lucio Cabañas.
“Básicamente, todo el libro está basado en entrevistas, conversaciones, en visitas, tratando de ir subsanando esas preguntas que se hace cualquiera que no es originario del estado de Guerrero: que llega ahí y ve desde el asombro y desde el desconcierto un montón de cosas, algunas muy crudas y otras fascinantes”, refirió a ZETA Vicente Alfonso.
Escucha: Policías “levantan” y asesinan: Podcast.
Sobre porqué le interesó la crónica y no una obra de ficción para contar la vida cotidiana y los pasos de Carlos Montemayor por Guerrero, Vicente Alfonso explicó:
“Poco a poco se fue reforzando en mí que Carlos Montemayor había ido a investigar y que había platicado con muy diversas fuentes de lo ocurrido en la guerra sucia; ‘Guerra en el paraíso’ es una novela sin ficción, es de estas novelas que se les llama novelas de no ficción, en donde hay nombres de personas y de lugares y fechas reales.
“‘Guerra en el paraíso’ sí tiene tratamiento de novela. Montemayor se decantó por el tratamiento de novela quizá porque era información demasiado delicada como para publicarla como crónica. 30 años después yo creí necesario hablar desde el registro de la crónica; podría haber hecho una novela sobre el novelista que recorre Atoyac, pero me parece que por fortuna vivimos otros tiempos donde sí se puede hablar desde el registro de la crónica”.
“Y era necesario hacerlo como un reconocimiento no nada más a Montemayor, sino al montón de gente que quizás intentó preservar la memoria de lo ocurrido en la sierra de Atoyac, o el registro puntual de lo que está pasando en Chilapa, donde han desaparecido cientos de jóvenes a cuentagotas; son tragedias que están ocurriendo, que quizá si las hubiera puesto en clave de novela parecerían una exageración de la realidad. La verdad es que la realidad nos deja, pasamos cuando la vemos más allá de lo cotidiano, como decía mi maestro Federico Campbell”.
Finalmente, Vicente Alfonso valoró el género de la crónica tras su recorrido por las comunidades guerrerenses:
“Yo creo que hay un auge de la crónica, y lo he estado viendo incluso en las publicaciones de ficción. Ahora asistimos a un boom de la crónica en donde parece que también empieza a ser un género bastante buscado por los lectores”.
“A mí me parece estupendo porque la crónica tiene una historia larguísima en nuestro idioma que viene desde los poetas modernistas, que eran poetas y al mismo tiempo periodistas; como el caso de José Martí, que estuvo un buen tiempo como corresponsal en Nueva York, o como Gutiérrez Nájera o López Velarde. Creo que hay un auge considerable de la crónica y eso da motivos de optimismo”.