Cuando se contrata a un empleado público, debe demostrar resultados encomiables, especialmente si su función afecta a millones de personas. Los diputados y el gobernador de BC no han avanzado en los meses, que tienen de ejercicio en campos más allá de las vergüenzas ajenas y escándalos; a nivel internacional y nacional, la última es la bronca que tiene con el alcalde de Imperial Beach por las aguas negras que se derraman en sus costas.
Es carencia (no de desaladoras) de plantas de tratamiento del drenaje. Desde los campos deportivos de Otay se derraman aguas negras al Aeropuerto, y de ahí pasan por Lomas Taurinas, más los desechos que el aeropuerto y aviones arrojan a este drenaje que llega al Rio Tijuana. Contamina Lomas Taurinas, Del Río, Libertad y una plaza comercial, restaurantes y miles de viviendas. La Cespt no ha llegado a atender este foco de infecciones. Lo que sí hace es continuar con los vicios y contratar nuevos aviadores.
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Al gobernador no le preocupa la inversión nacional e internacional en BC y sus gestiones no se ven. Una de las preocupaciones de un político serio sería incrementar la productividad y eficiencia de las empresas de la entidad, tanto públicas como privadas y promover estrategias educativas, de capacitación para el trabajo para miles de jóvenes desempleados, estímulos, programas, que no se ven.
El Presidente de la República señala la corrupción como el problema de México. BC no es la excepción. Hemos tenido hampones de gobernadores y alcaldes y no se conocen medidas de limpiar este cáncer con nombre: “Kiko”, “Patas”, Bustamante… para empezar. A 12 meses de gobierno, no hay investigaciones serias, apegadas a derecho para cumplir promesas de campaña de investigar la riqueza inexplicable de “Kiko” Vega, quien es multimillonario; de ser un pobretón y presumido, él y su familia (como Fox-Martha-Bibriesca’s) con propiedades y empresas que no cuadran con sus ingresos.
El sueldo de gobernador no da para una casa de 2.5 millones de dólares. En contraste y absurdo, recibe a funcionarios muy cuestionables del gobierno de Vega. Cero congruencias y mucha complicidad con el pasado turbio de uno de los peores gobiernos del Estado en temas de corrupción. Y Bonilla, demagógicamente ataca a Osuna Millán, sin una investigación cabal que aporte pruebas que procedas legalmente.
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La pluralidad no se le da al formar sus equipos de trabajo; prefiere a panistas, y priistas, con fama de hampones e impunes, rechazados ampliamente por la sociedad, entre ellos Castro Trentri y Amador Rodríguez Lozano, como botones de muestra. Hay en la sociedad civil profesionistas y personalidades independientes que tendrían ideas frescas, caras nuevas, programas de trabajo importantes. Son las expectativas de la ciudadanía de gente decente y de trabajo, ante la cacareada promesa de la 4ª Transformación en Baja California. Bonilla es una regresión y una aberración, y por ello no ha tenido la simpatía de la sociedad, de la crítica; mucho menos adhesión a su gobierno del propio Presidente, que no lo recibe ni visita.
Un gobierno decente -no es el caso- ya habría procesado y regresado mucho dinero y bienes robados por los anteriores funcionarios delincuentes. ¿Dónde están los Lozoya, los Rosario Robles, los Chapo, los Ancira, las estafas maestras, etcétera, BC? Las hay, pero tapadas. Se enjuicia a expresidentes. Estupendo. ¿Y nuestros gobernadores y alcaldes corruptos?
Antes que prescriban sus fechorías, la Secretaría de la Función Pública habrá de demostrar investigaciones, ética en las decisiones públicas. Los diputados (empleados de Bonilla) hubieran reformado la Constitución local para poner candados y evitar más saqueos. Distante de un gobierno inteligente, se ha hecho el gran ridículo y un desgaste donde no importa el tiempo, en un fraude constitucional, de 2 a 5 años y subir impuestos; generando repudio y sin revisar la evasión y elusión fiscal que es un contento y los delincuentes fiscales felices.
Cumplir la ley es un logro enorme en este país, y eso no preocupa ni ocupa a Bonilla. Pero la discrecionalidad sí es fuente de prebendas y corrupción. AMLO equivocó aliados. Y lo peor: no rectifican, porque la sociedad puede darle la espalda a esta Morena de mulas y caballos, tirana y de rapiña de los Leyva Alemán Mortera, su padrino Manuel Bartlett y su gobernador de aparador. No engañan a nadie, al no haber autocrítica y realineación consecuente con un auténtico cambio.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana. Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com
