Descrito como cancionero de culto, con un toque sarcástico y de crudeza en sus versos, el cantautor mexicano Armando Jiménez Veloz (Armando Palomas) encara la libertad de expresión con el arte, al cual aporta sus líricas y pensamientos sin importar opiniones de terceros, a las que suma su reciente disco “Crónicas bizarras & requintos de calavera”.
“Si hay algo que defenderé a capa y espada, es la libertad de expresión, de tener una lengua rasurada y libre, porque si al arte tú lo silencias, en cualquier sentido, deja de ser arte. Lo peor de todo es cuando uno mismo se autocensura”, sentenció a ZETA el artista que hoy viernes 30 de julio, ofrecerá el concierto acústico “Por el gusto de volver a vernos” en Black Box (Tijuana).
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Y asegura no estar dispuesto a mutilar algunas de sus canciones para quedar bien socialmente, ya que “el arte a veces tiene que ser sucio, sería algo estúpido si quisiera cambiar al mundo con mis canciones, el arte debe ser libre, tener sus propias labras, sin condicionarlo ni pensar en las consecuencias”, reflexionó el hidrocálido de 48 años de edad.
“No debemos pensar en la crucifixión de las redes sociales, lo importante es que el arte siga teniendo el lodo, ese asunto explosivo de provocar el caos. Vine al mundo a exponer obras en todos los sentidos, a hacer canciones, poesía, disfrutar el cine, pinturas, un concierto. Soy un tipo que vive y muere por el arte, y levanto mi mano por la libertad de expresión”, reiteró el compositor de temas como “Tú y la borracha noche”, “Bolero de la mudanza” y “El son de la necesidad”.
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