Al fiscal Guillermo Ruiz Hernández debería darle vergüenza la situación en la que tiene a sus elementos de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI), pues mientras él se la pasa en reuniones y comidas con empresarios y abogados, su tropa se encuentra en riesgo latente, sobre todo en Tijuana, donde algunos agentes ni siquiera tienen asignada un arma para defenderse.
A principios de año, varios agentes de la GESI y de la Policía Municipal fueron asesinados en atentados que se vincularon a la delincuencia organizada en aquel municipio, pero pocos en verdad fueron resueltos.
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A finales del mes de septiembre, un elemento de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) decidió renunciar a su cargo, debido a que tenía más de año y medio trabajando para la corporación sin que se le hubiera asignado un arma de fuego.
El ahora ex detective originario de Tijuana no es el único. Según fuentes consultadas con policías de aquel municipio, varios agentes de reciente ingreso han quedado a la espera de recibir un arma de cargo, pero en la Fiscalía General del Estado solo les han dado largas.
El uniformado que denunció el hecho pidió el anonimato, pero facilitó el documento de renuncia dirigido a la jefa de Homicidios, Maricruz Bugarín de Jesús, en el cual le explica, “no se cuenta con el apoyo suficiente por parte de la institución, y a mi año y medio dentro de la corporación y con el permiso de portación de arma aprobado, no se me ha asignado arma de cargo siendo que me encuentro en un grupo donde el peligro es constante”.
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Su reclamo es cierto y legítimo, toda vez que el 70% de los asesinatos que se suscitan en Tijuana, tiene relación con grupos de la delincuencia organizada y narcomenudeo, lo que significa que los autores tienen acceso a armas de fuego de alto poder, dejando aún más vulnerables a los agentes que día a día trabajan los temas más complicados.
Habrá que ver cuántos agentes de la corporación se encuentran en la misma situación, pero según las fuentes consultadas, son muchos. Pero bueno, esperemos que esto no distraiga al fiscal de sus obligaciones.
RECICLAJE Y GANAR PERDIENDO
El ex presidente municipal de Mexicali, Gustavo Sánchez Vázquez y su homólogo de Tijuana, Héctor Osuna Jaime, son los dos perfiles fuertes “hasta este momento” para representar al Partido Acción Nacional de cara al proceso electoral de 2021, donde su intención era buscar un candidato ciudadano, pero nadie les abrió las puertas.
Y es que, aunque un gran sector económico y social repudia la labor del gobernador Jaime Bonilla Valdez, la realidad es aún que no se atreven a desafiar al morenismo, que es arrastrado hacia la cima en las encuestas gracias al gran botín político que representa el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ambos perfiles son antagónicos al ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid, el enemigo público número 1 de Baja California, pues por un lado, Gustavo Sánchez sufrió algunas trabas cuando él era alcalde de Mexicali y “Kiko” gobernador. Los “gustavistas” consideran que toda la responsabilidad de la desgracia del PAN se debe al ex mandatario, al grado de que intentaron expulsarlo del partido, pero su iniciativa no prosperó.
Por otro lado, Osuna Jaime fue candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Baja California en 2019. Hoy en día voltean a verlo al considerarlo un buen perfil, pero en 2014 se vio obligado a renunciar al partido porque ya no se sentía orgulloso de formar parte de ese organismo político, por cómo se manejaba entonces.
Cabe recordar que Osuna Jaime -quien fuera titular de la Cofetel durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa- fue relegado del panismo tras la llegada de los “kikistas” al poder, por lo que decidió separarse del partido y competir por cargos de elección popular a través de MC.
Tanto el dirigente estatal del PAN, Enrique “Kiki” Méndez, como el ex alcalde de Tijuana, Jesús González Reyes -a quien consideran el jefe del partido en Baja California- , buscan que estos perfiles aspiren a la gubernatura, a cambio de que les “regalen” alguna posición de lista dentro de la nómina legislativa o de algún municipio. Es decir, al estilo de “Los Diablos”, los mandos panistas buscan negociar bien las derrotas para seguir sobreviviendo.
